sábado, 30 de abril de 2011

Honeycomb vs iPad (Review Iconia TAB A500, III)

¿Por qué le he cambiado el título a la entrada? Es muy sencillo: porque más que ver cómo funciona el ACER, lo que estoy viendo es cómo funciona Honeycomb frente al iPad. Es decir, la nueva hornada de tabletos son todos iguales respecto al hardware y al software, y en lo único que se diferencian es en el diseño y en los botones.

Resulta un poco risible la situación que se está dando en este momento. Existe una compañía que ha creado un producto limitadísimo, con unas condiciones de uso draconianas y una capacidad de personalización rayana en el cero absoluto. Eso sin contar barrabasadas varias como el tema del seguimiento de las estaciones de telefonía y más cosas que seguro saldrán a la luz. Y por otro lado todos los demás fabricantes intentando hacerle la competencia. Y van perdiendo.

Me recuerda a cierto paralelismo con Microsoft en la época del MS-DOS y de los primeros Windows. DR-DOS le daba cien mil patadas al de Microsoft, y OS/2 hacía lo mismo su equivalente. Sin embargo la compañía de Redmon se quedó con el pastel, de igual forma que lo está haciendo ahora Apple, y con las mismas técnicas sucias y rastreras. Para que luego digan que la historia no se repite.

No obstante, el iPad mola. Mola en todo menos en una cosa, que no llego a entender por más que intento encontrarle sentido.

Hablando en plata, después de estar casi dos días manejando la tableta con Honeycomb, ver el iPad me da asco. Pero de eso hablaré mañana, y lo demostraré poniéndoos unas fotos comparativas.

Pero volvamos a Honeycomb. Cuando empecé a leer los primeros comentarios sobre el sistema operativo, me negaba a creer lo que estaba viendo. Google no podía haberlo hecho tan mal. Pero sí, lo ha hecho. Pésimamente. Por ejemplo, el Android Market, la aplicación que nos lleva a comprar e instalar las aplicaciones, peta. Peta sistemáticamente. A veces vas a mirar un programa y te salta la pantalla de cierre. O al instalarlo. O al comprarlo. Básicamente es una mierda de programa.

También se nota cierta prisa en otras partes del sistema. Algunas pantallas sólo tienen una orientación. No, no me refiero a que sólo se puedan ver en horizontal o vertical, me refiero a que sólo se pueden ver en una de las cuatro posiciones. Y para más inri, aunque no estoy completamente seguro, dependiendo de la pantalla, va a un lado o al otro.

El rendimiento no es muy allá y a veces va a trompicones. Se queda como autista una fracción de segundo y sigue. No me refiero a las aplicaciones, sino a las cosas del sistema operativo. El cursor (el trapezoide ese) cuando estás editando texto a veces se va a una esquina y tienes que quitar el dedo, esperar un poco y volver a ponerlo. No obstante es una ventaja frente a iOS, que te fuerza a tener la palabra como precisión máxima.

Aun así, funciona bastante bien y no me ha perdido ningún dato. Digamos que se nota que necesita un hervor, sería como una RC de Windows, en la que todo funciona aceptablemente bien pero todavía necesita un toque.

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El diseño del sistema es bastante ergonómico. Destaca el botón global de ir hacia atrás (como en los Kindle) y el listado de los programas en ejecución. La combinación de ambos es muy potente, y funciona con suavidad y a la perfección. En contra de lo que he leído por ahí, sólo te muestra cuatro (apaisado) o cinco (vertical) aplicaciones, que se lanzan enseguida aunque a veces ya se hayan descargado de memoria.

El concepto de escritorio tampoco está nada mal, aunque en mi caso me sobran todos los widgets, incluso el del reloj, aunque ese lo he dejado. La búsqueda de aplicaciones y en internet se hace de forma simultánea y a veces lleva a confusión. Y si estamos perracos para teclear sobre un cristal, podemos usar el reconocimiento de voz, que funciona muy bien, y sin entrenamiento.

Lo demás es lo habitual, la lista de aplicaciones, un agrupador de las mismas un tanto exótico aunque funcional, y poco más.

La impresión es que como iOS no se aplique el cuento, se va a quedar atrasado en cuanto a ergonomía y facilidad de uso (o más bien diferentes formas fáciles de hacer una misma cosa). Después de usar Honeycomb, el iPad se me queda como obsoleto, y más aún en el aspecto de la multitarea, porque si dejas una aplicación haciendo algo (por ejemplo el navegador abriendo una página), cuando vuelves ya lo ha hecho, en contra del iPad en el que, mientras ha estado en backgound, no ha hecho nada.

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A fecha de hoy, el gran problema de Honeycomb son las aplicaciones, que brillan por su ausencia. No nos engañemos: hay miles de aplicaciones para Android y que funcionan en Honeycomb. Miles. Pero están diseñadas para una pantalla más pequeña y lo que en un móvil resulta útil e interesante, en una tableta no.

La peor limitación de las aplicaciones está en que cada tarea se realiza a pantalla completa, y no existe el concepto de ventana flotante como en iOS. Resulta desesperante ir recorriendo una a una todas las fuentes porque no puedes saltarlas o el hecho de saltarlas supone retroceder dos pantallas y volver a avanzar otras dos, sin saber dónde tocar porque no hay pistas visuales.

Si en iOS no existe el concepto de “ir al siguiente mensaje sin leer”, en Honeycomb tampoco, como tampoco existe el de “marcar todo como leído”. A mí al menos me desespera mucho tener cien fuentes (o correos) sin leer, leer los que me interesen, y marcar los demás como leídos. En Honeycomb no se puede hacer. Ni con las aplicaciones que vienen con el tableto, ni con las de terceras partes.

Personalmente me encuentro un poco preocupado, porque me da la impresión de que soy el único que protesta por esas cosas. Si el loco piensa que todos los demás están locos, lo más lógico es que quien realmente lo esté sea uno mismo, ¿no?

De todos modos me parece imbécil que nadie se haya dado cuenta de eso. ¿Será que los programadores no usan sus productos más allá de la verificación? Es que ni siquiera el Google Reader, que viene con el Honeycomb lleva la opción de marcar todo como leído, ni una vista en maestro detalle como en el iPad. Bueno, sí que la trae, pero es una mierda pinchada en un palo. Ergonomía cero.

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La pantalla es demasiado ancha o demasiado alta. Será cojonuda para ver películas, pero resulta una mierda para otras cosas, sobre todo cuando el diseño de la aplicación no acompaña.

Pobre, muy pobre. Algunas cosas están muy bien pensadas, pero otras parecen diseños de principiante, y de principiante no muy inteligente.

A Honeycomb no le falta un hervor. Le faltan tres, y el rediseño del 50% de sus conceptos. En eso iOS le gana por goleada. De hecho, iOS en el iPad le gana por goleada en absolutamente todo menos en:

· Calidad del pintado del texto.

· Sistema de ficheros público.

· Posibilidad de añadir más almacenamiento mediante tarjetas.

viernes, 29 de abril de 2011

Acer Iconia TAB A500 (II): Primeras impresiones

Bueno, pues ya llevo un rato con el aparato y me he hecho un poco a la idea de cómo va. De momento os voy a hacer una serie de comentarios cortos, y más adelante entraré en detalles sobre usos concretos y con fotos.

Lo que más me ha llamado la atención es la búsqueda por voz: el jodío me lo ha entendido todo, hasta palabras extrañas como “electrónica”. Mola, aunque seguro que el vecino se piensa que estoy loco por hablar solo.

No noto diferencia en el peso frente al iPad, será porque me lo apoyo en la panza y me da igual. Lo que sí extraño un poco es el formato de la pantalla. En horizontal se me parece demasiado ancho, y en vertical, alto. Supongo que será como todo. Cuando pasé de CRT a TFT los veía con el centro hundido hacia adentro, y cuando pasé de formato normal a panorámico, me sobraba monitor por los lados.

Cosa curiosa: vibra. Cuando le das a atrás, o cuando lo enciendes de apagado completo. En la configuración puedes hacer que vibre con más cosas.

El teclado tiene otra disposición al del iPad y se me van las manos, pero supongo que todo será acostumbrarse.

La pantalla es menos deslizante que la del iPad, pero funciona igual de bien.

La duración de la batería va, de momento, bien. Eso sí, da mucha información. En las opciones tienes qué porcentaje de batería está gastando qué parte del aparato (la pantalla, el standby, el sistema operativo). No sé si será fiable, pero mola.

Un problema gordo: ¿qué aplicaciones hay equivalentes a las que uso en el iPad? De momento he instalado el CoolReader, el Kindle, el Nook no lo veo por ningún lado, y el Pulse, que no me mola. También uno de esos que usan el instapaper, pero tampoco me mola…

Necesito ayuda para que me digáis qué aplicaciones hay equivalentes a, no me importa pagar si la aplicación lo vale:

· Flipboard

· Zite

· Lectores de ebooks en condiciones

· MobileRSS y NewsRack (Fuentes RSS compatibles con Google Reader).

· GoodReader/iAnnotatePDF (Visores y anotadores de pdf, de nivel profesional –de momento tengo unos 20 gigas de PDFs).

· Anotaciones personales, etc.

¿Se escondieron las microSD de 32 GB? Me he recorrido media ciudad buscando una. Nadie las tenía, y en The Phone House se me han ofrecido pedirme una por 100 euros cuando en PC Coste están a algo menos de 70… Al único sitio que no he ido ha sido ahí, e iré mañana por la mañana.

Hala, me voy a seguir con mi juguete nuevo.

Acer Iconia TAB A500 (I): Unboxing (desembalado para los cristiano)

Pues eso, que esta mañana me ha llegado mi Acer Iconia TAB A500. Para los que no lo sepáis, es un Tablet 10,1” con Honeycomb 3.0.1. Comprado en Acer Online, tardó a llegarme justo lo indicado en la WEB. Lo pedí el miércoles sobre las 21:00, A esas horas es como si se hubiera pedido el día siguiente, en el que se tramitó. Y el viernes sobre las 11 de la mañana, lo tuve en las manos.

Lo que más me ha impresionado ha sido la calidad del pintado del texto: desde luego le da cien mil patadas al del iPad, y no entiendo cómo eso no se ha resaltado ni remarcado en nignuna review. Pero ya tendremos tiempo de hablar sobre eso más adelante.

Aquí tenéis las fotos del unboxing. Disfrutadlas y estad atentos porque durante el fin de semana os iré poniendo más cosas.

martes, 26 de abril de 2011

“Alma de papel”, o “la puta es mía y me la follo yo solo”

Una de las cosas que más me toca los cojones dentro del mundillo literario (aparte de las propias editoriales prevaricando y engañando a sus clientes), es la del escritorzuelo insulso, pagado de sí mismo y egocéntrico. La del papanatas que se cree inmortal porque ha puesto, cagado escribiría yo, unas palabras sobre un trozo de, digamos, papel.

Os cuento, pues, una historia. Era que se eran los tiempos contemporáneos, llenos de escritores de pro y noveles que querían hacerse un hueco en el proceloso mundo de la literatura más o menos profesional. Como los tiempos avanzan un montón, lo que antes suponía un duro esfuerzo, ahora permite poner lo impensable al alcance de cualquiera que posea un procesador de textos y una conexión a internet.

Y si bien esto abre el camino al aprendiz de mago de las letras, al que con tesón, constancia y arduo trabajo consigue hacerse notar, también lo hace al insulso, al inconsistente y al pobrecito esperpento que, de otro modo, no podría haber salido de los elogios familiares, egresados con más amor que seriedad, con más lástima que realismo.

El caso que nos ocupa es de libro de texto, suponemos que el terror de todo editor buscando la novedad de turno. No hablamos de otro que de Rafael M. Medina, al que podéis encontrar aquí. La parte contratante de la primera parte.

La parte contratante de la segunda parte es la web de Lectores Electrónicos, a donde se acercó el interfecto que nos ocupa pidiendo opinión sobre una de sus nuevas obras, Alma de papel.

Como todo padre amante de sus hijos, esperaba grandes alabanzas, grandes dictámenes positivos, loas a su inmensa labor de escribanía.

Pero no. Se encontró con otro tipo de crítica. No la adulatoria, no la destructiva, sino la constructiva. La crítica realizada desde el punto de vista de quien va a leerte, de quien sabe lo que quiere y cómo lo quiere. Pensemos que si un escritor escribe, es para que lo lean. Y si no lo hacen, no vale la pena que se ponga delante del papel en blanco.

Pues bien, las buenas intenciones de los habituales de aquel lugar se quedaron en eso: buenas intenciones. Porque el tal Rafaelín no supo encajar ni una sola de ellas.

Primero preguntó opiniones sobre su nueva novela (por llamarlo de alguna forma), sugerencia que muchos de nosotros nos tomamos con buena voluntad y mejores ganas… Y la verdad es que el libro no hay por dónde cogerlo. Ni gramatical ni sintácticamente. Aunque lo peor de todo fue la ortografía. Y así se lo comunicamos. Y en lugar de agradecerlo, nos dijo que no le interesaban esas opiniones, que quería saber sobre el argumento. Pero si uno a duras penas puede pasar la vista sobre el texto, ¿cómo cojones va a sumergirse en la trama y en el desarrollo de la historia?

Don erre que erre. Que antes de corregirla quería opiniones sobre el argumento. En fin, que la cosa se lió y al final dejamos de opinar y se quedó solo.

¿Aprendió? ¿Corrigió el texto? No. Lo que hizo fue borrar el hilo completo. No sólo borró sus mensajes, sino los de los demás. Nos condenó al ostracismo. A la nada. Nuestras buenas intenciones en un pozo, y el gozo en otro. La puta es mía y me la follo yo sólo, vino a decirnos.

Pues bien, para ti la puta, tú te la follas, y para ti el libro. Regalado. Pero mis mensajes son míos. Y los de los demás de quien los escribió. Me siento insultado. Me siento vejado. Me siento degradado. Y supongo que los demás también.

Intolerable. Inaguantable.

Pero viene el tío de las rebajas. El Gran Hermano. No hay mal que por bien no venga. Ya lo dijo aquél: el mal se vence a sí mismo. Aquí tenéis la conversación completa. Para goce y disfrute de todo el que así lo desee: http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:GQx1-9ZzJdcJ:www.lectoreselectronicos.com/showthread.php%3F8973-Alma-de-papel-mi-nueva-novela.+almas+de+papel,+mi+nueva+novela+lectoreselectronicos.com&cd=1&hl=es&ct=clnk&gl=es&source=www.google.es.

Rafi, no le eches la culpa al administrador de Lectores Electrónicos. Échatela a ti y a tu puta, que te la follas tu solo. En todo caso, quéjate a Google, que todo lo indexa.

Y encima, el libro de marras, que antes era gratis, ahora vale un euro. Chacho, si gratis no te lee nadie, ¿cómo te van a pagar un euro por semejante bazofia?

domingo, 17 de abril de 2011

¿Por qué Amazon rebajó 80$? el Kindle DXG durante 24 horas?

No sé si os habéis enterado, pero hace un par de días Amazon rebajó el Kindle DX Graphite, el de pantalla de 9,7”, 80 dólares de su precio normal. “Hasta que se acaben o pasen las 24 horas”, rezaba la publicidad.

En los mentideros de la red se comentó de todo. Lo que más se dijo que esta rebaja era el paso previo para un nuevo DX con, quizás, WiFi. Los más optimistas hasta pensaban que podía traer una pantalla PixelQi o incluso ser un dispositivo tipo tableta con Android en sus tripas.

Mi opinión es otra. La primera es que una tableta de 10 pulgadas o tamaño similar no compite con el Kindle DX, por lo que da igual que éste siga vendiéndose o no. Quizás le quitara algo de ventas, pero eso es lógico con dispositivos que se solapan en su funcionalidad. La segunda es que la bajada de precios ha sido temporal, y ahora se puede seguir comprando al precio original con las condiciones originales, así que el meollo está en otro lado.

En primer lugar tenemos que tener en cuenta que se trata de un aparato que no tiene grandes ventas. Es decir, no vemos a mucha gente con un Graphite en la mano por ahí, ni leemos mucho sobre él, en oposición al Kindle 3, que sí que está en boca de todos. Por lo tanto la salida desde almacén de ese aparato es lenta.

El segundo lugar Amazon no creo que los compre de diez en diez ni de cien en cien. Lo más seguro es que pida, como poco diez mil unidades si no cien mil. Y que encima se comprometa a seguir pidiendo cantidades similares de forma periódica.

Esto es algo habitual en el sector de la electrónica, ya que quizás pedir un orden de magnitud más unidades incremente el precio global en sólo un 10%. Es decir, si 10.000 unidades valen 1.000.000 de euros al coste, cien mil podrían valer un millón cien mil en lugar de diez millones. Es aquí donde entran las previsiones de ventas y otras zarandajas.

Cada Kindle DXG ocupa, en su envoltorio original, 3.200 cm3, o lo que es lo mismo, en un metro cúbico caben 312 Kindles. Pongamos 300 Kindles por metro cúbico, por el tema del paletizado y envoltorios varios. Os dejo como ejercicio determinar cuánto ocupan 100.000 unidades.

Imaginad que todavía no se han vendido los 100.000 que hay y llegan otros tantos, que están esperando en la bahía de descarga. Ese es un motivo por el cual hayan querido deshacerse de cuantos DXG pudieran lo antes posible. A esto lo apoya el hecho de que, tras haber casi una semana de retraso en las últimas compras del aparato, sigue a la venta. Es decir, se vendieron todos los que había y parte de los que llegaban.

Pero todavía nos queda una cosa más. Los Kindle son equipos electrónicos alimentados con batería, y existe cierto límite de tiempo en el almacenaje de las mismas. Es decir, a partir de ciertos meses el grado de descarga puede hacer que ésta no llegue a rendir lo que debería o que simplemente ya no se recargue. Sumemos el hecho de que el DXG es un aparato de salida lenta. Quizás las unidades restantes estaban en el límite, y es mejor venderlas que tener que abrirlas para cambiarles la batería. O quizás esos 80 dólares sean los que costaría esa operación, y para que la pierda la empresa y la ecología mundial, que se la ganen los clientes.

Es por eso por lo que yo no espero un nuevo Kindle DXG con WiFi o con cualquier otra modificación…

Ni os imagináis cuánto deseo equivocarme…