lunes, 26 de agosto de 2013

Revistas electrónicas y más petisoperías

Cuando yo digo que soy un poco petisopo, es que lo soy. Llevo todo el puñetero verano pegado, en casa, a un iMac que más que un ordenador parece una estufa, cuando justo al lado tengo un MacBook Pro Retina casi durmiendo el sueño de los justos.

Bueno, a ver, no es que esté todo el día delante del ordenador, que no lo estoy, ya tengo bastante con el del curro, pero siempre hay algo que mirar. Que si el correo, las noticias, o simplemente actualizar tu biblioteca con la última lectura o compra.

Y, por supuesto, escribir cosas como esta.

Para más inri, tengo a mi novia de aquí para allá con su Air. De la cocina a la sala de estar, de allí al dormitorio y, como parece un muelle, adopta las posiciones más variopintas que por desgracia yo no puedo porque mi columna vertebral no es la suya. Pero su portátil en una de sus manos. Siempre.

En fin, que hay que ser muy capullo, tan capullo como yo como para no darse cuenta del hecho: ¡que tienes un puto ordenador portátil que es tan potente como tu fijo, y encima da mucho menos calor!

Si de hecho, hasta en el curro tienes un portátil. También una bestia parda (cualquiera desarrolla para Windows Phone con algo menos de un i5/i7 con 8 GB de RAM y no muere en el intento, aunque en el caso del trabajo el cuello de botella es el disco duro, que es de 5200 vueltas y no hay presupuesto para uno SDD dado que el más pequeño que necesito sería de 256GB…).

De hecho en este mismo momento estoy en la sala de estar, sentado en el sofá con las piernas cruzadas, un cojín y encima, el ordenador. Sin calores, sin ruidos, sin penas.

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Bueno, tras el despotrique matutino, un truco para tener vuestra revista preferida -comprada, eso sí-, en vuestro ordenador sin necesidad de Zinio o del Quiosco de iOS.

Zinio guarda localmente las revistas en una especie de archivo PDF por página. Es decir, cuando tu te bajas una revista, él crea una carpeta en su caché y baja una página por fichero. Cada una de esas páginas es un PDF, o al menos así lo parece. Porque si intentas abrirlo con algún programa genérico no puedes. Unos te piden una contraseña, otros simplemente te dicen que el archivo está corrupto.

Una solución sería tomar esos ficheros y pasarlos por algún rompe claves, pero tendrías que hacerlo fichero a fichero y seguro que te llevaría bastante tiempo, e incluso podría ocurrir que no pudieras porque realmente no sean PDF normales.

Pero si tienes un iPad o una tableta que sea capaz de tomar capturas de pantalla, lo tienes todo. Simplemente has de tomar una captura de cada página.

Una vez las tengas, te vas a un Mac/PC y las copias. Ya sólo queda imprimirlas a un PDF y, si quieres recortarlas, usar algo como Briss. 

En el caso del MAC, lo que yo hago es, una vez he importado las fotos con iPhoto, las saco a una carpeta local, las selecciono todas y las presento en Vista Previa. Una vez allí, y comprobado que siguen la secuencia lógica de la numeración, la exporto a PDF colocando los metadatos adecuados. Y de allí, al Calibre.

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Si usáis iPhoto con Vista Previa, tened en cuenta que hay un bug bastante asqueroso. No sé de quién es la culpa porque siempre me doy cuenta a la hora de mirar si todas las capturas están bien y en secuencia.

El tema está en que faltan capturas. Como yo las hago en el iPad, a cada captura se corresponde un flash de la pantalla y el típico ruido de cámara de fotos, por lo que en principio hay una imagen guardada por cada captura.

Luego iPhoto te presenta la importación. Seleccionas todas y las pasas al programa, y luego de ahí a una carpeta externa.

Pues bien, ya sea que algunas capturas no se guarden en el iPad, o que iPhoto no las importe todas, o que sí las importe pero luego no las grabe todas localmente, el hecho es que cuando estás moviendo doscientas o trescientas fotos, siempre se pierde alguna.

Y sé que se pierden y que no es mi mano la que no toma la captura porque falta el número. Es decir, que la numeración de la captura pasa de, por ejemplo, IMG_1771.PNG a IMG_1773.PNG. La de en medio, por arte de birlibirloque, ha desaparecido. El problema está en que nunca me acuerdo de revisar todos los pasos y pillar al culpable.

Preguntadle a Apple.

Añade a eso que a veces tienes que borrar dos o tres veces una imagen de fotos en streaming porque te dice que se ha borrado pero en realidad no lo ha hecho y tendrás la combinación perfecta para hartarte del programa y para fragmentar seriamente tu disco duro y el bundle de iPhoto.

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Ojo, yo hago eso con las revistas que he comprado y que me interesan tener de forma local y poder leerlas fuera de su aplicación, que a veces termina siendo muy limitada.

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Sí, ya sé que lo conté, pero me apetecía hacerlo de nuevo.

jueves, 15 de agosto de 2013

iBooks en MAC OS X. ¿Por qué no? Y otras cosicosas pensariles

Antes de ayer instalé en mi MAC de escritorio la Preview 5 de OS 10.8 Mavericks, o más bien la 4 y luego actualicé a la 5. Todo fue bien y me gustó tanto que también la puse en mi portátil. 

De momento no he visto que ahorre más batería, sino que anda piscas pajas con la versión anterior. Es decir, unas 5 horas de las 7 u 8 prometidas. 

Pero no es eso lo que quería contar. La Preview 5 trae iBooks para MAC. Viene a ser lo mismo que el de las iCosas, pero en versión escritorio. Mismas opciones, más o menos la misma visualización. 

Una cosa que me llamó mucho la atención es la presentación del texto a la hora de leer un libro. La calidad, en una pantalla normal, es impresionante. No os digo ya en una Retina como la de mi Pro. 

Bueno, no es eso lo que me llamó la atención. Lo hizo el hecho de que si son capaces de pintar texto con tanta calidad… ¿por qué no lo hacen en todo el sistema? Porque fuera de un Retina, ya lo he comentado, el suavizado de fuentes en un MAC es prácticamente inexistente.

Al menos ya sé que saben y pueden hacerlo. Otra es que quieran.

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Decía que iBooks funciona muy bien en un MAC. Incluso a pantalla completa, las columnas quedan limitadas a un ancho más que razonable. No sé si se deberá a que es el mismo código del iPad y tiene dicha limitación o a que se han dado cuenta de que hay un máximo de ancho de columna a partir de cual la lectura se hace difícil.

Quiero creer lo segundo, aunque Damocles me susurra al oído que no, que es lo primero y que a Apple se le da una higa si la línea es ancha o estrecha.

¿Qué opciones echo en falta? Ajuste de interlineado, de brillo independiente del que tenga el monitor y la opción de poner más columnas.

De todos modos cumple lo que promete.

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Se supone que debe sincronizar con iCloud todos tus libros y posiciones sin importar dónde esté cada libro.

No obstante, es algo que no funciona. Quiero creer que lo vayan a arreglar, pero dado que la iNube de Apple nunca ha funcionado bien del todo, dudo que termine de ir bien.

De hecho ya falla cuando se trata de sincronizar entre dos dispositivos (un iPad y un iPhone), ahora que hay un tercero en la oficina dudo mucho que lo haga bien.

Pero debemos esperar.

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Y se tienen que poner las pilas porque esta mañana la versión que tengo en el PRO ha decidido que mi música comprada en iTunes también son libros, y me ha bajado la carátula y me da la opción de leerlos. 

Por supuesto, luego ni se bajan ni se pueden leer.

Pero los libros de verdad que tengo tanto en el iPad como en el otro MAC, esos no. Esos para el iBooks de mi PRO no existen.

Vamos, que les queda un hervor… digamos que varios.

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Y ahora vamos con las pajas mentales. ¿Por qué ha puesto Apple iBooks en un ordenador? ¿Para que la gente tenga más posibilidades de leer (o más bien, ellos de vender)? ¿Porque es algo así como completar funcionalidad o, en otras palabras, convergencia?

Microsoft ya lo está haciendo con su Windows Phone y su Windows 8. De hecho, ambas versiones comparten el mismo núcleo. Más o menos como hacen los dispositivos iCosas y sus hermanos mayores.

Son tiempos de convergencia, de reducir dos plantillas de programadores a una sola, de ahorrar costes, de saca muchas versiones y rápido…

De todos modos, visto lo visto, y ese es el punto al que quería llegar, no creo que falte mucho, no más de un año, quizás este septiembre (cosa que dudo), en que Apple convierta su MacBook Air en algo situado entre el propio Air y un iPad.

Es decir, es muy posible que ese supuesto iPad de 12 pulgadas no sea tal, sino un Air con pantalla táctil y teclado desmontable o al menos ocultable de alguna manera más o menos ingeniosa.

Sinceramente espero que no sea similar a la de los Surface de Microsoft, porque uno de los teclados ya se me ha roto y estoy esperando a que pasen estos días de fiesta para hacer valer la garantía.

domingo, 4 de agosto de 2013

La crisis del correo electrónico y la estulticie humana

No, no eso otro más hablando de que el correo electrónico está muerto y imbecilidades del estilo, quiero creer escritas para chupar cámara o como quiera que se llame eso de escribir por el mero hecho de que te citen, no.

Cualquiera que diga que el correo electrónico está muerto es alguien que no se entera mucho de qué va la cosa, o vive en una torre de marfil construida de bits, o simplemente a él no le hace papel alguno y simplemente extiende su propio ejemplo al del mundo mundial.

¿Conoce alguien alguna empresa que tenga un ordenador y de más de dos personas que no lo use como herramienta diaria? Yo creo que no. Desde el “te envío la factura” hasta el “jefe, te confirmo que salimos hoy pese a estar yo en contra” para cubrirnos el culo, pasando por cualquier otro comunicado, el correo electrónico está ahí.

Lo que pasa es que el nivel de inteligencia medio de la humanidad debe haber descendido, y no poco. Ahora mismo el IQ medio debe rondar el 60 o así. Lo justito para darle a botón de descargar correo nuevo y al de responder.

Bueno, dejad de afilar la navaja de capar gorrinos que me voy a explicar.

¿Vosotros recordáis o habéis usado (o incluso estáis utilizando ahora mismo) clientes de correo electrónico llamados “Outlook Express”, “Thunderbird” u “Opera”? ¿Cuál es la gran diferencia entre los más modernos? Hablo de Outlook, Mail (el de Apple), el de los clientes de cualquier teléfono moderno, el de Windows RT…

Seguro que no la veis. Yo sí y estoy hasta los cojones.

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Cuando uno inicia una conversación entre dos personas, uno habla, el otro responde y así en ciclo. Vamos a asumir que esas personas son educadas y no se interrumpen, pero aunque lo hicieran, el ciclo es idéntico.

Lo mismo ocurre con el correo electrónico. Tu le envías uno a tu madre preguntándole cómo está y ella eventualmente, si se acuerda cómo funciona eso del correo, te responderá. Igual ocurre entre un amigo o cualquier otra persona.

Cuando recibes un correo sabes de quién viene y sabes a qué te responde. Aunque no comente lo que tu has enviado y responda siempre al principio.

Ahora añadamos una persona más. ¿Qué es lo que ocurre? Pues que al cabo de unos cuantos mensajes ya no sabes a quién ni a qué respondes. Sobre todo si has vivido la “etapa anterior” de los clientes de correo electrónico de verdad.

¿Y si hay veinte personas en la conversación? En un debate, uno habla y los demás escuchan (de nuevo si son educados), y entre un grupo de la calle, un conjunto de amigos, se forman corrillos que se van agrupando y disgregando conforme comienzan y mueren los temas.

Eso mismo ocurre con el correo electrónico.

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¿Te aclaras con un cliente de email moderno, de esos que te pone un correo debajo del otro, incluso cuando hay más de dos o tres personas en una conversación? Yo no. Yo me armo la picha un lío y al final no sé a quién respondo ni quién me responde. De hecho a veces se pierden debates interesantes por ese descontrol.

¿Será por eso que haya gente que diga que el correo está muerto? Como el postal, vamos. 

Puede ser que el del CI bajo sea yo, pero resulta que si miro ese mismo correo desde un cliente que me muestre las conversaciones en árbol me entero a la primera.

Sé cuántas sub-conversaciones hay, quién responde a quién y qué, sin tener que liarme la manta a la cabeza e ir recorriendo correos anteriores o desplegando el texto citado, reconstruyendo poco a poco el hilo…

Joder, que estamos en el siglo XXI, que la informática es ubicua y un teléfono móvil tiene cien veces más potencia que mi Pentium con el cual yo leía el correo (y las news, que esa es otra) y lo veía en forma de árbol de conversaciones.

¿Es tan dificil, algorítmicamente hablando, poner dichas conversaciones en forma de árbol? No creo, porque los primeros clientes ya lo hacían.

Ahora se intenta sustituir todo eso con chorradas del estilo de poner unas pequeñas líneas de tiempo a la derecha, simulando ser un árbol pero que lo único que hace es liarte más (hablo de Outlook).

O simplemente resumirte la conversación (todas las conversaciones) cuando seleccionas el correo raíz. ¿Para qué cojones quiero yo los últimos diez o doce encabezados de cada correo si lo más seguro cada uno pertenece a una conversación diferente?

No lo entiendo. Simplemente no lo entiendo.

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Pero es que la cosa no termina ahí, no. 

¿Tenéis Facebook? Habéis participado en una entrada con muchos comentarios. ¿Qué os parece? ¿Quién responde a quién? ¿Lo podéis seguir sin problema?

¿Tenéis Twitter? Pese a que aquí sabes a quién responde a quién, el nivel es exactamente el mismo que en Facebook o el correo electrónico moderno: tienes una línea temporal principal y dentro de ella se te abre una secundaria y pare usted de contar. Como haya más niveles de anidamiento vuelve el jaleo.

Lo dicho, para imbéciles. La informática de usuario de hoy en día está hecha para imbéciles.

Y tan contentos y felices.

Vamos, que tenemos lo que nos merecemos.

Hala, ya me he desahogado un poco.

jueves, 1 de agosto de 2013

Los ladrones van (vuelven) a la oficina

Decíamos ayer, es un decir, claro está, fin de la cita, que el contubernio de Libranda no era, ni muy claro, ni muy esperanzador, no. Más bien todo lo contrario.

Pues andando se hace camino, y el tiempo nos da la razón, y al pollo que se la piquen, fin de la cita, digo, que hace unos días leía unas interesantes palabras.

Estas: http://scriptaverba.wordpress.com/2013/07/25/a-que-juega-la-fgee-con-dilve/

Bien vale la pena dedicarles un rato. Y luego estas otras: http://scriptaverba.wordpress.com/2013/07/30/bienvenido-mister-libranda/

También tienen su enjundia.

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Básicamente viene a decir que, ahora que el contubernio está montado, a chupar del bote. Y el que no quiera, que se joda. Y el que menos tenga, que pague más. 

Aunque por un lado, me alegra en cierta forma: por confiar, por pensar las editoriales que les estaban haciendo la cama. Más bien la zanja. 

Lo que nació como una supuesta idea unificadora se ha convertido en eso mismo: un anillo único para atarlos a todos. Fin de la cita.

Y como dice el autor de dichas palabras, siempre quedará el diablo, digo Amazon.

En fin, más de lo mismo en este país de charanga y pandereta. Fin de la cita. Aquí, hasta el más tonto hace relojes. Fin de la cita.