domingo, 29 de julio de 2012
iCloud vs SkyDrive (para editar documentos)
viernes, 27 de julio de 2012
MacBook Pro Retina. Primeras impresiones
Bueno, pues llevo ya unos días con mi flamante MacBook Pro Retina y ya puedo hablar con conocimiento de causa sobre él.
Las principal mejora que publicitan es la pantalla Retina. En principio la cosa no tiene truco: tenemos una resolución increíble con una nitidez idéntica a la del iPad e iPhone. También han cambiado algunas cosas en la pantalla de selección de resoluciones: hemos pasado de que nos muestren las físicas a enseñarnos cinco resoluciones sin indicar nada más que una relación de tamaños de texto y espacio. De las cinco, la central es la nativa del Pro. Luego tenemos dos a cada lado.
Una cosa curiosa que al parecer no está presente en este tipo de panel es la resolución nativa del mismo. Si os fijáis, en las pantallas tradicionales hay una resolución de pantalla que se ve perfecta, mientras que en todas las demás el resultado queda como borroso. Pues bien, en una pantalla Retina eso no pasa y todas tienen la misma claridad y precisión, lo que quiere decir que podemos trabajar con la que más nos guste.
No obstante, tener una pantalla de este tipo genera algunas complicaciones: algunos programas se ven horribles. Una muestra la tenéis con el cliente oficial de Twitter, que si bien para muchos -incluido yo mismo- es más que suficiente, en el Pro he tenido que sustituirlo por Twitterrific porque no es que se vea mal, es que se ve completamente horroroso, completamente emborronado.
Esto nos da una idea de cuán chapuceramente está construido un programa. Si tienes un Pro de estos, y el programa muestra el texto perfecto pero los gráficos escalados, los programadores que lo han hecho son de primera. Si te encuentras con que los gráficos se ven diminutos (independientemente de cómo se muestre el texto), estás ante programadores de segunda. Y finalmente, si te ocurre como con el cliente de Twitter, a esa gente no la puedes llamar programador…
A ver, que nadie se me sulfure, lo de la calidad del programador va medio en broma, pero lo de la chapucería nacional no.
Retomando el tema del Twitter, primero probé Tweetbot, pero está en versión Alfa y encima consume entre el 1% y el 10% de tiempo del procesador, con lo que la batería del Pro dura muchísimo menos.
Ahora estoy con Twitterrific, tanto en el iPad como en el Retina. Dice que se mantiene sincronizado entre clientes, pero de momento a mi no me está funcionando.
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De todos modos, para aquellos acostumbrados a los paneles normales, no os podéis imaginar la calidad de la pantalla. Hay que verla para darse cuenta. Luego, cuando vuelves a un ordenador normal te das cuenta de lo mierdosas que son todas las demás pantallas, sobre todo las de los otros MAC, que pintan un texto bastante asqueroso.
La navegación Web, siempre que la hagas con Safari, también es exquisita en cuanto a calidad. Otros navegadores como Chrome no quedan a la altura del tema, y se ve todo como turbio, pero no tanto como con el cliente oficial de Twitter.
En mi caso, para minimizar este problema, tengo seleccionada la resolución mayor, que es casi idéntica a mi iMac de 27” pero en un tamaño de 15”. En algunos momentos sí que tengo que forzar la vista, pero son puntuales y con acercar un poco más la cabeza es más que suficiente.
De este modo la resolución de los gráficos queda casi idéntica a las 96 dpi estándar y no ves escalonado alguno, y el texto, aunque pequeño, también queda más que visible dada la calidad de la pantalla. Y si te queda demasiado diminuto, siempre puedes variar el zoom que la mayoría de editores de texto tienen.
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Compré la versión más grande, el i7 a 2.6GHz con disco SSD de 512 GB. Pero lo hice con un descuento puntual y se me quedó casi al precio del modelo inferior, y con ese tamaño de disco y lo que yo hago no tendré problemas de almacenamiento ya que nunca he llegado a ocupar más de doscientos o trescientos gigas. Y no lo hice por el rendimiento, sino por el disco.
No obstante, la combinación de procesador y disco hacen que este equipo sea rápido. Lo repito: rápido. No hay ningún tipo de retardo en casi nada, todo es instantáneo. Desde cargar un vídeo hasta abrir el Word o el Pages, que se toman su tiempo con un disco duro mecánico. Un test rápido me dio unos 390 Mb/s de escritura y 450 MB/s de lectura. Sin ser el rendimiento de Cruzier M4 del iMac, tampoco está mal.
Eso sí, como hagas algo más aparte de navegar o de mirar el correo el ordenador se calienta. Poco pero se calienta, y si haces más cosas más se calentará, hasta el punto de que tendrás que quitártelo de las piernas.
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Pesa muy poco más de los dos kilos, y la verdad es que no se hace muy pesado si no se calienta. De hecho lo he estado usando en el sofá con él sobre el pecho para leer un PDF y sostenido entre las rodillas y el pecho, tumbado, para escribir algo. Evidentemente es más pesado que el Air, pero tampoco es tanta la diferencia y, si sumamos el mayor tamaño de pantalla y su calidad, al Air le voy a dar pase de venta dentro de poco. (Por cierto, ¿Le interesa a alguien un Air del 2011 de 13”?).
Una cosa que no me ha gustado es que parece menos robusto que las versiones no Retina. Al cogerlo con una mano cruje un poquito y te da algo de yuyu. Se ve que al ser más fino cuenta con menores refuerzos internos. Y otra cosa: no lo sujetéis con una sola mano desde el lateral y hagáis presión sobre la zona de los altavoces…
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El sonido es acojonante, que es otra de las características de su venta. Pantalla, disco y sonido. Os puedo asegurar que se oye incluso mejor que un iMac, que debe tener altavoces, si no de más calidad, sí algo más grandes.
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Y finalmente está el tema de la batería. Se carga en unas dos horas y se descarga más que adecuadamente para durar lo prometido o incluso más. De hecho, pese a haber estándole metiendo el León Montañés, y luego todas las actualizaciones pertinentes, sólo he tenido que recargarlo una vez.
Y bueno, que sepáis que esta entrada ha sido escrita desde el susodicho equipo. :-)
domingo, 15 de julio de 2012
Haz lo que digo pero no lo que hago (de la App Store va la cosa)
No sé si conocéis qué es Scrivener. Por si acaso no, es una herramienta para escribir libros, cuentos, ensayos, guiones y otros temas literarios. Lo cierto es que es bastante buena en su cometido. El concepto se aleja bastante de un procesador de textos tradicional, porque da igual importancia a escribir tu texto como a mantener otras estructuras que un escritor necesita. Lo único mejorable para un usuario que escriba en castellano es que carece de soporte de diccionario y sinónimos en este idioma ya que se basa en el motor interno del OS X para realizar dichos menesteres, y dicho sistema es un poco pobre en cuanto a eso. Por lo demás, impecable.
Pues bien, hace como dos semanas anunciaron una actualización importante al programa. Y digo importante porque se trataba mayormente de una corrección de bugs. No obstante, entre la versión 2.2 y la 2.3 del citado programa, Apple hizo una serie de cambios a la App Store, mayormente la obligación de que todas las aplicaciones cumplieran con el sandboxing.
Según la propia política de Apple, sólo las nuevas aplicaciones deberían cumplir esta regla, no obstante Scrivener fue rechazada por no implementarlo pese a ser únicamente una actualización bugs.
Pero el problema real no es ese, el problema real es otro.
Parece ser que ninguna aplicación de Apple (léase Pages, iPhoto, etc.) cumple con las reglas del sandoxing. Por lo tanto se trata más de una repetición del ordeno y mando dictatorial al que nos tienen acostumbrados, con el añadido de que, según la gente de Scrivener, existen serios bugs en el sandboxing que todavía no están solucionados ni en Lion ni en Mountain Lion, por lo que absolutamente todos los procesadores de textos fallarán estrepitosamente según qué elementos de edición del sistema uses. Y quizás sea ese el motivo por el cual la propia Apple no transforma su Pages…
Al final, dadas las rigideces artificialmente impuestas por la compañía de la manzana, vamos a tener una serie de aplicaciones que si las hemos comprado de la App Store o bien no van a estar actualizadas o bien van a fallar… por culpa de Apple.
Es una situación bastante insostenible que se niegan a solucionar y, para más inri, una aplicación convenientemente preparada, podrá saltarse el sandoboxing como si no existiera dado los problemas de seguridad que tiene.
Un 0 para Apple, y a ver si se pone las pilas.
sábado, 14 de julio de 2012
Ahora sí, ahora no. Vivan las cerificaciones
Somos imbéciles. O al menos eso es lo que Apple piensa de nosotros. Os cuento una historia sobre certificaciones.
Todos (o la mayoría, no sé) de los equipos de Apple traen varias certificaciones. Una de ellas es la EPEAT, que parece ser que si se la dan a un equipo, aparte de ecológico, es de montaje y desmontaje fácil (o algo similar). He de reconocer que tampoco he mirado exactamente qué es EPEAT, pero para la tesis que quiero defender no hace falta. Simplemente es una pegatina más que puedes poner en la caja y en las características del equipo, y que se supone, como el valor en la mili, cumple una serie de requisitos más o menos estrictos.
Yo recuerdo haber pasado algunas de inmunidad electromagnética con serias dificultades, sobre todo cuando ves cómo le aplican nosecuantosmil voltios a tu cacharrín y ves cómo se cae y luego se levanta. También he pasado algunas especiales para poder ser homologadas y cumplir ciertas legislaciones locales. Estas han sido más fáciles, porque simplemente comprueban que tu equipo cumple con los mínimos exigidos por la ley.
Por lo tanto sé de lo que hablo. Y quizás algún día cuente una anécdota -si se le puede llamar así- de algo que me pasó tiempo ha y que casi hace que le prendiera fuego al laboratorio que las hizo.
Pues bien, hace unos días Apple dijo que sus equipos ya no tenían la certificación EPEAT. La gente empezó a quejarse, y días después Apple dijo que sí, que la volvían a tener.
¿Cómo puede ser eso? A ver, la tienen o no la tienen. Ojalá fuera tan fácil eso de ponerse y quitarse pegatinas.
De hecho, ahora ya también la tiene el MacBook Pro Retina, que según dicen los expertos es de lo menos ecológico y difícil de montar/desmontar que hay actualmente en el mercado.
De todo esto yo me quedo con la idea de que un poco imbéciles si que debemos ser, por creernos a pies juntillas lo que nos dicen, como si fuera tan fácil poner o quitar una certificación, y todavía más imbéciles por tragarnos que el Pro Retina cumple la EPEAT. Vamos, que poderoso es don dinero, y tonto el pueblo entero.
martes, 10 de julio de 2012
De "Unseen Academicals" a "El Atlético Invisible"
domingo, 8 de julio de 2012
Instalando un segundo disco a un iMac mid 2011 (III). Software
Instalando un segundo disco a un iMac mid 2011 (II). Operación
domingo, 1 de julio de 2012
De Kindle a Boox i62HD (Review y cómo automatizar tareas)
El RFOG se ha cambiado de bando, o al menos eso parece. No es que sea un chaquetero, sino que simplemente se ha cansado de sus Kindles. La jugada todavía no ha terminado, porque le queda un cacharrín por vender. Os cuento.
En su haber, y a fecha de hoy, tiene un Kindle 2 USA y otro DX (no recuerda si USA o Internacional) prestado a una de sus hermanas. Luego tiene otro Kindle 2 Internacional que obra en las manos de la otra. Eso son préstamos en usufructo, lo que viene a decir que son propiedad de sus hermanas y que, salvo que se cansen o se les rompa, no los volverá a ver.
También poseía un Kindle Touch WiFi, que ahora es propiedad de su novia. El Kindle 4 que le regaló a ella lo tiene, en préstamo, la madre de RFOG. Queda un Kindle 3 de su novia que de momento duerme el sueño de los justos pero que seguro será vendido próximamente.
También ha vendido su Nook de primera generación (el de la pantallita), su Kindle 3 con funda de luz, y su Kindle DXG. Tiene apalabrado su Boox 6, que anda un poco corto de batería, y su PocketBook 903 Pro, que todavía sigue en venta.
Para el que le interese, su precio es de 250 euros portes incluidos a la península. Se ha interesado bastante gente en él, pero nadie se decide. Y de momento el precio no es negociable.
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Como veis, prácticamente se ha deshecho de su flota de lectores de e-books que no tiene prestados. El principal motivo de la venta es muy sencillo: hay que darles mantenimiento mensual si no quieres que se les rompa la batería, y hay que irlos actualizando. Si no los usas, claro, que lo que le ocurre a él.
Se queda con un Transformer Prime con teclado en castellano, un iPad 3 (más un iPad 1 que está usando su novia), y su nueva joya de la corona: un Boox i62HD.
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El Boox.
Es un aparato de última generación con pantalla HD, lo que quiere decir que en lugar de 800x600 píxeles de resolución tiene 1024x768, lo que se nota bastante. Claro, no es un iPad 3, pero sí que pinta mucho mejor el texto y te permite tener una fuente algo más pequeña sin pixelar.
Como es habitual últimamente, tiene pantalla táctil por infrarrojos y WiFi. Aparte de eso soporta la mayoría de formatos, cosa que a fecha de hoy ya no es tan importante ya que tenemos el Calibre para realizar las conversiones de forma automática.
Si queréis leer en detalle sobre el cacharro, podéis echar un vistazo a esta que ha hecho el amigo Aprendedor, que fue el valiente que pidió la primera unidad, al menos en la familia de Lectores Electrónicos.
Yo tengo poco más que añadir a la misma. Bueno, sí, alguna cosilla.
Para empezar, el firmware cumple con lo prometido, justito pero lo cumple. Lo más destacable del mismo es que puedes elegir qué programa quieres para visualizar los diferentes formatos. Tiene el PDFViewer para PDF y ePub, que es el visor con DRM de Adobe y que, según opinión generalizada de todo el mundo, es una mierda pinchada en un palo. FBReader y CoolReader son los otros dos visores.
Tengo que decir que mi gran favorito, CoolReader, me está desilusionando por los problemas que tiene, que ignoro si serán de Boox o del propio CoolReader. Pese a poder configurarlo externamente (aquí lo explico), sigue haciendo mal el silabeo, y el renderizado del texto es bastante malo. La única ventaja que le veo es la doble columna en apaisado, que se puede activar manualmente editando el fichero de configuración que está en el disco del lector. Por esos motivos, tiene a FBReader como visor principal.
También he intentado compilar el SDK y los programas que vienen de ejemplo, y como es habitual con la mierda de Linux, no he podido porque faltan paquetes y hay bugs que no solucionan ni así los maten…
La duración de la batería, o bien es exquisita, o bien el medidor no funciona. Una de dos, porque con cuatro rayas lo recibí y con cuatro rayas sigue al cabo de casi una semana de leer todos los días.
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Una de las poquísimas cosas que echo a faltar es la facilidad que tenía el Kindle de enviar libros de forma automática sin tener que conectarlo al ordenador. Con enviar el fichero por correo electrónico era suficiente.
En el Boox (y ya de paso en cualquier otro) eso no es posible, por lo que o bien lo conectas a un PC, o bien te inventas algo.
Enchufarlo a un MAC tiene un pequeño problema, y es que el desmontaje de la unidad no se realiza de forma satisfactoria y, aparte del aviso del propio ordenador, el Boox se queda un poco pillado hasta que lo reinicias.
Una forma de evitar este problema es tener todos los libros en una microSD. Como no lee metadatos, puedes tener los libros que quieras sin que el aparato se ralentice.
Luego duplicas esa carpeta en el ordenador, o más bien creas una carpeta en tu ordenador con los libros que quieras que vayan en la SD del Boox (o de cualquier otro que tenga soporte para tarjeta externa). Cada vez que quieras añadir o quitar algo, lo haces sobre dicha carpeta.
Y luego te agencias algún programa de sincronización. En Windows tienes el Microsoft SyncToy, que es gratuito y funciona muy bien. En MAC todos los gratuitos que he probado adolecen de algún problema. No obstante, en un Bundle de esos que a veces te venden diez programas por el precio de uno, obtuve el FolderSynchronizer que funciona muy bien y es muy sencillo de manejar.
Ya sólo queda configurar el tema para que la SD quede como elemento de copia de seguridad de tu carpeta local y, cada vez que añadas o quites libros, sácala del lector, insértala en el ordenador y sincroniza.
Claro está, también puedes hacer eso enchufando el lector al ordenador.