lunes, 20 de octubre de 2014

Sigo sin entender los precios de los libros

Luego dicen que pirateamos, o que no publican porque no compramos, o cualquier otra variación ecarilotrópico-gmnésica inventada por las editoriales, pero es que hay algo que no entiendo ni aunque me lo metan con calzador en la cabeza.
El sábado (17 de octubre de 2014) estuve dándome una vuelta por Casa del Libro de Alicante. Esquivando a los chicos, que son un poco pesaditos con el si me pueden ayudar -ya pediré ayuda yo si no encuentro lo que busco-, encontré algunos libros interesantes.
Dejadme que me explaye a gusto.
Había, o todavía hay, una mesa con un montón de libros de divulgación. Parece ser que se trata de una campaña o algo así, porque incluso tienen un folleto que se titula Ciencia. Un viaje a través del conocimiento
La primera sorpresa fue encontrar un par de novelas de corte más o menos científico como El asesinato de Pitágoras o Una mente prodigiosa. Peor fue encontrar Punsetadas varias (tanto de él como de ella), que personalmente me parecen libros sobre majaderías fantastico-pirulis Juan Pelotilla.
La segunda fue encontrar imbecilidades supinas como Tu horóscopo personal 2015, La llegada de los dioses (von Daniken, ahí es nada) y, cómo no, ikeradas como Enigmas sin resolver (I) o La última puerta: experiencias cercanas a la muerte.
Sinceramente se me cae la cara de vergüenza ajena que puedan aparecer libros de ese tipo junto a obras más o menos serias. Es como si te sirvieran un pollo con guarnición de mierda y para beber, pipí de orangután.
Pero no es ese el motivo de escribir esto. 
El motivo es otro. Es una nueva demostración de que los precios en los libros son completamente aleatorios y no tienen ningún tipo de lógica más que el que las editoriales quieran imponer.
De hecho me vine con dos libros (más otro más que no viene al caso). El primero de ellos es Las máquinas de Leonardo, 240 páginas a todo color de papel satinado en gran formato y lomo cosido. Algo menos de 16 euros.
El segundo fue Leonardo da Vinci. Cuadernos. Unas 450 páginas con lomo pegado pero tapa dura con papel reciclado de bastante buena calidad. 13 euros.
Son dos libros traducidos al español. El primero de ellos requiere una laboriosa adaptación, pues está completamente lleno de dibujos e infografías. El segundo es más regular, pero también contiene un montón de ilustraciones insertadas en el texto.

16 euros y 13 euros. ¿Cómo cojones puede valer 23 euros una miserable novela que no es más que letras, papel y tapas?

sábado, 10 de mayo de 2014

GoodReader 4: Más de lo mismo, paga de nuevo y la decadencia de iOS

 

Ayer cuando volvía de trabajar me enteré de que GoodReader ha sacado una nueva versión de su visor de PDF. Ha pasado de la versión tres y pico a la cuatro.

¿Qué cambios trae? Sencillamente que ahora es una aplicación universal, por lo que no hay que pagar una para el iPhone y otra para el iPad.

De todos modos, leed hasta el final que creo que expongo una idea bastante preocupante y que algunos ya han previsto.


Hasta ahí vale, es buena idea y una ventaja para los nuevos usuarios.

¿Pero qué pasa con los que tenemos la aplicación desde el mismo día en que salió, a la vez que el ya mítico iPad 1?

Básicamente, pagar otra vez por lo mismo. Y como no puedes probar, pues si no te gusta, a sanjoderse tocan.

GoodReader es una increíble aplicación para leer y anotar PDF en las iCosas. De hecho la versión iPad salió a la vez que el propio dispositivo. No realmente así, pero fue una de las primeras aplicaciones específicas en estar disponible al cabo de unos días de la apertura de la tienda, por el módico precio de 0.75 euros (o algo así), y lo cierto es que fue una de las aplicaciones que me hicieron apostar fuerte por el iPad.

Yo al menos pasé de leer PDF en un portátil sentado en una silla o estar de mala manera en el sofá, a poder leer cómodamente prácticamente en cualquier sitio.

Conforme pasó el tiempo fue creciendo en funcionalidad hasta conseguir ser casi todo en uno. Entre las cosas a destacar está el hecho de que permite sincronizar ficheros en la nube. Es decir, tu anotas un PDF y lo dejas localmente en el iPad. Cuando quieres sincronizarlo todo, le das al botón adecuado y el programa se baja lo nuevo y sube los cambios.

Toda una gozada, vamos.

Sólo hecho de menos una cosa: poder ver las páginas en modo continuo y poder invertir los colores, poniendo el fondo en negro y el texto en blanco como si fuera un negativo, cosa que por cierto hacen la mayoría de visores PDF en Android.


Bueno, volviendo al tema que nos ocupa, GoodReader siempre ha ido actualizando su aplicación, excepto ayer que sacó una versión nueva, la 4, con supuestamente mejoras en la interfaz y en la funcionalidad, aparte del hecho de que ahora es una aplicación universal, lo que quiere decir que se puede instalar tanto en el iPhone como en el iPad con una sola compra.

Hasta aquí todo bien. El problema viene cuando la pagas y la instalas. Lo primero que hace es saltarte un aviso para que importes el contenido de la versión anterior, cosa que hace de forma impecable incluso con mis más de 32GB de ficheros PDF sincronizados con la nube. Y no tarda mucho a hacerlo.

Nos ha jodido. Y tanto que hace la importación de forma impecable. Como que son la misma aplicación. Igual de fea o casi, con la misma funcionalidad excepto algunas mejoras en la interfaz (ahora la parte del menú se puede replegar y se queda como una tirilla vertical), y otras en la parte de edición de PDF.

En concreto ahora se puede crear un PDF vacío para anotar, y también se pueden juntar y separar PDF, añadirles o quitarles páginas.

Vamos, que no vale una versión nueva ni de lejos.


Esto me lleva a plantearme una cuestión bastante seria y que es el motivo de esta entrada.

La empresa detrás de GoodReader ha tenido que volver a sacar una aplicación nueva para seguir teniendo ingresos.

Teniendo en cuenta que se trata de uno de los programas más útiles y funcionales de la Store, algo oscuro está pasando.

Imagina que tienes un negocio y que tienes que engañar (está claro que no es un engaño en sí, pero se le acerca), o más bien que emplear la picaresca de tener que volver a cobrar algo que ya se ha pagado, rompiendo en cierta medida las reglas imperantes hasta el momento y que sólo habían quebrado algunas empresas un tanto sinvergüenzas

El motivo más probable de todo esto puede deberse a la sencilla razón de que el mercado está saturado de aplicaciones y ya nadie sigue comprando.

Es decir, el modelo de negocio de las aplicaciones está en que para seguir ingresando dinero debe haber gente nueva que compre la aplicación. Cuando un usuario compra una, ya no tiene que volver a pagar por ella.

Por lo tanto elm modelo hasta la fecha queda un poco distorsionado. Antes también se pagaban las actualizaciones, como ocurre en Windows y en MAC, hasta que también llega el punto de saturación y se salta a la venta por suscripción.

Pero hay aplicaciones en las que dicho modelo no va a funcionar. En el caso de GoodReader seguro que no. Si no he pagado por suscribirme a Office (que pese a ser MVP no tengo gratis), no lo voy a hacer por un visor de ficheros…

Cuando la gente deja de comprar tu aplicación tienes dos salidas: diversificar negocio y crear otra nueva de otro tema diferente o intentar volver a venderla.

Y no hay más cera que la que arde. Me refiero a que haces eso o cierras.

¿A qué conclusión nos lleva esto? A una muy sencilla: el mercado de iCosas está más que saturado. Uno podrá comprarse el nuevo iPad con alas, pero su aplicación sigue (o debe seguir) funcionando sin problemas.

Si supiéramos el número de aplicaciones que ha vendido la empresa que ha creado GoodReader sabríamos el tope y el fulcro de crisis para diversificar o para saber los límites a donde se puede llegar.

Desde el principio para mi estuvo claro que esto iba a tener un tope, un máximo a partir del cual entraríamos en una meseta plana para las aplicaciones de valor añadido (como GoodReader). Creo haberlo comentado en algún lado pero ahora no consigo encontrarlo, y también me gustaría saber los números reales.1

Esto me lleva a la conclusión de que Apple ha entrado en una meseta de la que debe salir ya mismo si quiere seguir siendo lo que es en la actualidad. No hay nada malo en quedarse en donde está, hacer nicho como IBM o como no creo que tarde mucho a hacer Microsoft.

Son tiempos interesantes para vivirlos, se avecina una crisis de un par de cojones, aunque espero que sean capaces de verla y lo que es más difícil, evitarla.

Estad atentos al WWDC y a próximos eventos. Quizás la siguiente Apple sea Apple (ya sabemos que, en oposición a Microsoft -a no ser que lo demuestre ya mismo-, Apple sabe reinventarse), o quizás sea Samsung, pero lo más seguro es que si Apple no sabe o no puede, estemos más cerca de ver levantarse a alguien de la polvorienta China (leáse Xiaomi o similar)…

  1. Otro tema en el que no voy a entrar son las aplicaciones servicio (léase WhatsApp, Facebook) que durarán lo que dure el servicio al que estén representando y son independientes de la plataforma.

jueves, 17 de abril de 2014

Mucho miedo y pocas nueces. De Mobileread hablamos

Me toca mucho los cojones lo que me han hecho hace poco en Mobileread
El otro día me enteré de que la aplicación de Calibre puede importar libros de forma automática si se dejan en una carpeta. Es decir, tu dejas ahí tus libros, y cuando abres la aplicación esta mira, y si hay alguno, lo importa.
Bueno, pues basado en eso yo pedí que, aparte de importarlo, lo pudiera luego enviar por correo electrónico de forma automática. Es más, pedí que dependiendo de la carpeta se incorporara en una u otra biblioteca…
¡¡¡Y van y me lo cierran por fomentar la piratería!!!
La idea de todo esto no es el pirateo. En mi familia yo soy el bibliotecario mayor. Si mi madre quiere un libro, me lo pide. Mi novia me los deja en una carpeta compartida en Dropbox, y cuando yo los veo los paso a su biblioteca de Calibre y se los envío.
¿Se puede usar para piratear? Pues claro que sí. Pero no quiere decir que se vaya a piratear.

De hecho las armas pueden matar, y no por eso se dejan no solo de fabricar, sino de vender. Y para más inri, España es uno de los grandes productores, y no digamos los Estados Unidos, que a veces inician guerras simplemente para probarlas en condiciones reales… 
Pero claro, las armas matan, pero como las fabrican los mismos que controlan el cotarro, y les da bastante dinero, siguen con ello. Sin embargo, como esto mismo puede hacerles 
Y me toca mucho, pero no sabéis hasta qué punto, los cojones una acción así.
Me cago y me meo yo en esa libertad. La libertad del doble rasero, la libertad del haz lo que digo pero no lo que hago, la libertad de los intereses creados, la libertad de los poderosos y los intereses creados.
Lo dicho, me cago y me meo en ella.

Y no entremos en las editoriales que venden la misma versión que se puede encontrar pirateada por ahí. Sí, lo que lees: alguien piratea algo, y luego llega la editorial y pone a la venta eso mismo, sin siquiera cambiarle una coma.
O en las que te venden por diez euros algo que no vale ni tres. Pero todo esto ya se ha discutido largo y tendido, así que paro aquí.

No tengo nada personal contra los editores de Mobileread, ni mucho menos. Son gente sensata… y temerosa de los poderes fácticos. No querrán ir a Guantánamo acusados de terroristas culturales… en esta mierda de pseudodemocracia en la que está viviendo últimamente el mundo.
Hace falta una revolución social, algo así como la francesa, pero sin guillotina. Con cárceles oscuras, paseos de una hora diaria y biblioteca con cien libros que sean las últimas novedades de altísima calidad que los mismos que han sacado ahora se pudren en ellas.
Ya está bien de tanta mojigatería, tanto fascismo encubierto en democracia, tanto abuso de poder y tergiversación social, mierda de país y de mundo, y de todos sus gobernantes y poderes fácticos.
Que os den por el culo a contrapelo con una caña rajada.

Dixit.