domingo, 30 de diciembre de 2012

Android vs iOS

Lo siento, tíos, pero no hay color entre usar una tableta Android y un iPad. Gana el segundo por goleada. Pese a todas sus limitaciones artificiales, su pantalla más pequeña, su mayor peso y su peor pantalla frente a una Nexus 10, pese a todo eso, es un aparato mucho más ergonómico y manejable.

Ya sé que comparar ambas pantallas no tiene mucho sentido: ambas son de una calidad increíble, aunque supuestamente la del Nexus sea mejor, la diferencia es inapreciable durante el uso diario.

Otro cantar es la duración de la batería. Lo siento, no hay color, y menos aún cuando llevas usándola unos días. Cada vez dura menos. Ocurre como los Windows antiguos (léase XP sin SP3), que necesitaban una reinstalación periódica desde cero si querías que el rendimiento no terminara siendo una mierda.

Ocurre lo mismo con Android. Me da igual si se debe a los programas que instalas o a lo que sea: en un iPad la batería dura siempre lo mismo, en un Android no.

En el Nexus todavía no lo he hecho, pero en el Note II ya lleva un reset total porque de repente comenzó a gastar el 100% de la batería en unas cinco horas estando en reposo y nada de lo que intenté resultó excepto el borrado total (y no, no había instalado nada nuevo). De hecho creo que el problema estaba en el Google Now!, pero después de desactivarlo siguió consumiendo lo mismo.

De los programas Android que no están preparados para tabletas no voy a decir nada porque todo el mundo sabe lo mal que funcionan en una. 

Pero sí de los que se supone están adaptados. No tengo un solo programa que funcione bien del todo. 

  • Mantano: a veces no sincroniza con la nube, otras no visualiza algún PDF, otras enciende la tableta él solo.
  • Adobe Reader: no guarda las posiciones de los documentos.
  • IAnnotate, ezPDFReader, Repligo: son leeeeeeeeeeeeentos. Muy (demasiado) lentos. ¿He dicho que son lentos? Apenas los uso por ese motivo, pero las pocas veces que lo he hecho han terminado cerrándose sin más.
  • Moon+Reader Pro: pocos son los libros que lee bien. Cuando no se come la última letra de algunas palabras hace unos guionados de órdago, y cuando no simplemente repite párrafos o no se entera de que está siendo abierto desde otro programa. Y todo eso cuando no peta.
  • GMail: bueno, este va bien cuando no se cierra solo, pero hay veces en las que se queda autista y se cierra.
  • GReader: puede ser el único que funciona bien. Todavía no lo he visto hacer cosas raras.
  • Amazon Kindle: este va bien, pero tiene tan pocas opciones… Y bueno, no sincroniza bien.
  • CoolReader. Depende de la actualización, pero en general suele ir aceptablemente bien.
  • Instapaper y Pocket: estos dos adolecen del mismo problema: a veces no se actualizan y tienes que resetear el contenido. El problema viene cuando has enviado un montón de noticias y no sabes qué se ha añadido y qué no.
  • Lo que sí suele funcionar bien son las aplicaciones en la nube: DropBox, Box, SkyDrive…
  • Flipboard también suele funcionar bien.
  • News360: cuando no se queda pajarito no se puede pasar página.
  • Zinio: Cuando no se cierra sin más, hay que “zarandear” la página actual para que se “aclare”.
  • Navegadores. Estos en general, y en especial Chrome, lo que más hacen es colgarse ellos y colgar la tableta completa. Tienes que apagarla y luego mantener varias veces el botón de encendido apretado hasta que le da por reiniciarse.
  • WiFi: Lo siento, el WiFi es una mierda en la Nexus 10, al menos comparado con el iPad. Aparte de tener entre un 20% y un 40% menos de cobertura, a veces se queda gilipollas y aparece como conectado pero no lo estás. Tienes que apagarlo y volverlo a encender. Y de nuevo me la sopla si es cosa de mi WiFi o del proveedor: en el iPad eso no pasa. Ya se encarga el firmware de hacer lo que tenga que hacer para reconectar.

Bueno, esta es una pequeña lista de las cosas que ahora recuerdo que ocurren en Android y no en iOS. Si os fijáis no estoy hablando de una tableta chinorris (de esas no quiero ni pensar cómo irán), sino en LA TABLETA ANDROID por excelencia.

Con esto no quiero decir que el androide sea una mierda. Lo que quiero decir es que una tableta Android es una mierda. Estoy más que contento con mi teléfono androide. Como ya sabéis es un Galaxy Note II, y el de mi novia un S II y ambos funcionan al pelo y no dan ningún problema, y para más inri, algunas aplicaciones citadas tampoco presentan los problemas que he descrito arriba.

Por lo tanto, Android gana a iOS (y por goleada, creedme) en teléfonos y justo al revés en tabletas.

Creo ser imparcial en la apreciación que os estoy comentando. En iOS existen otras cosas quizás más serias, sobre todo la falta de apertura del sistema, pero no son problemas en el sentido de cosas que no funcionan como deberían. Se trata de limitaciones impuestas y ya cuentas con ellas de partida. 

Sí, a mi novia con su iPad de primera generación el navegador se le cierra cada dos por tres (pero a mi en mi iPad 3 no), y el tema de sincronización de favoritos con iCloud simplemente no funciona, y existen aplicaciones churrimanguis que no terminan de ir bien… pero son las menos y ya se encarga el ecosistema de írselas comiendo.

En el caso de Android, las que he comentado son las mejores que he podido encontrar. Si nos ponemos a comparar las mejores aplicaciones de cada sistema… bueno, digamos que entonces Android sí que se hundiría de verdad en la más abyecta miseria de las miserias.

Luego está el tema de la seguridad. Siempre se ha dicho que el iPad está abierto de piernas en cuanto a la posibilidad de meterle mano. Es cierto, pero no existe el equivalente que haga lo mismo en Android. Me refiero a que no existe una web (o al menos yo no la conozco) que saque los puntos flojos de este último como está Seguridad Apple. Y me juego un gallinfante a que Android es tanto o más inseguro que iOS, y para muestra todas esas veces que tienen que retirar aplicaciones de forma masiva porque no son otra cosa que espías…

Hala, podéis llamarme puto fanboy de mierda si queréis, pero creo que estoy siendo justo con el tema.

Adiós Android, hola (de nuevo) iPad.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Ya no vale la pena comprar eBooks en Amazon

Me gustaría hacer una reflexión con vosotros. Es sobre la diferencia de precios entre el eBook y el pBook.
En las Españas de la charanga y pandereta nunca fue una ventaja el libro electrónico frente al de papel, más que nada por el contubernio de Libranda y la ley del precio fijo, ambas cosas seguro que auspiciadas por los poderes fácticos que financian las campañas electorales que, para asegurarse de que gane quien gane van a tener su connivencia, los financian a todos. 
Jugada maestra. O casi.
Porque llegó Amazon y puso los puntos sobre las íes. El mayor problema es que fueron unos puntitos chiquititos, apenas visibles que, salvo la excepción del Kindle Flash (que a veces no lo es tanto), se han ido diluyendo en casi nada.
Claro está no me refiero a los precios que ponen los autores noveles. Ahí la cosa sigue igual, pero tienes el inconveniente de que por cada obra decente que encuentras, hay cientos y cientos que están situadas entre lo infumable y las peores pajas mentales del autor.
El problema tenía solución: tener la cuenta de Amazon en USA. Lo mismo valía para otras tiendas (léase Barnes & Noble, por poner otro ejemplo destacable). En principio podías encontrar el mismo libro bastante más barato, y te aceptaban tu tarjeta de crédito española sin problemas. Lo único que tenías que hacer disponer de una dirección en USA. Mucha gente utilizaba direcciones públicas, como la de la Biblioteca del Congreso y cosas así. 
Pero hace un tiempo endurecieron las cosas y tenías que comprar con una IP norteamericana, con lo que tenías que buscar un proxy, con lo que la ventaja se redujo un poco ya que, al menos yo, ni aun cuando la compra se produjese por HTTPS (encriptada y potencialmente segura), usaría uno gratuito. Así que al precio del libro tenías que añadir el coste de la VPN, que tampoco es muy excesivo.
Pero últimamente la cosa se está desmadrando en cuanto a precios, por lo que ya no vale la pena hacer todo ese montaje para ahorrarte, si te ahorras, algo de dinero.
Porque la diferencia de precios entre la versión electrónica y en papel del libro es incluso a veces mucho menor que en el caso de España… e incluso me he encontrado con libros-e más caros que su equivalente en papel.
Os pongo el ejemplo de la entrada anterior
Últimamente Clancy (o quien se los escriba) se está acostumbrando al volumen doble por decirlo de forma suave. Yo lo llamaría timo, pero dejémoslo en el término anterior.
Se publica una novela, por ejemplo, En la mira. Pero no es una novela completa. Aunque ocurren hechos y el argumento más o menos se cierra, quedan grandes flecos, que por supuesto se finalizan en la siguiente. En este caso el título del libro es Threat Vector. Lo mismo ocurrió con sus dos obras anteriores sobre Jack Ryan hijo.
En fin, es lo que hay.
***
Pero vayamos al precio de los libros. A fecha de hoy, tenemos:

  • Amazon USA, En la mira. Tapa blanda, 10.99$. Edición Kindle: 10.24$
  • Amazon España, En la mira. Tapa blanda, 11,94€. Edición Kindle: 7.92€.

Te sale a cuenta comprarlo aquí, tanto en eBook como en papel. Fijaos que la diferencia en USA es de 75 centavos de dólar. En España, de 4 euros. Pese a la diferencia de precio, todavía está por encima de la barrera psicológica de los 5 euros para un eBook.
Pasemos ahora a la siguiente novela, que no está publicada en castellano pero sí en inglés original y se puede comprar tanto allí como aquí:

  • Amazon USA, Threat vector. Tapa dura, 14.03$. Edición Kindle: 14.03$
  • Amazon España, Threat vector. Tapa dura, 11.84€. Edición Kindle 10.66€.

Aquí la cosa se pone, incluso, más interesante para el mercado español. Si os fijáis, el precio es más o menos el mismo tras la conversión euro - dólar.
Vamos, básicamente esto demuestra que si quieres un libro, mejor lo compras en papel a no ser que tengas serios problemas de espacio, lo que viene a demostrar mi tesis.
***
Es obvio que no hemos entrado en la tónica de la piratería. Evidentemente comprarse un Kindle o cualquier otro cacharro para leer libros pirateados sí que sale a cuenta, pero este no es un sitio en el que se fomente esa práctica, que seguro se ha incrementado como consecuencia de los precios que hemos considerado.
No obstante parece ser que el mercado español está comenzando a hacerlo un poco bien. Desde luego mejor que el USA. Esperemos que los últimos juicios ganados contra el Agency Model sirvan para algo y veamos mejoras en todo esto.
Otra de las cosas que resultan más que evidentes es el hecho de que el precio del libro es completamente artificial y sujeto a los vaivenes del mercado. Uno podría esperar que un libro de tapa dura costase algo más caro que su equivalente en tapa blanda, pero vemos que no es así. Y lo mismo con los precios de los eBooks, que encima no tienen ese problema.
Un asco, vamos.
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Pero lo peor de todo no es eso, y esto sí que es un tema personal. ¡La FNAC me ha timado tres euros! Porque yo lo compré algo más caro el otro día. Hay que joderse. Ya sabes, amigo lector, antes de comprar en tienda física, míralo en alguna electrónica. Lo mismo te sale más barato, y todavía más si juntas unos cuantos y los pides de una tacada, como suelo hacer yo.
Hala, hasta la próxima y felices fiestas a todos (en el ínterin me gustaría ver la cara que se les tiene que haber quedado a todos esos imbéciles -no hay otro nombre para llamarlos- que pensaban que el mundo se acababa realmente ayer). ;-)
 ***
Añado un enlace interesante que me apunta Jordi Balcels. Es un análisis sobre los precios de los libros en Amazon y una forma de seguimiento para comprar el que quieras cuando llegue al precio que quieras: http://meteteme.blogspot.com.es/2012/06/estudio-informal-sobre-precios-de.html

domingo, 16 de diciembre de 2012

En la mira (Tom Clancy): Mierda de traducción

Hay pocas veces que me quejo de una traducción, más que nada porque sé que a veces es difícil de hacer un buen trabajo porque el texto original no acompaña, pero esta vez no puedo reprimirme.
Hablo de En la mira de Tom Clancy, editado por Berkley este mismo diciembre. A todas luces es una edición americana exportada a España por, al parecer, Pearson, ya que en la contraportada aparece el precio de 14 dólares americanos. Para más detalles, el ISBN es 978-0-451-41641-4.

Vale.

Lo compré ayer mientras hacía una visita relámpago para ver una tableta con Windows RT. Para no extendernos mucho, vi que el precio de 12,50 euros era bastante asequible para un libro de este tipo y dada mi afición al autor, pasé por caja.

Y la sorpresa ha venido esta mañana cuando lo he abierto y me he puesto a leer. La primera ha sido el tamaño del texto y los márgenes. Os dejo una foto de muestra.



Como podéis ver, las casi mil páginas podrían haber sido trescientas si hubieran usado un margen de página y un tamaño de letra algo menor, eso sin hablar del interlineado.
Pero la mayor sorpresa no ha sido esa, la mayor de todas es la traducción. Sin temor a que nadie me llame exagerado, la traducción es una mierda pinchada en un palo.

Como muestra, varios botones:

Si lo tomaban prisionera exprimirían su valor de inteligencia, … (página 11).

Cuando fueran emboscados por una fuerza mayor, el liderazgo correría. (página 11, más abajo).

En los bolsillos administrativos de sus portadores de placas balísticas, cada agente en la misión… (página 12).

…, Sino que los perros habían detectado movimiento y comenzaron a ladrar en cantidades tales que los salvaron de las pistolas de .22 (página 13).

Fijaos que son sólo dos páginas, las dos páginas en las que he anotado las pifias más evidentes, pero de las 11 que he leído todas están llenas de lo mismo.

Son completamente ininteligibles, y la verdad es que dan mucha pena. Casi me atrevería a decir que la traducción ha sido hecha por algún software para ello, y apenas revisada por algún becario falto de ganas.

Con la de traductores buenos que debe haber por ahí queriéndose ganar la vida…
Luego las editoriales se quejan de que los piratean, o de que la gente hace traducciones ilegales…

Desde luego que cualquier traducción de mierda hecha por cualquier grupo de aficionados sería mejor que la porquería de esta edición.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Google Nexus 10 vs. iPad (el que sea)

La culpa de esta entrada la tiene un compañero de trabajo, que me dijo que “si quieres conocer una tableta de verdad, cómprate un Nexus 10 y no la morralla esa del iPad” (Él no dijo morralla, dijo otra cosa). Y dicho y hecho: fui y la compré. Como lo hice un viernes, hasta el martes siguiente no la tuve en mis manos, y a fecha de hoy llevo unas dos semanas usándola en sustitución a la morralla del iPad

Lo cierto es que no es un mal trasto, pero mis sentimientos están un poco encontrados. Os cuento.

La pantalla se ve increíblemente bien. Si piensas que tras un iPhone o un iPad no podías encontrar un dispositivo con mejor calidad de pantalla, estabas equivocado.

Y cuando digo que se ve bien es que lo hace. Tras estar un rato trasteando con la Nexus y volver al iPad, en seguidas se nota que las cosas se ven como turbias y que falta nitidez.

No nos confundamos: el iPad se ve cojonudamente bien, pero la Nexus 10 todavía lo hace mejor. Por ejemplo, el programa de correo electrónico de la propia Google presenta el texto de los mensajes con una fuente diminuta, y en la Nexus se ve perfectamente.

Otra de las cosas que me encantan de Android (y aquí añadimos cualquier otro dispositivo que lleve ese sistema operativo) es el botón global de atrás, cosa que encuentro más que útil y que cuando vuelvo a iOS echo en falta.

Y pare usted de contar. A partir de ahí todo son pegas. Bueno, pegas no, más bien carencias en la experiencia de usuario, vista y comparada con iOS.

Le pese a quien le pese, y considerad que no soy precisamente un fanboy, iOS gana por goleada, y el iPad por doble gol a cualquier tableta Android aunque lleve la versión 4.2 y sea la crem de la crem.

Una de las cosas que más me molesta del androide son los enganches en los desplazamientos y otras zarandajas similares. Y no terminan de arreglarlo, no después de una espuerta de versiones y cambios. Todavía sigue habiendo atascos y autismos varios incluso en una tableta de última generación como es esta Nexus 10, pese a tener 2 GB de RAM y un procesador de ultimísima generación. Casi diría que un iPad 1 gana por goleada en este aspecto.

La pantalla es demasiado ancha y estrecha, y si bien un PDF de revista se ajusta bien en apaisado (mejor que en el iPad), todo lo demás deja mucho que desear. 

Desee programas que no le llegan ni a la suela de los zapatos de sus equivalentes en iOS (léase Mantano vs. GoodReader, CoolReader vs. iBooks, etc.), hasta programas que, siendo iguales, tienen un desempeño muy inferior. El ejemplo típico es Angry Birds Star Wars. Me lo he pasado completo en ambas plataformas, y en Android (y en el Nexus 10, que es lo último de lo último) a veces se engancha, mientras que incluso en el iPad 1 corre más que decentemente.

Supongo que tras varios años con tabletas androide ya debería haber aplicaciones suficientes, pero lo cierto es que no es así, y esto es algo que desmejora mucho a la plataforma. 

La verdad es que un teléfono Android le da cien mil patadas en todo a un teléfono con iOS, pero un iPad es lo mejor que hay a fecha de hoy como tableta, algo que ni Google (y todos sus adláteres) ni creo que Microsoft (al menos de momento) han conseguido.

Respecto a la Nexus 10, y ya para terminar, me gustaría comentar que mi Note II funciona incluso más suelto y fluido y que el tamaño de su pantalla es perfecto para aplicaciones como ReadLater o cualquiera sindicación RSS.

sábado, 10 de noviembre de 2012

"Semos" famosos

Iba yo con mi caballo… Bueno, no, más bien estaba mi novia leyendo sus cosas con su iPad cuando de repente me dice:

-¡Sales aquí!

Y empieza a leerme un párrafo de una entrevista hecha a Juan Gómez-Jurado. Le digo que me pase el enlace por correo y la leo.

Pues resulta que no sólo Gómez-Jurado se acuerda de este su humilde servidor, como se decía antes, al responder a la pregunta del entrevistador sombre el incendiario comentario cuando publicó La leyenda del ladrón. 

Y no sólo me ha llamado eso la atención, sino que el escritor muestra una honestidad increíble en todas las respuestas que ha dado aunque fueran en su contra.

Puede que su última novela no me haya gustado, y menos aún la forma en la que se le ha hecho bombo y platillo, pero hay que reconocer que el chaval los tiene bien puestos.

Entre algunas perlas que ha dicho está la siguiente:

 

Así, es muy difícil que este modelo pueda seguir manteniéndose, más aún si impresentables como Juan Luis Cebrián tienen los santos cojones de decir “no podemos vivir tan bien”, cobrando los 13 millones de euros al año que cobra. La única pretensión de un ejecutivo de un gran medio de comunicación es adelgazar las plantillas y poner a la mayor cantidad de becarios o personas que cobren lo menos posible para sacar a la calle un producto que no cuenta nada.  

 

Bueno, pues lo dicho, que semos famosos, pero el crédito es para Juan Gómez-Jurado.

viernes, 12 de octubre de 2012

Galaxy Note II: Android XXL

Soy el afortunado poseedor de un Samsung Galay Note II, el teléfono estrella del fabricante si obviamos el S III, que es la renovación del S II y como salga igual de bueno que este último, se van a volver a comer el mercado.

Lo comentaba mi jefe el otro día, que el mundo, ahora, es Android. Con todas sus pegas, con todas sus limitaciones… ¿Limitaciones? No, espera, eso no. Porque el iPhone es cerrado, y Windows Phone ya no os digo. Bueno, decir que este último es cerrado es un oximoron: simplemente su interfaz para desarrollar aplicaciones es muy limitada.

Android es abierto y permite hacer cosas que otros todavía sueñan…

Por lo tanto, a fecha de hoy, el androide gana por goleada a los otros dos. Cuando salga Windows Phone 8 veremos qué mejoras implementa, aunque no soy muy optimista. De iOS mejor no hablar: llevan 6 versiones mayores y apenas han variado una coma.

Sin embargo Android sí que ha evolucionado, y en el Note se nota, valga la rebuznancia, un montón.

***

La primera impresión al ver el teléfono, con su pantalla de 5,5 pulgadas, es que estamos ante una tableta pequeña. Eso significa que resulta un poco ridículo llevártelo a la oreja para hablar por él, aunque yo lo he hecho varias veces en público y nadie me ha mirado raro.

Su gran ventaja -e inconveniente-, es el tamaño de la pantalla. Imaginad que estáis viendo un teléfono Android normal y corriente a través de una lupa. Pues el efecto es el mismo: una letra gigantesca y algunos gráficos algo difuminados.

Eso sí, no hay efecto de pixelado aparente aunque acerques los ojos a la pantalla. En eso Samsung ha hecho los deberes: el suavizado de fuentes es exquisito, pese a tener tan solo doscientas y pico DPI de resolución. No obstante, si lo pones al lado de un iPhone notas la diferencia en la mayor calidad de la pantalla del último. No obstante, para un uso normal, la resolución es perfecta.

Una vez entras en las opciones y pones el tamaño del texto al mínimo, el teléfono queda bastante más adecuado, aunque hay pantallas (como la de llamar) que todavía quedan dibujadas como con esteroides y un tanto difuminadas por el tamaño.

Es el mismo caso que con las tabletas, aunque disminuido, sin llegar a ser tan incómodo. Por otro lado hay aplicaciones que permiten cambiar el tamaño del texto hasta convertir el teléfono en un dispositivo casi perfecto para leer (si no fuera por la pantalla retroiluminada) y navegar.

Lo que nos lleva al tema de la utilidad como dispositivo genérico de consumo y creación de contenidos no multimedia. Me refiero a usarlo para navegar por internet, leer las noticias (RSS y de las otras) y realizar todas esas tareas que uno antes hacía con un ordenador sobremesa o portátil. Y a responder a un correo típico, o chatear un ratín con los amigos/novieta…

Pues bien, para eso es perfecto. Más que perfecto, ideal. 

Como inciso, diré que puede resultar un gran terminal para la tercera edad, sobre todo si tiene problemas de visión. No os riáis, yo he visto a más de un abuelito/a levantarse las gafas, acercando y alejando el aparato de los ojos, para distinguir qué están haciendo.

Lo primero porque el teclado es grande y es bastante difícil de pulsar la tecla equivocada, como suele ocurrir en terminales con la pantalla más estrecha (léase iPhone, por ejemplo). Una vez que has tecleado un rato, el sistema predictivo es muy bueno, y almacena las palabras que has enviado aunque no estén en el diccionario y te las pone en primer lugar. 

Seguro que en más de una ocasión os ha tocado las narices (por no decir ota parte del cuerpo humano situada más abajo) la predicción de los teclados (léase de nuevo iPhone, los MAC de última hornada y en menor medida Windows Phone), cambiando palabras que no queríais por otras que dejan el texto sin mucho sentido. En el Note II (y supongo que en cualquier otro terminal con Android 4.1), eso se ha minimizado al máximo. Ya puedo escribir “pupidupi”, “ontherocks”, “monamug” sin que me ponga “pupita”, “onésimo” o “monagillo” (es un decir, no recuerdo por cuáles las sustituye en realidad).

Aparte de eso, tiene reconocimiento de escritura, que seguro comparten otros teléfonos, y que de nuevo funciona aceptablemente bien, aunque no tanto como la de un equipo Windows. Pero si escribes estilo máquina de escribir (letra a letra) o con grafía continua más o menos coherente, te lo reconocerá sin problemas.

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La calidad física del cacharro flojea un poquillo. Desde luego no da esa sensación de robustez de un iPhone o de un Nokia de los antiguos, más bien todo lo contrario, parece un poco delicatessen en cuanto a plásticos y componentes.

Eso sí, no pesa tanto como pudiera parecer una vez que lo has visto sin haberlo cogido antes. Y la pantalla en exteriores resulta bastante usable. En mi odisea buscándole una funda (que todavía no he encontrado), realicé varias llamadas y chateos mientras iba por la calle y no noté ningún problema al mirar la pantalla. 

La duración de la batería, hasta donde he podido comprobar, es exquisita. Venía cargada al 50% o así, y en unas seis horas de uso continuo (desde que lo saqué de la caja hasta que me fui a dormir), bajó al treinta y pico. Y al día siguiente, tras todo un día de uso, estaba algo por encima del 50%. Wifi y datos activados, leer noticias, chatear, navegar, etc.

A primera vista, la duración puede ser comparable a la de las tabletas. Desde luego, muy por encima de la del iPhone 4 y de cualquier otro teléfono Android.

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En general el desempeño es más que notable. Todavía no he visto que se atasque en un scroll como suele ser habitual en los androides, aunque dependiendo de la aplicación, tiene esa especie de parpadeo que ningún iOS padece. Y supongo que serán la forma de crear los programas, porque hay otros que no parpadean.

Todavía no he jugado, ni le he puesto ningún programa que consuma recursos de forma exagerada, pero siendo un cuatro núcleos con 2 GB de RAM supongo que estará a la altura de las circunstancias.

Eso sí, la visualización de PDF, en cualquier programa (léase Mantano, eZPDF, RepliGo, MoonReader+, …) es extremadamente lenta. Primero se pinta la página en baja resolución y luego pasa a resolución normal, al cabo de cosa de un segundo.

No obstante, los programas para leer ebooks funcionan muy bien, y la pantalla da para poder leer más que cómodamente.

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Una cosa que me ha vuelto loco han sido los gestos con el móvil. Ponlo boca abajo y dejará de sonar y de mostrar avisos. Si suena una llamada, te lo arrimas a la oreja y se activa, si lo zurres tocando la pantalla hace zoom, si le das palmaditas en la parte de arriba la lista de scroll va al principio (no en todos los programas), si pasas la mano por delante toma un pantallazo…

Una vez que te haces a esos gestos la cosa resulta de lo más natural, y creo que otros fabricantes deberían tomar nota, sobre todo en lo de ponerlo boca abajo. No sabía que Android tuviera esas cosas, pero ahora que las conozco resultan más que imprescindibles…

Esto nos lleva al uso del palito (el del teléfono, no el de uno, mal pensados). Aquí tengo sentimientos encontrados. Lo de que si te lo dejas olvidado te avise no tiene precio, pero el uso normal no es tan cómodo como aparece en los vídeos. Hay un retardo entre que sacas el stilus y se activan sus cosas en la pantalla, igual que cuando llamas al manejador de gestos, que te permite realizar acciones rápidas según qué pintes en la pantalla.

De todos modos esa parte no la he tocado todavía mucho. 

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Una cosa, antes de terminar: que ningún troll me salte que eso mismo que he descrito lo hace su terminal marca Guachindeil y que vale trescientos euros menos, o que es algo común a todos los modelos con el androide 4.1. Eso ya lo sé, pero tu Guachindeil Delmon no tiene una pantalla de 4.5 pulgadas, que es el elemento diferenciador.

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De todos modos, si se me escapa algo, ya haré otra entrada.

martes, 11 de septiembre de 2012

Patrimonio de nadie

Me recuerda Zeta que patrimonio de su puta madre suena mal, así que cambio el título para comentar algunas cosas que hacen que me ponga de muy mala leche…

Sí, como alguno habrá supuesto, hablo de heredar bienes culturales sin soporte. Vamos, los famosos libros-e y canciones compradas en tiendas como iTunes o Amazon. La cosa, en este momento, está un poco caliente con la notica de que Bruce Willis iba a demandar a Apple por la música comprada, lo que al final terminó siendo o bien un bulo o bien una retirada hacia atrás del actor, que vio las barbas ajenas recortadas y decidió remojar las suyas, que eso de que los hijos de su padre le tengan que volver a comprar sus películas suena bien.

¿Por qué cojones no puedo legar mi biblioteca musical virtual (y quien dice musical dice de vídeos o de libros o de lo que sea)? 

Razonando un poco podríamos equiparar el DRM al soporte físico. Es decir, tu un libro sólo se lo puedes dar a una persona. ¿Por qué no voy a poder ceder un DRM a otro DRM? ¿Que cuesta dinero mantener una máquina que tome un fichero, le quite el DRM original, le añada el del destinatario? Pues no se lo pongáis, jodíos, que nadie os obliga a ello.

Esto es equivalente a que Iberdrola o quien sea te obligue a sacar el contador a la calle, operación que tienes que pagar de tu bolsillo. ¡Faltaría más! ¿Quién quiere el contador en la calle? ¿Ellos? Pues que lo saquen. A mi me da igual, bastante tengo con autorizarles a que toquen mi fachada y mi casa.

Sí, ya sé que lo tienes que sacar tu, pero es el mismo tipo de obligación impuesta por comodidad o por interés en connivencia con los poderes fácticos.

Pues bien, estamos ante el mismo tipo de abuso. Y como decía un amigo, si no quieres mojarte, no te bañes. 

Supongo que las editoras se correrán de gusto ante esta faceta del contenido electrónico. Ya no tendrán que sacar un nuevo formato supuestamente de mejor calidad para volver a vender el mismo contenido… Ahora, tan sólo hace falta esperar unos años… y fomentar que las familias vuelvan a ser numerosas.

En fin, que bromas aparte, no es precisamente esta una faceta para intentar atajar la piratería, sino más bien lo contrario.

Aparte de los problemas que hay a fecha de hoy para comprar algo electrónico con DRM, con todas sus limitaciones, añadimos el hecho de que no podemos legar lo comprado… Lo más fácil va a ser, de nuevo, conseguirlo pirata sin protecciones y sin otras limitaciones. 

En mi caso sigo comprando, pero lo primero que hago es quitarle el DRM a lo que compro, y si llegara el momento en el que eso fuera imposible… dejaría de comprar, lo siento mucho. O compraría en soporte físico (que sí puedo legar) o pirateraría.

En fin, cosas de la vida.

martes, 14 de agosto de 2012

Boox i62HD/M92: Guionado correcto con CoolReader

Esto me retrotrae a los tiempos del Papyre, cuando el firmware original era poco menos que una mierda pinchada en un palo. Funcionar, lo que se dice funcionar, lo hacía, pero con muchas limitaciones y cosas a medio hacer.

Pasado el tiempo fue cosa de gente de fuera de la empresa los que lo arreglaron todo lo que se podía arreglar, y entonces, sin ser para echar cohetes, al menos cumplía con su función.

Con el i62HD/M29 está pasando más o menos lo mismo, y supongo que, como con las versiones anteriores, en cuanto salgan nuevos aparatos, lo abandonarán.

No, no es que funcione mal. Hace lo que promete, pero podría tener algunas cosas solucionadas. El visor FBReader por defecto no funciona mal. Soporta diccionarios con un doble clic sobre la pantalla, y presenta el texto con más o menos acierto. También tiene muchas opciones y soporta gran variedad de fuentes.

Igual pasa con el CoolReader, que es un visor alternativo. La ventaja de este frente al anterior es que, en principio, aparte de diccionario, soporta anotaciones. Y digo en principio porque en el i62 estas no funcionan porque no han sido activadas.

Otra ventaja está en que se puede poner a dos columnas en horizontal, así como la creación de estilos propios a la hora de ver un formato de ebook mediante ficheros CSS. 

Esto último funciona más o menos aceptablemente, pero lo que no funciona es el guionado de palabras. Está bloqueado en ruso, y encima sólo lee el fichero interno, no el externo.

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Esto requiere algo de explicación. CoolReader puede leer ficheros de configuración de dos lugares: /usr/share/ ó una unidad externa, configurada a la hora de compilar el código fuente. En el i62 la externa es /media/flash, que se corresponde con la unidad de disco montable. Por lo tanto, si ponemos ahí alguno de los ficheros adecuados, CoolReader ignorará los internos y leerá estos. 

Tanto con los estilos para los formatos, por ejemplo fb2.css o epub.css, como para la configuración de ficheros, cr3.ini, funciona así. Pero no para los ficheros de guionado. En este caso los programadores de Onyx se han saltado a la torera la posibilidad de poner tus propias personalizaciones a la hora de cortar las palabras al final de la línea.

El motivo de ello es que esa parte está a medio hacer. No hay menú para elegir guionado, ni nada en el fichero INI o en algún otro lado. Está todo cableado dentro del programa, que va a la ruta interna sí o sí y carga el guionado en idioma ruso si está.

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Lo que he hecho con este hack ha sido cambiar la ruta interna por la externa y hacer que busque dos ficheros: primero irá a por “esSOLSTICIO.pdb”, y si este no está, cogerá “esSOLSTICIO.pattern”. Si tampoco lo encuentra, activará el guionado algorítmico, que por cierto tampoco funciona tan mal en castellano.

Es decir, si pones en /cr3/hyph/ uno de esos ficheros dentro de la unidad montada del i62, y aplicas el parche que he creado, el CoolReader usará uno de esos ficheros para hacer el guionado. Yo lo tengo en castellano, pero puedes coger el inglés y ponerlo con esos nombres.

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El proceso de instalación es un tanto barroco, pero tampoco quiero liarme con programas instaladores complejos ni nada semejante. El instalador realiza una operación muy sencilla: saca el fichero cr3 original y mete el nuevo modificado. El desinstalador borra el fichero nuevo interno y vuelve a meter el original.

En esta página de Mobileread tenéis la descarga del parche, que debe quedar descomprimido en la microSD así:

 

/apps/cr/cr3new

/apps/cr/install_cr3.oar

/apps/cr/remove_cr3.oar

 

Ojo con las mayúsculas y minúsculas, tanto en la microSD como en la carpeta interna cuando coloquéis el fichero de guionado. Un error hará que no se instale o no funcione bien, o incluso que perdáis la posibilidad de abrir libros con el CoolReader. En el caso de que os pase algo así, la solución más sencilla es bajaros una actualización de firmware y reflasheéis el aparato.

Cuando tengáis la SD dentro del Onyx, navegáis por ella y ejecutáis install_cr3.oar. Si todo ha ido bien, cr3new se habrá convertido en cr3. Conservad este cr3 porque es el fichero interno original. El desinstalador lo volverá a meter en su sitio, borrando la actualización.

***

AVISO: Esto va sin garantía de ningún tipo. 

***

Una última cosa sobre el software en linux. Ni os imagináis lo que me ha costado poder compilar el CoolReader para el Onyx. En princpio hay un SDK listo para usar, que construye las partes Open Source, tanto para x86 como para arm, bajo linux. 

Pues no. El sistema de construcción, llamado “rake” es una mierda pinchada en un palo. Inestable e incoherente, unas veces compila y otras no.

El proceso de compilación se lleva a cabo mediante CMake, que es una variante de los makefiles de toda la vida. Pues bien, aquí no es culpa del software, sino de Onyx, que son unos dejados de tomo y lomo. Había ficheros CMakeFile.txt incompletos, con opciones faltantes, etc. Una verdadera chapuza.

Pero la chapuza mayor estaba en el propio CoolReader. Aparte de que la parte de Onyx está a medio hacer, había símbolos duplicados a la hora de compilar. Es decir, hay clases repetidas entre las bibliotecas del Boox y el CR, y de hecho me hago cruces de cómo los propios programadores de Onyx pueden generar las versiones finales.

domingo, 29 de julio de 2012

iCloud vs SkyDrive (para editar documentos)

Dicen que si envuelves una mierda en papel de plata y la rodeas de mucha publicidad, pese a su apestoso olor y consistencia, la gente dirá maravillas de ella. También dicen que a veces hay joyas ocultas que nadie se molesta en mirar…
Pues eso es exactamente lo que ocurre con estos dos productos. 
Por un lado tenemos a la súper publicitada iCloud. La gente anda como loca con el producto, que sinceramente no es para tanto ni funciona tan bien como se pretende que lo haga. Por un lado tenemos la parte de copia de seguridad de tus compras en los iPad, iPhones e iPod. Eso, creo, está funcionando más que bien. Pero no os emocionéis: restaurar los cuarenta gigabytes desde la nube de mi iPad muy bien puede tardar un día entero o incluso más, tiempo durante el cual tu dispositivo es poco menos que inútil. Desde un MAC esa misma restauración suele durar un par de horas como mucho. También tienes que mirar lo que valen 50 GB de datos en iCloud.
Tu decides.
Podríamos añadir que si no te fías o corres el riesgo de que la parte del iTunes en tu MAC se corrompa, tienes la posibilidad no sólo de sacar a mano dicha copia y guardarla donde quieras, sino también la del Time Machine, que te permite no sólo tenerla guardad, sino recuperar versiones antiguas.
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Vale. Eso no lo tiene SkyDrive. De momento, porque veremos qué hace Windows 8 con los perfiles compartidos. Si no pasa nada y si cumplen lo prometido, la parte tableta de este sistema operativo lo traerá con la misma transparencia que lo tiene iOS (con la ventaja de que también funcionará, en parte, para la versión escritorio, cosa que no ocurre con iCloud).
***
¿Conocéis algo que se llama Conexión de documentos de Microsoft? Seguro que no, pero es algo que trae, al menos, Office 2011 para MAC. Ese programa te permite entrar no sólo en SkyDrive, sino también en otros servidores de Sharepoint… Una vez configurado, sólo tenemos que abrirlo e ir navegando por sus distintas carpetas y haciendo doble clic en los documentos pertinentes para que se abran localmente y luego se guarden en la nube.

Sí, habéis leído bien: carpetas. Las que quieras y con el nivel de anidamiento que quieras. 
¿iCloud? Sólo un nivel, al mismo estilo que la lista de programas de las iCosas. A todas luces insuficiente para cualquier trabajo profesional, aunque suficiente para uso doméstico y anecdótico, que parece ser el destino del sistema operativo de Apple para los equipos de escritorio.
Otra de las pifias de iCloud consiste en que cada programa tiene su nube, con lo que eso de tener centralizado todo en un mismo lugar y no repetir cosas (por ejemplo, yo podría editar un mismo DOC en Word y Pages) se va por el garete.
¿Qué pasa con la nube particular cuando borras un mismo programa en todos tus equipos? ¿Se pierde? ¿Se queda en el limbo esperando la reinstalación y ocupando espacio que quizás nunca vuelvas a recuperar?
Lo dicho, una porquería de servicio. Muy cool, muy fashion de la muette pero sólo eso y nada más.

viernes, 27 de julio de 2012

MacBook Pro Retina. Primeras impresiones

Bueno, pues llevo ya unos días con mi flamante MacBook Pro Retina y ya puedo hablar con conocimiento de causa sobre él.

Las principal mejora que publicitan es la pantalla Retina. En principio la cosa no tiene truco: tenemos una resolución increíble con una nitidez idéntica a la del iPad e iPhone. También han cambiado algunas cosas en la pantalla de selección de resoluciones: hemos pasado de que nos muestren las físicas a enseñarnos cinco resoluciones sin indicar nada más que una relación de tamaños de texto y espacio. De las cinco, la central es la nativa del Pro. Luego tenemos dos a cada lado. 

Una cosa curiosa que al parecer no está presente en este tipo de panel es la resolución nativa del mismo. Si os fijáis, en las pantallas tradicionales hay una resolución de pantalla que se ve perfecta, mientras que en todas las demás el resultado queda como borroso. Pues bien, en una pantalla Retina eso no pasa y todas tienen la misma claridad y precisión, lo que quiere decir que podemos trabajar con la que más nos guste.

No obstante, tener una pantalla de este tipo genera algunas complicaciones: algunos programas se ven horribles. Una muestra la tenéis con el cliente oficial de Twitter, que si bien para muchos -incluido yo mismo- es más que suficiente, en el Pro he tenido que sustituirlo por Twitterrific porque no es que se vea mal, es que se ve completamente horroroso, completamente emborronado.

Esto nos da una idea de cuán chapuceramente está construido un programa. Si tienes un Pro de estos, y el programa muestra el texto perfecto pero los gráficos escalados, los programadores que lo han hecho son de primera. Si te encuentras con que los gráficos se ven diminutos (independientemente de cómo se muestre el texto), estás ante programadores de segunda. Y finalmente, si te ocurre como con el cliente de Twitter, a esa gente no la puedes llamar programador…

A ver, que nadie se me sulfure, lo de la calidad del programador va medio en broma, pero lo de la chapucería nacional no.

Retomando el tema del Twitter, primero probé Tweetbot, pero está en versión Alfa y encima consume entre el 1% y el 10% de tiempo del procesador, con lo que la batería del Pro dura muchísimo menos. 

Ahora estoy con Twitterrific, tanto en el iPad como en el Retina. Dice que se mantiene sincronizado entre clientes, pero de momento a mi no me está funcionando.

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De todos modos, para aquellos acostumbrados a los paneles normales, no os podéis imaginar la calidad de la pantalla. Hay que verla para darse cuenta. Luego, cuando vuelves a un ordenador normal te das cuenta de lo mierdosas que son todas las demás pantallas, sobre todo las de los otros MAC, que pintan un texto bastante asqueroso.

La navegación Web, siempre que la hagas con Safari, también es exquisita en cuanto a calidad. Otros navegadores como Chrome no quedan a la altura del tema, y se ve todo como turbio, pero no tanto como con el cliente oficial de Twitter.

En mi caso, para minimizar este problema, tengo seleccionada la resolución mayor, que es casi idéntica a mi iMac de 27” pero en un tamaño de 15”. En algunos momentos sí que tengo que forzar la vista, pero son puntuales y con acercar un poco más la cabeza es más que suficiente.

De este modo la resolución de los gráficos queda casi idéntica a las 96 dpi estándar y no ves escalonado alguno, y el texto, aunque pequeño, también queda más que visible dada la calidad de la pantalla. Y si te queda demasiado diminuto, siempre puedes variar el zoom que la mayoría de editores de texto tienen.

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Compré la versión más grande, el i7 a 2.6GHz con disco SSD de 512 GB. Pero lo hice con un descuento puntual y se me quedó casi al precio del modelo inferior, y con ese tamaño de disco y lo que yo hago no tendré problemas de almacenamiento ya que nunca he llegado a ocupar más de doscientos o trescientos gigas. Y no lo hice por el rendimiento, sino por el disco.

No obstante, la combinación de procesador y disco hacen que este equipo sea rápido. Lo repito: rápido. No hay ningún tipo de retardo en casi nada, todo es instantáneo. Desde cargar un vídeo hasta abrir el Word o el Pages, que se toman su tiempo con un disco duro mecánico. Un test rápido me dio unos 390 Mb/s de escritura y 450 MB/s de lectura. Sin ser el rendimiento de Cruzier M4 del iMac, tampoco está mal.

Eso sí, como hagas algo más aparte de navegar o de mirar el correo el ordenador se calienta. Poco pero se calienta, y si haces más cosas más se calentará, hasta el punto de que tendrás que quitártelo de las piernas.

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Pesa muy poco más de los dos kilos, y la verdad es que no se hace muy pesado si no se calienta. De hecho lo he estado usando en el sofá con él sobre el pecho para leer un PDF y sostenido entre las rodillas y el pecho, tumbado, para escribir algo. Evidentemente es más pesado que el Air, pero tampoco es tanta la diferencia y, si sumamos el mayor tamaño de pantalla y su calidad, al Air le voy a dar pase de venta dentro de poco. (Por cierto, ¿Le interesa a alguien un Air del 2011 de 13”?).

Una cosa que no me ha gustado es que parece menos robusto que las versiones no Retina. Al cogerlo con una mano cruje un poquito y te da algo de yuyu. Se ve que al ser más fino cuenta con menores refuerzos internos. Y otra cosa: no lo sujetéis con una sola mano desde el lateral y hagáis presión sobre la zona de los altavoces…

***

El sonido es acojonante, que es otra de las características de su venta. Pantalla, disco y sonido. Os puedo asegurar que se oye incluso mejor que un iMac, que debe tener altavoces, si no de más calidad, sí algo más grandes.

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Y finalmente está el tema de la batería. Se carga en unas dos horas y se descarga más que adecuadamente para durar lo prometido o incluso más. De hecho, pese a haber estándole metiendo el León Montañés, y luego todas las actualizaciones pertinentes, sólo he tenido que recargarlo una vez.

Y bueno, que sepáis que esta entrada ha sido escrita desde el susodicho equipo. :-)

domingo, 15 de julio de 2012

Haz lo que digo pero no lo que hago (de la App Store va la cosa)

No sé si conocéis qué es Scrivener. Por si acaso no, es una herramienta para escribir libros, cuentos, ensayos, guiones y otros temas literarios. Lo cierto es que es bastante buena en su cometido. El concepto se aleja bastante de un procesador de textos tradicional, porque da igual importancia a escribir tu texto como a mantener otras estructuras que un escritor necesita. Lo único mejorable para un usuario que escriba en castellano es que carece de soporte de diccionario y sinónimos en este idioma ya que se basa en el motor interno del OS X para realizar dichos menesteres, y dicho sistema es un poco pobre en cuanto a eso. Por lo demás, impecable.

Pues bien, hace como dos semanas anunciaron una actualización importante al programa. Y digo importante porque se trataba mayormente de una corrección de bugs. No obstante, entre la versión 2.2 y la 2.3 del citado programa, Apple hizo una serie de cambios a la App Store, mayormente la obligación de que todas las aplicaciones cumplieran con el sandboxing

Según la propia política de Apple, sólo las nuevas aplicaciones deberían cumplir esta regla, no obstante Scrivener fue rechazada por no implementarlo pese a ser únicamente una actualización bugs.

Pero el problema real no es ese, el problema real es otro. 

Parece ser que ninguna aplicación de Apple (léase Pages, iPhoto, etc.) cumple con las reglas del sandoxing. Por lo tanto se trata más de una repetición del ordeno y mando dictatorial al que nos tienen acostumbrados, con el añadido de que, según la gente de Scrivener, existen serios bugs en el sandboxing que todavía no están solucionados ni en Lion ni en Mountain Lion, por lo que absolutamente todos los procesadores de textos fallarán estrepitosamente según qué elementos de edición del sistema uses. Y quizás sea ese el motivo por el cual la propia Apple no transforma su Pages…

Al final, dadas las rigideces artificialmente impuestas por la compañía de la manzana, vamos a tener una serie de aplicaciones que si las hemos comprado de la App Store o bien no van a estar actualizadas o bien van a fallar… por culpa de Apple.

Es una situación bastante insostenible que se niegan a solucionar y, para más inri, una aplicación convenientemente preparada, podrá saltarse el sandoboxing como si no existiera dado los problemas de seguridad que tiene.

Un 0 para Apple, y a ver si se pone las pilas.

sábado, 14 de julio de 2012

Ahora sí, ahora no. Vivan las cerificaciones

Somos imbéciles. O al menos eso es lo que Apple piensa de nosotros. Os cuento una historia sobre certificaciones.

Todos (o la mayoría, no sé) de los equipos de Apple traen varias certificaciones. Una de ellas es la EPEAT, que parece ser que si se la dan a un equipo, aparte de ecológico, es de montaje y desmontaje fácil (o algo similar). He de reconocer que tampoco he mirado exactamente qué es EPEAT, pero para la tesis que quiero defender no hace falta. Simplemente es una pegatina más que puedes poner en la caja y en las características del equipo, y que se supone, como el valor en la mili, cumple una serie de requisitos más o menos estrictos.

Yo recuerdo haber pasado algunas de inmunidad electromagnética con serias dificultades, sobre todo cuando ves cómo le aplican nosecuantosmil voltios a tu cacharrín y ves cómo se cae y luego se levanta. También he pasado algunas especiales para poder ser homologadas y cumplir ciertas legislaciones locales. Estas han sido más fáciles, porque simplemente comprueban que tu equipo cumple con los mínimos exigidos por la ley.

Por lo tanto sé de lo que hablo. Y quizás algún día cuente una anécdota -si se le puede llamar así- de algo que me pasó tiempo ha y que casi hace que le prendiera fuego al laboratorio que las hizo.

Pues bien, hace unos días Apple dijo que sus equipos ya no tenían la certificación EPEAT. La gente empezó a quejarse, y días después Apple dijo que sí, que la volvían a tener.

¿Cómo puede ser eso? A ver, la tienen o no la tienen. Ojalá fuera tan fácil eso de ponerse y quitarse pegatinas. 

De hecho, ahora ya también la tiene el MacBook Pro Retina, que según dicen los expertos es de lo menos ecológico y difícil de montar/desmontar que hay actualmente en el mercado.

De todo esto yo me quedo con la idea de que un poco imbéciles si que debemos ser, por creernos a pies juntillas lo que nos dicen, como si fuera tan fácil poner o quitar una certificación, y todavía más imbéciles por tragarnos que el Pro Retina cumple la EPEAT. Vamos, que poderoso es don dinero, y tonto el pueblo entero.

martes, 10 de julio de 2012

De "Unseen Academicals" a "El Atlético Invisible"

[Nota: esto sale en dos de mis blogs, este y este].
Seguro que Terry estará revolviéndose en su tumba… Espera, espera, que todavía sigue vivo. Bueno, entonces lo que estará es llamándonos tontos del culo o algo así. A nosotros no, al traductor y a la editorial que acaba de publicar uno de sus libros: “Unseen Academicals”
No vamos a entrar en detalles sobre el precio, que directamente es un robo a mano armada en su edición electrónica (doce euros y pico) y casi, casi, lo mismo para la de papel (sobre dieciocho). De eso ya he hablado suficiente en otros momentos y lugares, y ya sabemos cómo tratan las editoriales a sus clientes, que prefieren el beneficio rápido aunque eso las condene al fracaso y al cierre a largo plazo a una sostenibilidad más razonable.
***
Del libro lleva más de un año circulando una traducción no autorizada realizada por la comunidad. He de reconocer que sólo lo empecé a leer, pero me pareció justa y correcta. Y esto significa otro capón para las editoriales: como no lo hagan ellas, siempre habrá quien gane. 
Si sumamos la traducción no oficial, y el precio del ebook… pocos van a vender, lo que se sumará a la continuada queja editorial sobre la piratería sin darse cuenta que son ellos mismos los que la están fomentando. Bueno, sin darse cuenta no, más bien prevaricando y retorciendo la realidad y estirando de los hilos de los favores debidos…
***
Pero no quería hablar de eso. De lo que quiero hablar es de la traducción del título, que me parece no pésima, sino más que horrible, y encima por muchas razones.
A ver, Unseen Academicals, que es el original, tiene traducción directa al castellano: Los Académicos Invisibles. ¿Tiene algo de malo este título? Parece ser que sí, pero yo no se lo veo. En fin.
Bueno, pero es que resulta que el título sí que tiene trampa. Los Académicos, que realmente son magos en el universo de Pratchett, viven en un recinto que se llama Unseen Academy, que de nuevo traducido al castellano es La Academia Invisible. Pero según el argumento de la novela, resulta que nunca se los ha visto jugar al fútbol desde hace muchos años. 
Por lo tanto lo de unseen tiene doble sentido, por lo que podríamos interpretar lo de Unseen Academicals como “Los académicos nunca vistos… jugando al fútbol”. Y es que Pratchett es mucho Pratchett, y todas sus novelas suelen tener más de una lectura.
¿Pero de ahí a El atlético invisible? Simplemente hay que joderse, y mucho. 
Quiero creer que la traducción no acompañe al título, porque si no la hemos jodido a base de bien. Espero que Gabriel Dols Gallardo haya hecho bien su trabajo, aunque el título hace que empiece a dudarlo.
Pero ¿qué pasa si eres del Barcelona (por poner un ejemplo)? Eso de “atlético” no te va a caer muy bien que digamos…
Lo dicho, un dechado al buen hacer… Hay que joderse…

domingo, 8 de julio de 2012

Instalando un segundo disco a un iMac mid 2011 (III). Software

La segunda parte de esta entrada está aquí.
Bueno, si todo os ha ido bien, el MAC arrancará como siempre, pero ahora tendrá un disco más que tendréis que inicializar. En mi caso, sin contar nada externo al MAC, ahora tengo dos discos duros, uno SSD de 256GB y otro mecánico de 1TB, cada uno de ellos conectado a su propio puerto SATA III. El mecánico es el que viene de serie con el iMAC, el SSD es un Cruzier M4 (El de 2TB es el FireWire 800 que ahora uso de Time Machine):

Mi primera idea fue restaurar la partición completa que tenía en el mecánico sobre el SSD. Pese a haber sido copiada sin problemas desde la partición de recuperación del iMac, y tras reiniciar el disco mecánico, dos cosas empezaron a ir mal:
Perdí la partición de recuperación que estaba en el de 1TB, y mi cuenta de usuario perdió algún tipo de token de seguridad y se fueron al garete la mitad de las activaciones de programas y la otra mitad dejó de funcionar bien, dando extraños errores. Por lo que tuve que restaurar de nuevo sobre el mecánico, desactivar algunos programas que llevaban activaciones, y luego realizar una instalación en limpio sobre el SSD, dejando el mecánico como disco para datos. 
En el SSD tengo el sistema operativo con todo, incluso un par de máquinas virtuales. En el otro todo lo que me voy descargando de internet, otras máquinas virtuales y el código fuente, que tengo duplicado online mediante SkyDrive. Tengo ambos discos ocupados en un 50% aproximadamente.
***
Realicé una serie de pruebas de rendimiento sobre el Cruzier. Yo no sé dónde se sacan las tasas de escritura, pero las de lectura sí que acompañan. Recién instalado, con el sistema operativo en el disco mecánico, me dio unas tasas de 200MB/s de escritura y unos 600MB/s de lectura. Sí, 600. Ahí queda eso.
Justo ahora, con todo el sistema operativo instalado, el rendimiento del disco es el indicado:

La escritura ha tenido picos de 300, y la lectura de 600. Como dijo aquél, ahora vas y lo kaskas.
***
¿En qué se traduce eso? 
Pues en 8 segundos de tiempo de arranque desde que aparece la pantalla blanca hasta que tienes el escritorio funcionando. Antes con el mecánico tardaba unos cuarenta segundos a aparecer el escritorio, y luego el disco se tiraba sus buenos cinco minutos rascando como loco. También era habitual que me apareciera la roseta multicolor de la muerte con bastante frecuencia. Básicamente siempre que tenía que hacer alguna tarea intensiva de disco y a veces hasta redimensionando ventanas.
Ahora, lanzar programas como Pages, Word, Excel o el propio iTunes son operaciones instantáneas. Y la rosa multicolor sólo la veo cuando accedo al disco mecánico y está detenido, porque si todavía no se ha parado tampoco tengo esos autismos a la hora de escribir en disco.
Incluso la máquina virtual Windows que tengo se levanta en un par de segundos, y los programas se lanzan de forma instantánea. Más que en PC (también con discos SSD pero mucho más antiguos y más lentos). Las que están en el disco mecánico van algo más lentas, pero no mucho más.
Digamos que tener un disco para el sistema operativo y otro para los datos es lo que realmente necesita OS X para disparar el rendimiento de todo.
***
TRIM o no TRIM
La pregunta del millón. ¿He parcheado para activar el TRIM? Pues no. Os cuento.
Los discos SSD son memorias tipo flash como las SD y los USB, lo único que sensiblemente más rápidas. Este tipo de chips funcionan de forma completamente diferente a los discos tradicionales. Digamos que se presentan como una serie de sectores lineales como los discos, pero debajo hay otra cosa: chips de memoria estática.
Estos chips tienen tres comandos: lectura, escritura y borrado. Y una regla: antes de escribir hay que borrar. O escribir sobre borrado. 
Cuando el sistema operativo lee de disco, el driver del SSD traduce la orden de lectura ATA a la de lectura del chip o chips afectados. La lectura se realiza y no pasa nada.
Cuando el sistema operativo escribe en un archivo, el driver SSD traduce la orden de escritura ATA a una del chip. Si el chip está borrado, se escribe y no pasa nada. Si el chip no está borrado, primero se emite un comando de borrar y luego de escribir. Cosa curiosa el borrado es sensiblemente más lento que la escritura. Digamos que borrar es “peinar” las celdillas, dejándolas en punta. Cuando escribes, agachas las celdillas pertinentes y punto.
Cuando el sistema operativo borra un archivo, realmente no lo borra, sino que lo marca, dentro de la tabla de índice, como borrado. Por lo tanto, el contenido del fichero no se borra, tanto en un disco magnético como en uno SSD. Cuando se sobreescribe un sector de un fichero borrado (pero que no está borrado en sí), en un disco mecánico la cabeza pasa y reescribe sin problemas. En uno SSD no. En uno SSD hay que, primero borrar las celdillas y luego escribir. 
Para que os hagáis una idea: una operación de escritura sobre unas celdas no borradas puede pasar de una tasa de 250MB/s a 10 ó 20MB/s, como cuatro veces más lenta que en un disco mecánico.
Conforme vamos usando un disco SSD, vamos creando y borrando ficheros. Lo hacemos nosotros y lo hace el sistema operativo, y el driver del disco, que no es tonto, va usando partes borradas para escribir, hasta que ya no quedan de esas y entonces se utilizan las que están todavía sin borrar. Y viene la caída de rendimiento. Os aseguro que yo lo he experimentado con el PC y es enorme. De diez a uno, o más.
¿Cómo se soluciona eso? TRIM. Cuando un MAC (o un Windows o las últimas versiones de Linux) marca un archivo como borrado, mira qué sectores ocupaba y envía un comando TRIM para cada una de esas celdillas. Luego, el disco, cuando tiene tiempo libre, va ejecutando el comando de borrar sobre dichas celdas. Y cuando se vaya a escribir de nuevo, éstas ya están peinadas y nos ahorramos el comando de borrado y por tanto la caída de rendimiento.
Aquí hay un handicap, y es que si el disco no tiene tiempos idle no va a borrar nada, por lo tanto los discos SSD no suelen valer para los servidores. Con los mecánicos pasa lo mismo, que al tener una tasa de uso intensiva, la parte que calcula cómo evitar la fragmentación no tiene tiempo de actuar y el disco se fragmenta que da gusto, pero la caída de rendimiento de un disco mecánico fragmentado no es tanta como la de uno SSD sin celdas vacías.
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¿Qué pasa con mi Cruzier M4? Pues que según el fabricante tiene una cosa que se llama recolector de basura, que es una variante al TRIM pero sin TRIM, y que en concreto para los MAC, dicen, no es necesario activar el TRIM porque ellos ya lo hacen de forma automática con su recolector, y que de hecho, activar ambos es contraproducente. Ignoro si es cierto o no, pero en mi caso, y de momento (y sin activar el TRIM) todavía no he experimentado ninguna caída de rendimiento.
Parece ser que todos los Cruzier M4 llevan este sistema, y que si el tuyo no, actualiza a la última versión del firmware y lo tendrás.
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Desfragmentar, recuperar datos borrados
Los discos SSD no necesitan desfragmentarse (cierto es que, salvo excepciones, los mecánicos tampoco). Iba a decir que no se fragmentan, pero sí que lo hacen, en la misma medida que uno mecánico. La diferencia está en que dicha fragmentación no afecta para nada al rendimiento. 
Un disco SSD es una serie de chips uno al lado del otro, y el tiempo de acceso es prácticamente idéntico. Salvo en una lectura/escritura en modo ráfaga, bastante poco común salvo que estemos copiando ficheros grandes, el rendimiento es prácticamente el mismo ya que el tiempo de acceso a cualquier parte a partir de otra diferente es prácticamente el mismo.
Cuando un disco SSD se rompe los datos no se pierden. Se queda en modo lectura y punto. Al no tener partes mecánicas no hay nada que se pueda romper físicamente. Está claro que si una celda se rompe está rota, o que si sufre una sobretensión se puede ir todo al garete, pero no es lo habitual. Cuando un SSD empieza a tener problemas serios de escritura el firmware impide más escrituras, pero todavía se puede usar como dispositivo de solo lectura, aunque mi consejo es que copies los datos lo más rápido posible.
Finalmente, cuando un fichero ha sido borrado (y el TRIM o el recolector ha hecho su trabajo), olvídate de recuperar nada. Si formateas, formateado has. No hay vuelta atrás. Las celdas se han borrado y no queda rastro, no al menos desde el punto de vista de la calle. Supongo que los gobiernos y otras entidades tendrán sistemas para cortar los chips y fotografiarlos y encontrar las celdillas residuales no borradas, o restos de electrones atascados aquí o allí, pero a efectos prácticos olvídate de recuperar tus datos por cualquier medio. Así que afila tus copias de seguridad. 

Instalando un segundo disco a un iMac mid 2011 (II). Operación

La primera parte de esta entrada está aquí
Bueno, al final me ha llegado el kit de montaje del segundo disco, con un puto recargo de treinta euros de aduanas por una caja de herramientas y un cable. Un poco cabrones sí que son, la verdad. En fin.
Bueno, no voy a contar mucho aquí. He seguido los pasos descritos por la gente de iFixit, y de hecho el desmontaje y montaje son bastante sencillos excepto una serie de cosas importantes que han omitido.
En primer lugar la pantalla del iMac sale con muchísima facilidad ya que va sujeta con imanes. Lo que si que hay que tener es mucho cuidado con ella porque es un simple plástico. Nada de cristal, así que ciudadín con los rayones y los golpes.
Una cosa que no comentan y que es muy importante es lo que creo que es la tarjeta WiFi, que está por el centro de todo. Ved la foto.

Si una vez que has soltado la CPU empiezas a moverla para acá y para allá lo más fácil es que se os suelten los tres cablecillos que van a malas penas enganchados en la placa. Para quitarla sólo hay que soltar el tornillo de la izquierda de la parte de abajo.
Ojo con los tornillos que sujetan la CPU, que no son todos iguales aunque lo parezcan. De los que tienen cuerpo sin roscar, hay dos alturas. Anota bien quién es quién.  
***
Levantar la CPU para colocar el conector SATA es fácil. Lo que es un poco laborioso es volver a meter la placa base bien. Y ojo, mucho cuidado que hay que encajarla en su sitio. Cuesta un poco pero al final se consigue. También hay que tener cuidado con los cables que has soltado, que en un tres y no res se meten por debajo y tienes que andar metiendo puntas o pinzas para recuperarlos.
***
Os hará falta una linterna. No es imprescindible pero ayuda un montón a la hora de mirar cuando no tengas claro qué hay debajo o cómo encajan las cosas. Tampoco estaría de más que os agenciárais unas pinzas. Por si se os escapa algún cable.
Por lo demás es proceso es completamente transparente, y al encender el MAC este pita si te ha olvidado meter de nuevo la RAM, que es lo que me ha pasado a mi. Menudo susto, oye, hasta que he visto en un rincón de la mesa los cuatro módulos de memoria… 
***
Y nada más que decir. Luego os cuento cómo va el software y qué hay que hacer para instalarlo: básicamente nada. 

domingo, 1 de julio de 2012

De Kindle a Boox i62HD (Review y cómo automatizar tareas)

El RFOG se ha cambiado de bando, o al menos eso parece. No es que sea un chaquetero, sino que simplemente se ha cansado de sus Kindles. La jugada todavía no ha terminado, porque le queda un cacharrín por vender. Os cuento.

En su haber, y a fecha de hoy, tiene un Kindle 2 USA y otro DX (no recuerda si USA o Internacional) prestado a una de sus hermanas. Luego tiene otro Kindle 2 Internacional que obra en las manos de la otra. Eso son préstamos en usufructo, lo que viene a decir que son propiedad de sus hermanas y que, salvo que se cansen o se les rompa, no los volverá a ver.

También poseía un Kindle Touch WiFi, que ahora es propiedad de su novia. El Kindle 4 que le regaló a ella lo tiene, en préstamo, la madre de RFOG. Queda un Kindle 3 de su novia que de momento duerme el sueño de los justos pero que seguro será vendido próximamente.

También ha vendido su Nook de primera generación (el de la pantallita), su Kindle 3 con funda de luz, y su Kindle DXG. Tiene apalabrado su Boox 6, que anda un poco corto de batería, y su PocketBook 903 Pro, que todavía sigue en venta. 

Para el que le interese, su precio es de 250 euros portes incluidos a la península. Se ha interesado bastante gente en él, pero nadie se decide. Y de momento el precio no es negociable. 

***

Como veis, prácticamente se ha deshecho de su flota de lectores de e-books que no tiene prestados. El principal motivo de la venta es muy sencillo: hay que darles mantenimiento mensual si no quieres que se les rompa la batería, y hay que irlos actualizando. Si no los usas, claro, que lo que le ocurre a él.

Se queda con un Transformer Prime con teclado en castellano, un iPad 3 (más un iPad 1 que está usando su novia), y su nueva joya de la corona: un Boox i62HD. 

***

El Boox. 

Es un aparato de última generación con pantalla HD, lo que quiere decir que en lugar de 800x600 píxeles de resolución tiene 1024x768, lo que se nota bastante. Claro, no es un iPad 3, pero sí que pinta mucho mejor el texto y te permite tener una fuente algo más pequeña sin pixelar.

Como es habitual últimamente, tiene pantalla táctil por infrarrojos y WiFi. Aparte de eso soporta la mayoría de formatos, cosa que a fecha de hoy ya no es tan importante ya que tenemos el Calibre para realizar las conversiones de forma automática.

Si queréis leer en detalle sobre el cacharro, podéis echar un vistazo a esta que ha hecho el amigo Aprendedor, que fue el valiente que pidió la primera unidad, al menos en la familia de Lectores Electrónicos. 

Yo tengo poco más que añadir a la misma. Bueno, sí, alguna cosilla. 

Para empezar, el firmware cumple con lo prometido, justito pero lo cumple. Lo más destacable del mismo es que puedes elegir qué programa quieres para visualizar los diferentes formatos. Tiene el PDFViewer para PDF y ePub, que es el visor con DRM de Adobe y que, según opinión generalizada de todo el mundo, es una mierda pinchada en un palo. FBReader y CoolReader son los otros dos visores.

Tengo que decir que mi gran favorito, CoolReader, me está desilusionando por los problemas que tiene, que ignoro si serán de Boox o del propio CoolReader. Pese a poder configurarlo externamente (aquí lo explico), sigue haciendo mal el silabeo, y el renderizado del texto es bastante malo. La única ventaja que le veo es la doble columna en apaisado, que se puede activar manualmente editando el fichero de configuración que está en el disco del lector. Por esos motivos, tiene a FBReader como visor principal.

También he intentado compilar el SDK y los programas que vienen de ejemplo, y como es habitual con la mierda de Linux, no he podido porque faltan paquetes y hay bugs que no solucionan ni así los maten…

La duración de la batería, o bien es exquisita, o bien el medidor no funciona. Una de dos, porque con cuatro rayas lo recibí y con cuatro rayas sigue al cabo de casi una semana de leer todos los días.

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Una de las poquísimas cosas que echo a faltar es la facilidad que tenía el Kindle de enviar libros de forma automática sin tener que conectarlo al ordenador. Con enviar el fichero por correo electrónico era suficiente.

En el Boox (y ya de paso en cualquier otro) eso no es posible, por lo que o bien lo conectas a un PC, o bien te inventas algo. 

Enchufarlo a un MAC tiene un pequeño problema, y es que el desmontaje de la unidad no se realiza de forma satisfactoria y, aparte del aviso del propio ordenador, el Boox se queda un poco pillado hasta que lo reinicias.

Una forma de evitar este problema es tener todos los libros en una microSD. Como no lee metadatos, puedes tener los libros que quieras sin que el aparato se ralentice. 

Luego duplicas esa carpeta en el ordenador, o más bien creas una carpeta en tu ordenador con los libros que quieras que vayan en la SD del Boox (o de cualquier otro que tenga soporte para tarjeta externa). Cada vez que quieras añadir o quitar algo, lo haces sobre dicha carpeta.

Y luego te agencias algún programa de sincronización. En Windows tienes el Microsoft SyncToy, que es gratuito y funciona muy bien. En MAC todos los gratuitos que he probado adolecen de algún problema. No obstante, en un Bundle de esos que a veces te venden diez programas por el precio de uno, obtuve el FolderSynchronizer que funciona muy bien y es muy sencillo de manejar.

Ya sólo queda configurar el tema para que la SD quede como elemento de copia de seguridad de tu carpeta local y, cada vez que añadas o quites libros, sácala del lector, insértala en el ordenador y sincroniza.

Claro está, también puedes hacer eso enchufando el lector al ordenador.