domingo, 29 de diciembre de 2013

Estamos rodeados de tontos

Leo aquí una de esas entradas, o artículos, o como queráis llamarlo, que hacen que me hierva la sangre a más no poder. 

Sinceramente, ese tío es tonto del culo. 

Es tonto del culo por muchas razones, la mayor de todas es que tiene más razón que un santo, pero, igual que muchos iletrados tecnológicos, ponen el carro delante del burro.

También existe otra opción, y es que este señor, que mi mujer dice escribe de forma bastante pedante y para lucimiento propio -yo no lo he leído ni creo, visto el caso, que lo haga-, esté haciendo el ridículo más espantoso por los cuatro y miserables duros que le han pagado por escribir esta burrada.

Digo, alguien quiere que se hable mal de las telefónicas y/o de los suministradores de banda ancha, le paga unas pelas a quien sea para que se ponga en ridículo ante el foro y sirva de vocero ante sectores interesados en, realmente, no sé qué.

Vamos, que no se le pueden poner puertas al campo, a lo más tender senderos que puedan conducir a los rebaños internautas, si estos quieren, claro, porque si no, como si lo vallan con alambre de espino fronterizo: la gente seguirá cruzando por donde quiera y porque sí.

Sea la opción que sea, me reitero en mi afirmación: tonto del culo.

A ver, que este señor tiene más razón que un santo, ya lo he dicho. Que la piratería es una lacra. Estoy con él.

Que la gente compra menos libros que antes. Estoy con él. Que los autores deben vivir de lo que escriben. Estoy con él. 

Que los datos que cita son ciertos. Pues no lo sé a ciencia cierta, pero deben ser ciertos, al menos en esencia. Digamos que también estoy con él en este sentido.

Hay otras afirmaciones en las que podría discrepar. Quizás se hayan dejado de vender libros porque en 2011 la crisis no era tan acuciante como ahora (un millón más de parados, mucha más gente por debajo del umbral de la pobreza), y quizás en esos millones que todavía son más pobres estén lo que antes compraban un libro.

Sí que tiene razón en algo: yo compro menos papel. Bastante menos. De hecho, creo haber adquirido este año no más de cuatro o cinco libros con soporte de árbol muerto, cuando en mis tiempos la tasa era de veinte o treinta.

Pero he comprado, sí, comprado, aproximadamente unos 50 ebooks. Más que en papel, de hecho he comprado tantos que mi the pila es bastante grande. Más que cuando no existía eso del eBook.

A lo mejor soy yo solo el que ha hecho ese 0,6% que cita el autor y todos los demás lo han pirateado todo. Pero resulta que no, que conozco a mucha gente que antes compraba papel y ahora bits.

Quizás sea que no han incluído a Amazon y su Kindle, y sólo reflejan las ventas de Libranda. Si ha sido así, siento ser tan duro: que se jodan, u os jodéis. Vosotros os lo habéis buscado, por intentar tergiversar (como hacéis siempre) el mercado. 

En román paladino: Libranda era una mierda, y lo es, y lo seguirá siendo.

Quizás si, quizás hayáis puesto los datos de Amazon. Cómo los habéis conseguido no lo sé, porque esa empresa no suelta prenda.

Quizás la gente no compra ebooks y piratea porque una media de 8 euros por ebook (que te crees tu eso, la media está entre 10 y 15 euros), y si no visita tiendas libranderas, es un robo a mano armada.

Que no, que un ebook lo formatea un profesional en dos horas, cuatro si quieres. De ahí a la plataforma de venta. Que el paso del documento original a uno válido para papel y electrónico dependerá de lo chapuzas que sea el escritor, pero es el único gasto igual (y que se puede compartir).

Poned una novedad a 6 euros, y a 3 cuando salga en bolsillo. Y los clásicos, a euro. Pero por favor, no uséis las versiones que ya hay por la red y son pirata. No es la primera vez que he comprado un ebook más o menos clásico y me he encontrado con que es la misma versión que anda por la red, pero empaquetado por una editorial que gana dinero a costa de la buena voluntad (sí, lo que lees, buena voluntad) de gente que pone sus medios y su tiempo para que esa obra que sólo está en papel, también lo esté en electrónico.

Pero me he ido por los cerros de Úbeda. He escrito aquí cosas que seguro se pueden matizar o incluso estar yo equivocado, pero sí que hay una que, de nuevo en el hilo del tema que nos ocupa, convierten al que escribió la entrada anterior en o bien un tonto del culo o bien en un perfecto iletrado tecnológico.

No sé qué es peor de las dos opciones, pero lo cierto es que un ebook típico pesa unos 300K (300 kilobytes), o sea, que no hacen falta precisamente 50 “megas” simétricos para poder bajarte unos cuantos. Un simple modem de 56K, como hace muchos años que ya no se ven, dan para bajarte una buena biblioteca en unas horas.

¿Capischi?

Por favor, a la próxima, defended mejor lo indefendible. A lo mejor hasta os sale bien y todo.