jueves, 31 de agosto de 2017

Obras selectas de Julio Verne, de Aguilar

El otro día, buscando una cosa, me salió otra. O más bien una tercera, porque me apareció en eBay las “Obras Completas” de Julio Verne en edición tela y filete de oro de Plaza & Janés, una edición que recoge en formato papel biblia, un montón de las novelas más importantes de Verne. El precio era ridículo, y el estado de los libros, al menos de las tapas, lamentable… 
Entre que me lo pensaba y decidía, la venta se hizo y yo me quedé sin mis Julios Verne. Ninguna tragedia, sería la enésima versión de las novelas, y teniendo los Jubera… aunque he reconocer que la edición de Plaza & Janés tiene mejor traducción que la otra, por ser posterior (años 60 del siglo pasado). 
De todos modos me quedó el prurito de haberla comprado, así que unos días después hice una nueva búsqueda y encontré las del título, en 9 volúmenes, que sin ser obras completas (como tampoco lo son las de P&J), al menos traen la mayoría de las novelas.
Y efectivamente, ya obran en mi poder. 9 flamantes volúmenes no muy estropeados por no decir casi nuevos, aunque adolecen que a partir del número 6, el color del texto del lomo pasa de ser dorado intenso a dorado flojo.
Ignoro si la colección ha sido compuesta por dos ediciones diferentes o es que es así. Intuyo lo segundo porque cada volumen tiene una fecha diferente, y no es muy raro que el editor cambie esas cosas, a veces sin darse cuenta.
Por lo tanto, aquí están ya en su estantería definitiva:
El listado de obras por cada volumen es el siguiente:
Volumen I
Cinco semanas en globo
Viaje al centro de la Tierra
Veinte mil leguas de viaje submarino
Volumen II
Los hijos del capitán Grant
De la Tierra a la Luna
Alrededor de la Luna
La vuelta al mundo en ochenta días
Volumen III
La isla misteriosa
Robur el conquistador
El dueño del mundo
Una ciudad flotante
Volumen IV
Miguel Strogoff
Dos años de vacaciones
Los quinientos millones de la Begun
La Estrella del Sur
Volumen V
Un capitán de quince años
Las tribulaciones de un chino en China
Las Indias Negras
El faro del fin del mundo
Volumen VI
La Casa de Vapor
Las aventuras del capitán Hatteras
Volumen VII
La jangada
Ante la bandera
Hector Servadac
Volumen VIII
Norte contra Sur
El “Chancellor”
Escuela de robinsones
Volumen IX
Matías Sandorf
La Esfinge de los Hielos
El doctor Ox
Si os fijáis no están todas y, excepto El faro del fin del mundo, son todas originales de Verne. Si nos atenemos a la lista de Jubera, faltan:
  • Un descubrimiento prodigioso (que no es de Verne ni de Michel)
  • De Glasgow a Charleston
  • Las Aventuras de tres rusos y tres ingleses
  • Una invernada entre los hielos
  • Maese Zacarías
  • Un drama en los aires
  • Martín Paz
  • El país de las pieles
  • Historia de los grandes viajes y grandes viajeros
  • Los descubrimientos del globo
  • Los amotinados de “La Bounty”
  • Un drama en Mexico
  • Los grandes navegantes del siglo XVIII
  • Los grandes exploradores del siglo XIX
  • Diez horas de caza
  • De Rotterdam a Copenhague
  • El rayo verde
  • Keraban el testarudo
  • El archipiélago de fuego
  • Un billete de lotería
  • En náufrago del “Cinthya”
  • El camino de Francia
  • Gil Braltar
  • Familia sin nombre
  • Sin arriba ni abajo (El secreto de Maston)
  • César Cascabel
  • Mistress Branican
  • El castillo de los Cárpatos
  • Claudio Bombarnac
  • Las aventuras de un niño irlandés
  • Maravillosas aventuras de Antifer
  • La isla de hélice
  • Clovis Dardentor
  • El soberbio Orinoco
  • El testamento de un excéntrico
  • Segunda patria
  • El pueblo aéreo
  • Las historias de Juan María Cabidoulin
  • Los hermanos Kip
  • Beca de viaje (Los piratas del Halifax)
  • Un drama en Livonia
  • La invasión del mar
  • El volcán de oro
  • La agencia Thompson y Compañía
  • La caza del meteoro
  • El piloto del Danubio
  • Los náufragos del Jonathan
  • El secreto de Wilhelm Storitz
  • Ayer y mañana
  • Emocionantes aventuras de la misión Barsac
Un rápido análisis nos demuestra que no incluyeron las obras más tétricas del autor y, sobre todo, casi todas las últimas… lo que quizás nos indique que no estaban muy interesados en pagar derechos de traducción, aunque es solo una idea.
Lo que me llama la atención es la inclusión de La Begun, que no era muy afecta al Régimen, por decirlo suavemente, aunque esta edición data de los años casi setenta, estando España algo más abierta que al principio de todo.
La edición, como ya hemos comentado, está en papel biblia con tapa de cartón flexible. Cada volumen no tiene menos de mil páginas, y algunos llegan hasta casi las dos mil, sobre todo aquellos que recogen las novelas más largas.
La calidad de la impresión impresión es muy buena, y los volúmenes que he recibido están impecables excepto por un roto en una de las páginas, procedente del mismo proceso de impresión y no del uso y su lectura.
También incluye algunos mapas e ilustraciones originales, pero no todas.
Lo dicho, es una edición que en su momento me enamoró pero que no podía comprar por su precio y que he conseguido ahora de segunda mano pero en muy buen estado.






jueves, 24 de agosto de 2017

¿Por qué lo dices si sabes que es mentira?

Hay cosas que me tocan mucho las narices, sobre todo el hecho de mentir a sabiendas que lo estás haciendo. Tiene pase si lo haces por desconocimiento, pero el colmo está en la desfachatez incluso de decir que estás mintiendo en el mismo artículo en el que lo haces.
Todo esto ocurre en el artículo de cabecera del segundo volumen sobre Verne de la revista Graphiclasics. De momento no he seguido leyendo el número, pero ha sido una impresionante coz en los bajos que, tras en brillante primer número, me encuentre esta desfachatez de entrada.
No es que el primer volumen no tenga sus errores, que los tiene, pero ocurren a partir de la mitad del número, y ciertamente son de bastante menor gravedad que lo que he visto en las primeras 21 páginas del segundo número. Entro ya en la lectura del mismo con el ánimo bastante bajo y soliviantado para dejar pasar deslices.
Pero vayamos con el artículo en sí, que está escrito por Emilio Pascual, que parece que no ha pasado de leer más allá de la biografía de Salabert, con los errores que contiene, que por cierto no eran tales cuando la escribió, por lo que no hay ninguna culpa en ella y sí en los que se basan en la obra para lanzar algunas tonterías.
La primera página del artículo (p 10 de la revista) que cito ya contiene dos errores bastante gordos. Si bien no se está seguro del encontronazo de Verne con Dumas y la conversación sobre las tortillas, de lo que sí se tiene amplio conocimiento es del hecho de que Verne no intentó escapar de niño en ningún barco, ni que su padre corriera a traerlo de vuelta, ni mucho menos que, tras una paliza, le hiciera prometer que solo viajaría con la imaginación. 
No voy a poner ninguna referencia, tan solo hay que acercarse a cualquier medio medianamente serio para descubrir que todo el meollo de la “escapada” se reduce a que a Verne se le hundió el bote en el que iba paseando por el Loira y tuvo que esperar a que bajara la marea para volver a su casa desde el islote en el que había varado. Esa escena pasa a ser convertida en la fuga por su primera biógrafa, que mintió más que verdades dijo.
En la página 12 vuelve con las incorrecciones, citando cuatro de las obras que se sabe fueron mayormente re-escirtas por su hijo Michel: Los náufragos del Jonathan, El secreto de Wilhelm Storitz, La impresionante aventura de la misión Barsac y El Eterno Adan
De esas obras se conocen las versiones originales de las dos primeras, y se cree que el Barsac fue escrito completamente por le hijo a partir de unas treinta páginas manuscritas. De la última obrita citada se cree que es íntegra de Michel, y así lo creo yo tras haberla leído en detalle y no ver ninguno de los temas habituales de Verne y sí los del hijo.
La página 15 habla largo y tendido de Los quinientos millones de la Begum, obra que fue comprada por Hetzel y reescrita por Verne, pero se desconoce qué partes fueron de nuestro autor y qué partes venían de origen, así que lo mejor sería omitir parte de esa novela bisagra entre etapas y tomarla con mucho cuidado y no, como hace Emilio Pascual, centrar el pensamiento de Verne en ella. Como ya he dicho, no sabemos qué ideas son de Verne y cuáles de Grousset.
Otro error menor, en la página 16 es citar Ante la bandera como precursora de la bomba atómica. Me gustaría que Emilio me citara los pasajes en los cuales se “precursa” dicha bomba, porque yo he leído la obra varias veces y no veo nada. Del misil o bomba teledirigida sí que veo algo, y de la lucha entre submarinos también, pero de lo otro no.
En la misma página siguen los despropósitos: vuelve a la Misión Barsac, que no es de Verne. Nada de lo que aparezca en esa obra puede asignarse al autor, a su pensamiento o a lo que sea: fue enteramente escrita por Michel, así que nasti de plasti.
Luego (p. 18) retoma los Náufragos del Jonathan, obra que he leído en ambas versiones, la original y la modificada por el hijo, y todas las citas de la misma corresponden a la segunda obra y que, precisamente, no están en la primera. Por no estar, ni está el borracho que puede tocar el violín cuando está en plena melopea. 
La cosa sigue con El Eterno Adán, terminando con otro batiburrillo en base a El volcán de oro, aunque en este caso la fiebre del oro sí que está presente en la versión original y, para mi, es mucho mejor la del hijo que la del padre, igual que pasa con El Jonathan, pero eso no quiere decir que cuando se hable de Verne haya que citarlas.
Como resumen, el artículo me parece un gran sin sentido y no hace justicia al pensamiento del autor ya que el somero análisis de las obras recorridas no son del autor, sino mayormente de otro Jules, el Hetzel y otro Michel, su hijo.

Siento haber sido tan borde, pero uno ya se cansa de ver en letra impresa tanta tontería junta y tanto pseudo análisis que no sirve de nada y que, en mi caso, me ha puesto de mala leche, ha puesto en tela de juicio la seriedad de una publicación entera, y va a hacer que siga leyéndola sin el entusiasmo original con el que leí la primera parte.