domingo, 27 de marzo de 2011

Carta de un científico a Alejandro Sanz.

No soy yo el que escribe, pero sí el que apoya:

Hace muchos días que ando dándole vueltas a la ley Sinde, a los derechos de autor, y leyendo tus desafortunados tweets. Ahora que tengo las tres cosas juntitas, déjame que te comente algunas cosas.
Soy científico, investigador del Centro Nacional de Biotecnología y actualmente "Visiting Assistant in Research" en la Yale School of Medicine, en New Haven, Conneticcut.

Trabajo en el desarrollo de vacunas para el tercer mundo, centrando mis esfuerzos en la Leishmaniasis, una enfermedad olvidada que mata e incapacita en África, Asia y Sudamérica. Sí, esos mismos sitios para los que, de vez en cuando, puedes montar una parranda benéfica. Y aunque no lo sepas (y muchas personas no lo saben) es esa enfermedad que hace que miles de pobres niños tengan el vientre hinchado y mueran. La misma que hace que sus padres no puedan trabajar. Entre nosotros, ese tipo de enfermedades que hace que el tercer mundo siga siendo tercer mundo.

Cuando consigo que mi trabajo funcione, tras muchísimas horas de laboratorio exponiéndome a múltiples riesgos para mi salud, intento publicar mis resultados. ¿Sabes lo que pasa cuando lo hago? Que la revista se queda con todos mis derechos de autor. CON TODOS. Si quiero, no sé, poner una figura de mi trabajo en algún otro formato, tengo que pedir permiso. Por mi figura. Por mi trabajo. Y te hablo de figuras en blanco y negro. En color no podemos pagarlas.

¿Sabes por qué? Porque PAGO POR PUBLICAR. Sí, en serio, lo hacemos. Mi laboratorio tiene que pagar para poder difundir los avances científicos que puedan curar a esos niños o a sus padres en el futuro. PAGO POR PUBLICAR y tengo que pedir permiso por mi figura, por mi trabajo.

Ahora podrías meter en 140 caracteres que luchar por mis derechos no me impide que tú lo hagas por los tuyos; yo seguiría leyendo.

Desde que el hombre es hombre, desde que el ser humano es humano, ha demostrado que necesita expresar sus sentimientos. Y de ahí surgió el arte. También, al mismo tiempo, surgieron las preguntas de qué hacía aquí. Los famosos "de dónde vengo, quién soy y a dónde voy".

Y es que las dos cosas, ciencia y arte, son humanas, pero no por ello profesiones.

Mira, no sé, 100 o 200 años atrás. El arte lo hacía el que podía permitírselo. Y la ciencia también. Hasta Darwin descubrió el origen de las especies en un tour por el mundo, en el que vio que los pinzones de unas islas tenían los picos más grandes que otros. La gran revolución científica vino de un viaje de alguien que pudo permitírselo.

Ahora, industria mediante, los artistas cobran por entretener y los científicos cobran por descubrir cosas. Una maravilla para los que no somos de familias ricas y queremos hacer ciencia o arte.

Yo me he quejado y mucho de mi falta de derechos. De intentar defender lo que ahora, para mí, es más que un reconocido trabajo. Y también creo cosas.

La diferencia es que yo con un salario tengo bastante. Y lucho por un salario digno. QUE ME PAGUEN POR MI TRABAJO. No creo que tenga sentido que me paguen tiempo después por mis logros. Te recuerdo que lo que yo quiero es una vacuna para el tercer mundo. Y pagar mis facturas. No quiero ningún rendimiento extra que no me merezco. No quiero derechos de autor, quiero que mis avances sigan derechos a conseguir su objetivo.

Entiendo que quieras que te paguen por tu trabajo. Y deberías (que lo haces) negociar lo que te paga una discográfica por grabar un nuevo disco. O que defiendas tu caché en los escenarios. Pero cobrar también impuestos sobre los CD´s , discos duros, lo-que-sea que la S.G.A.E quiera inventar para sangrar al ciudadano medio, perdóname muy mucho, pero yo, lo veo excesivo. Intentar lanzar una ley que te permita cobrar más de lo que te toca porque la industria que a ti te trata bien se está muriendo, lo siento, pero no. Limitar las libertades individuales para maximizar vuestro beneficio no es justo.

¿Sabes por qué tengo un blog de divulgación científica? Para que el mundo vea que la ciencia es importante. Para que posiblemente en el futuro sea una profesión digna. Yo no busco hacerme rico. Yo no quiero recortar libertades. Yo lucho por cambiar la industria que hace que mi actual profesión me obligue a tener otra con la que, juntas, poder pagar las facturas.

Y por favor, no vuelvas a comparar los derechos a recibir medicamentos de los niños pobres con el derecho a declarar culpable de piratería a diestro y siniestro. Que ya lleváis demasiado tiempo cobrando por ello. Renovaros o morid. Pero no hables de los que de verdad mueren aunque de vez en cuando reciban tu calderilla.

Atentamente,
Lucas Sánchez.

Algunos hacks para el PocketBook 90x

Tras haber tenido abandonado el citado aparato, una conversación mantenida con Jaxs de Mi experiencia Kindle me ha hecho volver a interesarme, aunque sea de forma momentánea, por dicho aparato.

Y le he instalado algunos hacks, que no es que funcionen demasiado bien… He instalado:

  • Un visor mejorado para djvu que limpia las imágenes escaneadas, sustituyendo al original.
  • CoolReader integrado en el sistema, que funciona de aquella manera. Lo peor de todo es que no he encontrado la forma de salir si no es con una pulsación larga de la tecla de “Back” (la que está a la izquierda del menú de 4 botones), y en ese caso no guarda el punto de lectura, por lo que a mi modo de ver el programa queda completamente inusable. Además, de vez en cuando se le atasca algo y hay que apagar y encender el PocketBook… Para salir guardando de la configuración, hay que apretar “siguiente” del lado derecho, y con “anterior” salimos sin guardar.
  • FBReader180, que dicen que es una versión optimizada con mejoras en el formato del FBReader que viene de origen… Lo único que he encontrado es que tiene más opciones, pero formatea el texto igual de mal que el original.
  • Dos utilidades, una para encender el wifi y otra para apagarlo. No las he probado.

Para no enredaros con rollos varios, os lo junto todo en uno y os explico. Os bajáis el siguiente ZIP y lo descomprimís en vuestro ordenador. Dentro hay tres ZIP más y un “extensions.cfg”.

Conectáis vuestro PB al ordenador, y en la unidad interna (no en la SD si tenéis una puesta), os vais a la carpeta “\system\config”, renombráis el “extensions.cfg” que hay allí y dejáis el mío.

Soltáis el contenido de “applications.zip” (descomprimido, no seáis tan burreras de dejar el zip) en la carpeta “\applications”. A lo que haya allí se añadirán dos nuevos ficheros: “wifi-on.app” y “wifi-off.app”. El nombre lo dice todo.

Hacéis lo mismo con el fichero “bin.zip”, que contiene “cr3.app” y tres ficheros más. Estos los dejaís en “\system\bin”.

Finalmente cogéis “share.zip” y lo descomprimís sobre “\system”, creando una nueva carpeta con la estrctura “\system\share\crengine” y “\system\share\FBReader”.

Listo. A jugar con la pulsación larga del botón para abrir un fichero.
****
Actualización. Leyendo por aquí y por allá, he encontrado la forma de mapear la tecla de Menu (la de arriba de la derecha) para el comando salir del Coolreader y no perder el punto de lectura: En keymaps.ini (que está en /system/share/crengine/keymaps/) hay que añadir la línea

KEY_MENU = MCMD_QUIT

Debajo de la sección [main].

Ojo, en Windows hacedlo con un editor como el PSPad, que entiende los finales de línea de Linux.

viernes, 25 de marzo de 2011

VaporWare 2.0 (o Cómo vender el iPad 2 sin tenerlo en producción)

“Me se” parte la caja de risa con estos de Apple, aunque lo que realmente deberíamos hacer es llorar de vergüenza ajena. Y para más inri, los putos fanboys contentos como unas castañuelas.

Os comento. Esta madrugada sobre las 02:00 a.m. (para aclararnos, porque odio eso de ante meridiem y post meridiem) se abría la tienda online para poder comprar el tan ansiado iPad 2…

Por supuesto está el fanboy rabioso que se ha levantado y ha encendido su MAC para ser de los primeros en poseer uno y no tener que esperar varias semanas, como siempre ocurre con las novedades de Apple.

No vamos a entrar en la magnífica técnica de márquetin que supone no disponer de las suficientes unidades en el momento de salida, para que la gente hable del producto y éste se mantenga en el candelabro de forma gratuita.

Vamos a hablar de otra cosa. Vamos a hablar de cómo Apple nos engaña miserablemente y encima nosotros reímos la gracia.

La entrada aparece en Applesfera, que es un blog de los que pagan a los bloggers por poner entradas. No hay que decir que este es uno de esos sitios que, pretendiendo ser imparciales, no son más que meras tapaderas para fomentar el fanboyismo y hacer publicidad gratuita a Apple y de paso llevarse unos suponemos que sustanciosos beneficios gracias a la publicidad inserta.

Con esto no quiero decir que mientan descaradamente, ni que engañen al lector, si no que me refiero al hecho de que suelen presentar las noticias sesgadas de tal manera que dan al lector una muy falsa idea de los productos de Apple, ya sea por exageración en la noticia, anunciando a bombo y platillo lo normal como si fuera extraordinario, o por anteponer una parte y ocultar (o dejar pasar) otra.

Vamos, que viene a ser la prensa amarillista de Apple.

Tal es el caso que nos ocupa.

Apple anunció que el iPad 2 estaría disponible en la mayor parte del resto del mundo el 25 de marzo. Y así ha sido. A las 2:00 se abría la tienda online, y a las 17:00 las físicas…

Pero dejemos que nos cuente el propio blogger su experiencia de comprar en la tienda online: http://www.applesfera.com/ipad/el-lanzamiento-del-ipad-2-en-la-tienda-online-de-apple-una-compra-agridulce.

No sé si os habéis dado cuenta, pero entre unas cosas y otras, 5 semanas de espera, con lo que la salida del iPad no ha sido el 25 de marzo, sino el 25 de abril. Es decir, que excepto los que tienen la suerte de vivir en la capital (o capitales), que, si han llegado a tiempo, han podido comprar uno, para el resto de mortales la fecha de salida real es un mes después.

Y que no se retrase más.

Pero lo que más me jode de todo esto no es que haya pasado. Lo que más me jode es que el blogger (y con él los demás que hayan intentado una compra online) simplemente comente el retraso sin cagarse en todos los muertos de Apple y sus mentiras, porque, aparte del problema con las tiendas, que él mismo comenta, el fabricante manzanero ha mentido descaradamente a todo quisque.

Y ese es el problema de los blogs de este tipo, centrados en una defensa a ultranza y hasta la muerte aunque muchas veces no sea defendible, sino punible.

Porque señores, Apple miente, y los fanboys les ríen las mentiras. Así vamos.

***

NOTA: aquí tenéis otra entrada mía relacionada en cierta medida con ésta.

sábado, 12 de marzo de 2011

iPad/iPod/i vs. E-ink y otras petisoperías

[Esta entrada también se ha publicado aquí]

Llevo como una semana leyendo exclusivamente con el iPad y mi nuevo iPod Touch de cuarta generación, que para quien no lo sepa tiene una resolución casi idéntica a la del iPad pero en una pantalla mucho más pequeña, por lo que si tienes buena vista la calidad de lectura es acojonante. Y no, no me molesta el brillo de la pantalla, y si con treinta años pegado diez horas al día a una no me he quedado ciego, no creo que me quede en otros treinta, no al menos por culpa de ellas. 

Pese a las críticas a las plataformas de Apple, y su evidente limitación en algunos dispositivos, cada vez estoy más convencido de su utilidad, por encima de Windows. Vamos, que me estoy convirtiendo en un switcher de pro y al completo, pues le estoy dando un tiento al Xcode 4 y me he bajado (y estoy leyendo –que es diferente a bajarse-) un montón de documentación sobre programar en OS X. 

A lo largo de mi historia de amor/odio con Apple, he ido rodeándome, sin quererlo, de muchos de sus dispositivos. 

Primero fue un iPod de segunda generación, que ahora duerme el sueño de los justos pues lo tengo de mero despertador pero que en su momento me acompañó en muchos viajes y cuitas. 

Unos meses después vino un iMac (2008) como quien no quiere la cosa, o más bien como capricho. Ya llevaba un tiempo echándole los ojos a un portátil de Apple, pero los precios me echaban para atrás. Sin embargo, un día en el Mediamarkt mi hermana me dio el empujón que me faltaba y me volví con un flamante Core2Duo de 24”. 

Tras la emoción inicial también quedó criando malvas, más por no entender el OS X que por otra cosa, ya que es un aparato silencioso y que cumple como un jabato. De hecho se quedó como plataforma para actualizar el iPod y luego el iPad. 

Porque el iTunes en Windows es una mierda. Se atasca y atasca el sistema (incluso en mi i7 con 8 núcleos) sin subir ninguna CPU a un porcentaje de uso remarcable. Es como si el driver USB fuera una castaña pilonga. En algún momento tuve las bibliotecas compartidas entre mi anterior PC (un QuadCore) y el iMac gracias a algún que otro truco, pero ya no. 

Más tarde vino el iPad. ¡Ay el iPad! Ese elemento denostado por todos pero que ha tenido un éxito inmenso, más allá de cualquier expectativa… Y es que, pese a las bocas llenas de despectiveces de los expertos, ese tipo de tabletos (expresión copiada de Juan Luis Chulilla) era algo esperado con ansia. 

No voy a entrar aquí en que si no es un PC, que no lo es, o la era post-PC del haba de Steve. Es lo que es. Un aparato para estar tumbado en el sofá y ver una película, o leer, o revisar el correo. Y quien niegue la utilidad de eso está más ciego que un topo. Por lo menos para los singles como yo que se pasan el día a solas… y hay unos cuantos singles por el mundo. 

Bueno, como os decía, vino el iPad. El mismo día que salió en USA lo compré a un revendedor americano, por lo que el lunes o el martes siguiente lo tuve aquí y pude, por fin, pasar más tiempo en el sofá que delante del ordenador. Sí, yo soy ese tipo de gandul que es capaz de hacer los trabajos de Hércules si luego va a estar tranquilo tocándose las bolas. 

Se me olvida decir que antes de esto vino un Time Capsule como disco de copia de seguridad para el Time Machine, Windows y como router. Lo cierto es que como disco de seguridad para Windows no sirve porque la mitad de las veces se desconectaba solo, y Windows 7 terminó de rematarlo. Pero como router es insuperable, y cuando viene alguna visita que quiere WiFi le activo la de invitados y me ahorro de compartir claves y demás zarandajas. Y es un equipo robusto. El cable modem ha sido cambiado dos veces, mientras que el TC ahí sigue, haciendo de Time Machine para mi Snow Leopad. 

No me cansaré de repetirlo: el iPad es la rehostia. Y no, no me voy a comprar el iPad 2. Porque la inclusión de las cámaras me la trae floja, y el que pueda ir hasta nueve veces más rápido también. No soy un gamer. Soy un reader. Lo actualizaré cuando le pongan una pantalla más grande o con más resolución. O se rompa el que tengo. 

Durante el día, en el trabajo, voy revisando las RSS en los tiempos muertos y las entradas que me interesan las envío al Instapaper. Por tiempo no siempre puedo hacerlo, pero es lo habitual. 

Cuando llego a casa y hago las tareas comunes (revisar el correo y las news en el PC MAC, cenar, ducharme, ponerme cómodo), me tumbo en el sofá (en cursiva porque es una cama de esas con motor que puede adoptar la postura que quieras) con mi iPad a mano. Leo las RSS que me han quedado y las que me interesan las voy pasando al Instapaper desde el propio programa. Para mis sindicaciones principales uso MobileRSS, y para las secundarias (libros gratis, libros gratis, y algún que otro relacionado) NewsRack (tengo dos cuentas de Google). 

Luego le toca el turno a Fipboard y a Zite. Este último es un reciente descubrimiento y todavía me estoy haciendo a él (y él a mi). Digamos que utiliza una serie de algoritmos basados en tu cuenta de Twitter y de Google Reader para ofrecerte noticias relacionadas a tus intereses. Y se va auto configurando según lo que hagas, lo que leas y cuánto tiempo le dediques a cada tarea. Sí, ya sé, todo termina en unos servidores que a saber qué van a hacer con la información que capturen. Hablando en plata me la trae más que floja que sepan que mis intereses sean C++ o los piticos de boina… 

Tras eso cargo el Instapaper y me recreo en la lectura de todo lo que me he ido pasando. A veces reenvió por correo o saco a Facebook o Twitter algo. Eso me ocupa sobre una hora u hora y media, dependiendo de las novedades que haya. 

El siguiente paso consiste en o bien cerrar el iPad y abrir un libro-e o libro-p o bien seguir con el iPad, que es lo que estoy haciendo últimamente. Y luego a mimir, a veces incluso en el mismo sofá si hace frío, tengo la chimenea encendida, y estoy perraco para cambiar de cuarto… En verano no sé cómo será mi rutina, porque el anterior mi casa estaba de otra forma y la habitación que ahora es mi cuarto de estar era la de trabajo… 

Sí, la tele la tengo de adorno, en otro cuarto, y que siga así por muchos años. 

*** 

Ahora metamos el PC en medio. Es decir, cuando llego a casa lo enciendo y encendido se queda hasta más o menos cuando me voy a dormir. A ratos me levanto y miro las news o miro algo que no puedo hacer en el iPad. 

Algunos días, cuando estoy de humor y la jornada de trabajo no ha sido muy opresiva, programo en casa mis cosas tras la sesión con el iPad (o antes). Sí, tengo proyectos personales a medio hacer, algunos de ellos interesantes. 

Y es aquí dónde viene la crisis del PC… y personal. Entre septiembre y noviembre de 2010 mi situación laboral cambió drásticamente. Básicamente fui miserablemente engañado por mi jefe, aunque él diga que no. Yo curraba en casa. La central en Madrid cerró por temas que no tienen que ver con la crisis y de los que ni puedo ni quiero hablar, y fue trasladada a una ciudad a media hora de coche de dónde vivo. O al pueblo en donde vive mi jefe. 

Yo trasladé mis cosas allí temporalmente para terminar un proyecto que corría prisa. ¡Qué inocente que fui! Pasaron dos meses y seguía allí. Al final todo explotó. Tuve una gordísima con mi jefe y todo quedó claro: no sólo fui engañado para cambiar mi forma de trabajar, sino que luego encima se regodeó diciéndome que ya no podía protestar, que legalmente tenía un mes y ya habían pasado dos. Las promesas de ir sólo uno o dos días a la semana se las llevaron el viento. Mintió como un cosaco. 

Pero no sólo fue eso. En el proceso se perdieron 1000 euros que se me debían de unos extras realizados un tiempo antes y no se me pagaron y “hazte cuenta de que eso no lo vas a ver nunca”. Y también perdí mi PC. Mi versión es que cuando yo empecé a trabajar en mi casa había un PC de nivel medio/alto que era mío. Cuando dejé de currar en mi casa no quedó ninguno. Según mi jefe, el PC lo había pagado él. En cierta medida así era, puesto que del original no quedaba ya ninguna pieza, todas ellas rotas u obsoletas en el desarrollo de mi labor profesional. El hecho de facto es que al empezar yo tenía un PC y al terminar no tenía ninguno. 

Depresión al canto, ideas muy malas de llevarlo a los tribunales con todo y a por todas. Sondeo de familiares y conocidos para el tema. Todos me daban la razón y afirmaban las palabras y promesas que habían oído de mi jefe, pero nadie se comprometió a decirlas ante un juez (y dándoles gracias por avisarme antes y no hacerlo en el momento crucial). Su palabra contra la mía. Y mejores abogados, como llegó a decirme. Hubo unos días en los que la baja por depresión se tornó una salida demasiado tentadora, una baja larga y demoledora par él… 

Lo curioso y lo que más me jode es que encima él queda como el bueno de la película. Como Steve Jobs, su distorsión de la realidad es legendaria entre sus conocidos y familia (por desgracia yo mismo). Según él me dio posibilidad de traérmelo y usar la morralla que había en la empresa, pero claramente las facturas de muchas cosas estaban a nombre de la empresa. Es preferible perder un ordenador que luego ser acusado de robar material de la empresa. Aun así me traje todo lo que tenía una factura a mi nombre… 

Pero no, había de por medio otras razones para seguir de las que no debo hablar… así que decidí tragar y seguir. Horario a rajatabla. Cero concesiones. Pasar de él. Todavía tengo cartas en el bolsillo para jugar, pero las cosas se están volviendo “amigables” de nuevo. De nuevo vueltas a casa a las diez de la noche (antes no eran “vueltas a casa” pero eran “retiradas de currar”)… Pero no, no lo voy a consentir. 

*** 

Bueno, centrándonos en el tema, yo estaba en casa, depresivo y sin ordenador. No, sin ordenador no. Tenía mi fiel iMAC, ya algo obsoleto y con un rendimiento no muy bueno al menos comparado con el PC… Así que volví a usarlo. 

Pero cometí un error. Instalé el vmWare Fusion y le metí todo lo que tenía en una máquina virtual con Windows 7. Imaginaros un iMAC con 4GB de RAM corriendo una VM con 2GB asignados… Lento. 

Por mi cabeza pasó un Mac Pro de 12 cores con mucha RAM. Pero el precio se iba –mucho- de madre. Además, no es oro todo lo que reluce, el rendimiento en determinadas circunstancias no era el esperado en semejante bestia. Así que del de 12 cores bajé al de 4… y me dije que por ese precio tenía un PC el doble de potente, así que eso hice. 

Un i7 de 4 núcleos HT que son 8, 16GB de RAM, 4 discos SSD y uno SATA II en una súper placa Gigabyte con más chipsets que operaciones cosméticas llevan algunas, además de una ATI 6850. Y un monitor de 24” a 1920 x 1200 (en lugar de los ahora 1080 habituales) para complementar el que había podido rescatar del ordenador que era mío pero no era mío. Una bestia parda, vamos. El iMAC de nuevo a la otra mesa, como actualizador del iPad e iPod… 

Pero la procesión iba por dentro. Como un runrún. Cada vez que cogía un libro para ponerme a estudiar como antes me venían a las mientes que eso iba a servir para mejorar mi curro… y lo dejaba. Si abría el Visual Studio lo mismo. Empecé a usar C++ Builder, que no uso en el curro, pero daba igual. 

No quiero. No quiero mejorar para mi jefe. Lo siento. Las tres horas al día menos de tiempo libre que tengo las tiene que pagar de alguna manera. Sí, ya sé, pensaréis que no estaba mejorándome para mi jefe sino para mi. Pues sí y no, pero no es una cosa de querer, es una cosa de poder. A fecha de hoy no puedo estudiar si lo que estudie sirve para lo dicho. Está en mi y en mi espíritu. Punto. 

Por lo tanto estoy en crisis. Crisis profunda. No puedo hacer código en casa. Ni siquiera puedo leer un tema técnico sobre desarrollo sin que me de asco. Sí, ya sé. La depresión… O simplemente largarme. Tengo para vivir una muy larga temporada sin trabajar. Pero no, esa es la solución fácil. Es el camino que no debo tomar. O al menos no ahora. Como dice el refrán, a todo cerdo le llega su San Martín. Veremos. 

*** 

Y seguimos con el runrún. También me comentaron en algún foro que para qué cojones quería un MAC si lo iba a usar como un Windows. Así que fui a por un PC de gama alta. Y me lo compré. Estamos ya en diciembre, han pasado tres meses desde el desastre. Gracias, Noelia, a ti también te las tengo que dar. Por ser como eres. Simplemente por eso. 

Pero la realidad estaba en que quería usar el MAC como un Windows, o metiéndole un Windows dentro, o como queráis verlo. ¿Y por qué no usar un MAC como… un MAC? Aceptar sus ventajas e inconvenientes y tirar hacia delante… 

Joder, a veces uno es tonto y se le escapa lo evidente… Pero todavía no estaba convencido del todo. Yo soy un windowsero rabioso, un fanboy de Windows… Y vino el león. Y Xcode 4. 

Ha habido un par de semanas en la que un día he tenido el PC y al otro el MAC. Y vuelta a cambiar de nuevo. Eso de perder 20 años de experiencia a mis 40 suena un poco fuerte… Indecisión. Culo inquieto. Y eso que el rendimiento de mi iMAC en real es bastante decente. 

Hala, de nuevo a confesarme. No, claro que no es perder 20 años de experiencia, ni mucho menos. Es como cierta lástima a abandonar, a tomar un camino nuevo y diferente. Perder el MVP. No es que lo vaya a perder de la noche a la mañana ni mucho menos. Todavía respondo en los foros, pero si os dais cuenta desde la crisis no he publicado apenas nada en mi blog de desarrollo. Y tengo temas para hacerlo, pero me faltan las ganas, sobre todo cuando te das cuenta de que encima eres un MVP incómodo. 

Yo no escribo en el blog ni respondo en los foros para ser MVP. Sólo faltaría eso. Escribo y respondo porque me apetece y punto. Pero ahora ya no me apetece, o apenas lo hace. Se suma mi crisis, la incomodidad que genero, el hecho de que MS esté perdiendo puntos a pasos agigantados. Nada es decisivo, pero afecta. Bueno, las ganas y mi crisis sí que son decisivas, pero siempre se puede hacer un esfuerzo. Pero no, simplemente no me apetece. 

Y es que, también, el proyecto MVP está muerto. Microsoft lo ha matado lentamente. ¿Cómo pueden estar tan ciegos? ¿Cómo cojones pueden llevar 10 años con un sistema de ayuda para Visual Studio que simplemente no funciona (por poner un ejemplo evidente)? ¿Es que no ven lo evidente? 

Así que se me quitan las ganas cuando encima tengo pocas. La opción fácil es mandarlo todo a tomar por culo. Sin más… Pero no, de nuevo esa es la salida fácil. No hablo del MVP, al final eso me da igual. Si he perdido el interés la culpa es de Microsoft. Simplemente que se jodan. 

Hablo de mandarlo TODO a tomar por culo. Es una opción. No la mejor pero una de ellas. 

*** 

Hay otras. La cacharrería de Apple me mola. El Magic Mouse es… mágico. El Trackpad ya ni os digo. El teclado extendido en el centro. A la izquierda la tableta. A la derecha el ratón. Enfrente hacia la derecha el iMAC, a su izquierda el monitor secundario. Mola. 

Detrás del iMAC, un Book Studio Edition II for MAC de 2TB en RAID 0, recientemente adquirido, conectado al iMAC por FireWire 800. Conectado al PC por eSata va más rápido, pero yo lo quiero en mi MAC. 

El iTunes no hace cosas raras cuando actualiza mi iPad o mi iPod. El iMac no hace ruido alguno. Se suspende solo (bueno, el PC también, pero el iMAC lo hace con más estilo. :-P). Y la pantalla es acojonantemente buena. El monitor secundario tampoco está mal, es un BENQ que tiene entradas para todo y en su momento costó casi lo que se me debe... 

Alfred, Snap. CleanMyMac, BetterZip, VideoLAN, Transmission, Speed Download 5, Calibre. Mola. El Fusion para abrir una máquina virtual Windows de tarde en tarde. Ahora ya no cometo el error de usar Windows virtualizado. Si me hace falta algo que requiera rendimiento enciendo el PC y lo controlo por escritorio remoto. El sempiterno Office (Versión 2011), a la espera de que salga Pages 11… 

No me hace falta nada más. 

Bueno, sí, un iMAC algo más rápido y con más RAM, pero con el añadido del Book Studio de momento me sobra. Esperemos a la próxima actualización de los iMAC (los expertos dicen que para junio o julio), aunque un i7 con 8GB de los actuales tampoco estaría mal. 27” de monitor. Qué gozada. 

Vendo mi PC recién comprado. Y mi Touchsmart TM2 con algo más de un año. 

Xcode 4, en este momento compilando QT 4.7.2, aunque no creo que lo use. Un montón de PDF para leer en el iPAD en relación a Cocoa, Xcode y desarrollo MAC. Mola. Mola mazo. J 

El iPad no tiene sistema de ficheros, pero me la trae al pairo. Mi mayor preocupación a la hora de leer un PDF es si hacerlo en el GoodReader o en el iAnnotatePDF. Mi mayor preocupación a la hora de leer un EPUB o un MOBI es si hacerlo en el iPod o en el iPad, y luego en qué aplicación (tengo para elegir. Las que más me gustan son el iBooks, el Kindle for iPad/iPhone, el Stanza o el i2reader). 

Si quiero meter un fichero al iPAD, lo enchufo al MAC, lo paso a la aplicación correspondiente y a otra cosa mariposa. Sí, ya sé, se puede hacer igual desde Windows. Pero solo cuando el iTunes quiere (no entro si es a propósito o no). Las copias de seguridad del i me tardan un montón en Windows. En MAC son rapidísimas. 

No hay multitarea real. No me hace falta. El GoodReader habla con las otras aplicaciones compatibles. Y el MobileRSS, y el NewsRack, y el Instapaper. Y el Dropbox. 

Mola. 

Mola mazo. 

Y tengo un nuevo reto: aprender a programar en MAC. Y eso a mi jefe no le sirve para nada. Lo mismo hasta vendo alguna aplicación en la tienda… 

Mola. 

Mola mazo.