Lo siento, no puedo resistirme a comentar algunas cosas del artículo que ha aparecido hoy en el CiberP@ís escrito por una tal Rosa Jiménez Cano y que versa sobre el Kindle Paperwhite.
En primer lugar decir que el artículo, en su conjunto, no está mal, pero sí en sus partes, y mucho.
La pifia menor son los dos primeros párrafos, en los que parece que se dice que es necesaria una luz para leer a oscuras con el Paperwhite. Y digo parece, porque realmente lo que la autora está diciendo es que sí, que una de las ventajas de este lector es esa: que no hace falta luz para usarlo durante la noche, con las ventajas que eso trae para quienquiera que duerma a tu lado, ya sea tu mujer, novia o gato.
Pero hay otras cosas que me dejan un tanto perplejo. Cito:
Sin embargo, los que estén acostumbrados a lectores que no son táctiles se les saltarán las páginas. Prescindir de los botones en el lateral, que servían para pasar de página, es una ventaja relativa, pues a veces la sensibilidad de lo táctil provoca el descontrol.
¿Y como es eso, hija mía? No sé, pero si tocas y mantienes tocado sólo pasa una página, si arrastras el dedo sólo pasa una página, si lo tocas con un lápiz sólo pasa una página, si lo tocas con un stylus solo pasa una página… No lo entiendo.
Es justo al revés. Con los lectores de botones es más fácil que se pase página accidentalmente al cogerlo o sujetarlo porque, ¿coges tu tu tableta por la pantalla? Pero sí que la coges por los bordes, que es donde suelen estar los botones.
Sí que es cierto que podría tenerlos, ya que pasar página en un Kindle táctil con una sola mano es un poco complicado. Pero solo un poco.
Otra perla:
¿Es necesaria la iluminación? […] Ahora bien, tampoco es la solución perfecta. En la parte inferior, después de un uso prolongado no termina de iluminar de manera uniforme.
Vamos a ver. La iluminación irregular se nota desde el principio nada más te metes en una habitación oscura. Si en tu caso ha ido empeorando con el uso, me juego un gallifante a que te estabas quedando sin batería, cosa que seguro le ocurre a todos.
Y finalmente la última, la que más me ha llamado la atención de todas y la que es casi el motivo de esta entrada:
A cambio, también ha aumentado su peso. Después de más de una hora de lectura las muñecas se resienten.
Increíble. Cógete tu la última de Tom Clancy o mejor aún, un mamotreto de informática y verás lo que es que las muñecas se resientan.
De todos modos, el Paperwhite pesa 212 gramos. El Kobo Glo 185. El Odyssey 180, y 250 el i62HD Firefly. Todos ellos tienen iluminación y comparten, creo, la alta resolución.
En fin, que no creo que te cueste mucho sostener doscientos gramos en vilo, y si es así, piensa entonces que vas a tener el mismo problema con cualquier libro de papel.
Y como dice mi novia, ella se lo apoya en su generoso pecho. Y yo, en mi generosa… panza. Y ni pesa, ni hace daño ni molesta.
Así que si nos pagan por sacar pegas, al menos que estas sean reales y no inventadas o metidas con calzador.