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domingo, 3 de abril de 2016

Apple, cada día te odio más (pero todavía menos que a Microsoft)

Buenos días, lectores míos, hoy el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo, digo WinTablet os va a contar otra que me está haciendo Apple desde la actualización 9.3 y 10.11.4 (y no, no es el tema de los enlaces en Safari).
Para que lo disfrutéis, lusers míos.
Hoy vengo a hablaros de iBooks y su última novedad en iOS 9.3 y OS X 10.11.4, que no es más que el uso de la nube para almacenar tus libros.
Es decir, que ahora, si dejas caer un libro dentro de un iBooks, este libro estará disponible en todos y cada uno de tus otros ordenadores. Más o menos. 
Y digo más o menos porque de mi colección de aCosas e iCosas, se sincroniza en todos menos en mi iMac del 2011. Quizás sea porque es demasiado antiguo y no acepte bien iCloud (léase con irónica ironía, por favor).
Esa es la primera en la frente, que no es que sea pequeña pero que al final me da igual porque no suelo leer en ese iMac. 
iBooks tiene otra característica muy potente y que, aunque en sus principios funcionaba penosamente, llevaba mucho tiempo yendo perfecta: la sincronización de la posición de cada libro entre dispositivos.
La única diferencia entre antes y ahora estaba en que o bien sincronizabas los libros a través de iTunes, o bien los tenías que añadir a mando en cada dispositivo.
El resultado era el mismo si el fichero era exactamente el mismo: sincronización del punto de lectura, con la salvedad de que si tenías mala conexión a veces no funcionaba, pero eso pasa igual con cualquier otro cacharro.
Pues eso ha dejado de funcionar, o al menos ha ocurrido con algunos libros, y estoy por creer que el problema no estaba en 9.3 y sí en 9.3.1, porque antes de poner esa todo me iba bien.
De todos modos el hecho está en que voy a tener que dejar de usar iBooks y pasarme a alguna otra alternativa.
¿Cuál? Pues no sé. De las que conozco, Marvin es la más potente de todas pero está abandonada, no tiene soporte para el iPad PRO y la sincronización falla bastante. 
El autor de la aplicación ha dicho que está preparando una actualización bomba, pero no me lo creo.
Otra de las que prometen se llama Hyphen, pero tiene el mismo problema que la anterior: no sincroniza (esta por diseño), y aunque el autor ha prometido el oro y el moro, el hecho es que no se actualiza desde hace unos meses.
Esto me lleva a un tema incidental respecto a la creación de aplicaciones. Desde mi punto de vista es preferible que el autor vaya añadiendo opciones gradualmente, en pequeños pasos, que no pocas y con muchas opciones.
En primer lugar porque así la creación y corrección de bugs es controlable, y en segundo, la gente percibe que tu aplicación está viva.
Os puedo poner el ejemplo de GoodReader, que llevaba casi un año sin actualizarse y ya pensábamos que había muerto, cuando de repente añadió de golpe más opciones, entre ellas soporte para el palito y el iPad Pro. 
Otro ejemplo es Hypen, que tiene wiki con seguimiento del progreso, y lleva como tres meses sin que ese 25% terminado avance hacia adelante. Eso te da muy mala espina por mucho que el autor diga que continua avanzando.
Y en esas estamos. No tengo ganas de iniciar una nueva tanda de prueba de aplicaciones para leer, y ya sé que más de uno me recomendaría el Kindle, en versión cacharro independiente o en versión aplicación.
Y no lo uso por dos motivos. El primero es que, pese a indicar el tiempo que queda de lectura del capítulo, te lo indica como “tiempo” y no como páginas o locations (que es como el Kindle mide el tamaño de un libro), y dada mi extraña forma de leer, el tiempo de lectura no significa nada para mi. 
El otro motivo estriba en que no me gusta leer con el Kindle (el aparato). Pese a todos los avances, sigue teniendo el problema del contraste. El fondo, al ser un poco claro, requiere que la luz esté a un nivel alto, por lo que hiere un poco a los ojos, de modo que solo tienes la opción de brillo bajo y forzar la vista o brillo alto y deslumbrarte.
Evidentemente hablo de leer en la cama por la noche con la luz apagada. De día el Kindle es tan usable como un aparato con pantalla retroiluminada, y a la luz del sol ni te digo.
Y mi amigo Odo acaba de hacer que me dé cuenta de una cosa: ya no leo de lado en la cama, cosa que me gustaba mucho, por la incomodidad de sujetar un cacharro grande…
Así que quizás vuelva al Kindle…

domingo, 29 de marzo de 2015

Amazon, la nube y... ¿práctica desleal?

Hace unos días Amazon ha hecho un movimiento muy extraño, tanto que al parecer no tiene explicación ninguna.
Básicamente lo que ha hecho ha sido dejar de darnos gratis 5GB de almacenamiento en la nube para nuestros libros personales si no tienes un Kindle Fire.
Básicamente la cosa está ahora de la siguiente manera: Si quieres mantener sincronizados tus libros, tienes que pagar por el almacenamiento en la nube a no ser que tengas un Kindle Fire. El precio más bajo son 11 dólares al año.
Con anterioridad, al registrar una aplicación Kindle o comprarte un Kindle de tinta electrónica, obtenías 5GB de espacio gratuito para mantener tus libros personales en la nube y que se sincronizaran entre dispositivos.
Básicamente se trata de una patada en los huevos, con premeditación y alevosía, y que personalmente me los toca bastante pese a que yo apenas tengo unos 20 libros no comprados a ellos, la mayoría aquiridos en otro lares.
Lo que realmente me repatea es el hecho de que nos haya quitado algo que ya teníamos. Entiendo que a los nuevos registrados no les de espacio, pero los que ya lo tenemos…
Por lo menos desde USA (que es donde yo tengo la cuenta) no creo que nos podamos quejar ni mucho ni poco. Sin embargo creo que en España es ilegal hacer algo así, por lo que veremos en qué queda el tema.
Esto nos da una serie de indicaciones, o al menos me las da a mi, que muy bien pudiera estar equivocado.
Lo primero de todo es que no venden suficientes Fire y quieren potenciar la venta de los mismos. Hace tiempo pude trastear con uno de ellos, y la verdad es que no me gustó nada de nada.
La primera pega que le vi es que la aplicación de lectura es la misma que la de Android (de hecho el Fire es un AOSP), con todas sus ventajas y sus bugs (que no son pocos). Aparte de eso funciona bastante lenta.
La segunda fue que todo el dispositivo está orientado a que compres contenidos. Compra. Compra. Compra. Tus muelas.
Así que igual que lo tuve un par de días de prueba, se lo devolví a su dueño y santas pascuas.
Otra de las cosas que se vislumbran es el hecho de que a Amazon ahora ya no le interesa que se vendan Kindle clásicos. O eso es lo que parece. Hay gente que ha dicho que la tinta está muerta, que fue una moda pasajera.
Yo más bien creo que ha llegado a su tope tecnológico y que poco más se puede mejorar, por lo que dentro de nuestra sociedad altamente consumista ya no interesa a los fabricantes.
No le interesa o ya no los vende, habiendo saturado el mercado hasta el punto de que quien quiere uno, ya lo tiene y no necesita otro más, como es el caso de mi familia, que todos los que leen (incluida mi madre que huye despavorida de la tecnología) tienen ya uno o incluso dos.
El hecho está en que una de las ventajas que daba a los Kindle sobre la competencia ha desaparecido o va a desaparecer en breve. 
¿Qué desaparece? Las notas sincronizadas y la sincronización del punto de lectura entre diferentes dispostivos de todo aquello que no les hayas comprado a ellos.
Lo que ha hecho Amazon ha sido primero cogernos de los huevos y ahora apretarnos un poco. ¿Sabéis cuál ha sido mi reacción? Comprarme un Kobo Aura H2O, que tiene mejor pantalla y mejor software de lectura, y dejaré de comprar en Amazon. Primero tengo que gastar los casi 50 euros de saldo de la última tarjeta, pero a partir de ahí dejaré de comprar libro electrónico a ellos, o al menos diversificaré las tiendas.

Y es aquí, ahora, donde entra a relucir todo el tema de quitarles el bicho a los ebooks comprados. ¿Por qué hacerlo? Porque el derecho a leer esos libros es tuyo, se lo compraste a Amazon. Ojo, he dicho leerlos, no poseerlos. Como sin fichero físico no puedes leerlos, tienes que conservar una copia local sin DRM para poderlo hacer donde quieras. Que es lo que hago yo.

domingo, 28 de julio de 2013

Versiones pirata en Amazon Kindle

Os cuento una historia, pero antes el resumen, que a lo mejor a mucha gente le resulta ya un lugar común, pero a mi no: en Amazon hay ediciones de libros piratas.

Comencemos.

***

Por las entradas anteriores os habréis dado cuenta de que estoy en la fase maníaco-Verniana. Me pasa periódicamente, y se trata de leerme, de un tirón, varias obras de Verne.

¿Qué queréis que os diga? Verne mola. Al menos a mi, aunque sé que muchas de sus novelas son verdaderos truños. Pero me gustan. ¿Pasa algo?

Vale.

Mis lectura de Verne son más o menos coherentes. O más bien al estilo de Seldon Cooper. Es decir, empiezo por el principio y termino por el final más o menos cronológico y, cuando he llegado al final, vuelvo a empezar.

Mejor no indaguemos más sobre las motivaciones de ellos. Prefiero que se me calalogue como un seldoniano y no como otra cosa…

Como ya he comentado, he conseguido unas obras que antes no tenía, por lo que el actual ciclo de lectura está más o menos en el año 1879. Pero las obras conseguidas son anteriores, así que paro y… no, no vuelvo a empezar. Simplemente las leo y sigo.

En mi afán investigador, descubro que lo que yo pensaba era una obra póstuma e inacabada, sólo es inacabada… en más o menos 1870. Hablamos de L’Oncle Robinson, que en castellano, por eso de mantener los títulos originales, se le ha llamado La isla del tío Robinson

Yo había oído hablar de ese título, pero pensaba que o bien se trataba de La isla misteriosa o lo más probable, Escuela de robinsones. Pero no, se trataba de otro libro diferente.

Ya lo leí hace tiempo, pero en edición pirata porque en aquellos años Amazon era un animal mitológico y la suma de librería de barrio (aunque fuera de barrio de capital) más distribuidora, más editorial, hacía prácticamente imposible conseguir algo que no fuera lo que ellos quisieran venderte.

Más o menos como ahora, pero existen cosas como Amazon y Casa del Libro, que sí, que ahora sí, ahora puedes comprar casi cualquier cosa… menos esta edición, agotada.

Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando vi en Amazon no una, sino tres ediciones para Kindle. Legales, o eso suponía.

Me bajo los tres fragmentos y… piscas pajas pintan igual. Igual de mal, digo. Uno de ellos tiene las citas a pie de página mezcladas en medio del texto, el otro igual pero sin siquiera poner el numerito indicador, y el tercero ni siquiera lo he mirado.

Por lo tanto, decido que no valen lo que cuestan y que lo voy a conseguir pirata. Sí, a ver. Para comprar un libro formateado como la mierda, lo consigo formateado como la mierda pero sin pagar. Creo que es de justo derecho.

Busco en San Google y… Ya os lo estáis imaginando. La edición de Scribid es clavada a una de las que venden en Amazon. De hecho han tenido la desvergüenza de que ni siquiera han editado el texto. De PDF a MOBI, salga como salga.

He estado mirando en la página de Amazon, pero no veo sitio para denunciar un libro pirata, así que sirva esta entrada como tal.

 

Edición pirata en Amazon

Edición pirata en Amazon

Edición pirata en Amazon

Edición pirata en Scribd

Y lo que es peor, parece ser que la editorial que tiene el libro pirata tiene más (que no sé si lo son o no, pero que seguro requiere una investigación).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 12 de mayo de 2013

Tagus Lux (Casa del Libro) y los descartes

Soy el afortunado poseedor de un Tagus Lux de Casa del Libro. Bueno, realmente son dos porque el otro es para mi costilla. 

Sí, ya sé que esto anda un poco desatendido, pero lo cierto es que me he ido prodigando por otros sitios y qué leches, uno tampoco tiene todo el tiempo del mundo para escribir lo que quisiera.

Los habituales del sitio conocerán que siempre he sido un rabioso kindlerero de los de toda la vida, o más bien desde su segunda versión. Y no, no me refiero al segundo modelo que saliera en España, sino al segundo modelo USA, cuando aquí ese aparato era un animal mitológico.

Desde entonces creo haber manejado todos sus modelos y variantes, comenzando con las citadas versiones americanas y terminando con las europeas. Si no recuerdo mal, y poniéndoles un número para distinguirlos, Kindle 2 USA, Kindle 2 Internacional, DX USA, DX Intl. Eso los de color blanco. Luego pasaron a los de color oscuro, con el Kindle Keyboard ylos Graphite, luego el 4 y finalmente los Paperwhite.

Algunos sólo han pasado por mis manos de forma casi testimonial, pues apenas los he manejado los he cedido a novias (bueno, sólo una), hermanas y madres…

De hecho, hasta hace unos días, yo estaba más que contento con ser un usuario intensivo de las tecnologías Amazon, que se muestran -y esto nadie puede negarlo- mucho más usables y prácticas que cualesquiera otras, léase ePUB y la plataforma de Adobe, que básicamente es una mierda pinchada en un palo, mierda potenciada en España a causa de las editorialuchas y la triste implementación que de ello han hecho, Libranda de por medio.

Vale. Al que quiera saber más sobre esa opinión tan dura, tiene este blog para ir leyendo.

Pero hubo una cosa de Amazon que me andaba tocando un poco los cojones. A mi y a mi pareja. Resulta curioso que una vez que habíamos leído un libro no comprado a ellos, empezábamos a recibir publicidad del tipo “ahora que has leído Piscas pajas quizás te guste El pajote gordo. Y así durante varios libros. 

Que conste que esos libros no comprados en Amazon no quiere decir que fueran piratas. Algunos sí, los menos, pero otros simplemente los compraba yo en mi aparato y se los pasaba a ella, después de quitarles el bicho.

Podíamos haber tenido ambos aparatos registrados en la misma cuenta, pero entonces nuestros puntos de lectura se hubieran mezclado.

Por lo tanto, cruz en la casilla y a otra cosa, mariposa.

Kindles vendidos, los tres que quedaban en casa. Las cuentas no las borraré, al menos no de momento y al menos la mía no ya que tengo por lo menos cien eBooks comprados a ellos y tampoco es cosa de perderlos, pero lo cierto es que Amazon acabó para nosotros.

Seguiremos comprando algo, siempre que el precio acompañe y siempre que no estén por otro lado más baratos. Hablo, claro está, del formato electrónico. Del papel, pues depende de qué. Viviendo en una capital tengo a Casa del Libro, Fnac y El Corte Inglés a veinte minutos en coche. Y encima una al lado de la otra.

***

Bueno, pues lo dicho. ¿Qué comprar que tenga un mínimo de calidad y que no pertenezca a un grande y espía? Porque si no os habéis dado cuenta, el motivo es que ya está bien de que sepan qué y cómo leo.

Descartados los Sony, los Kobo, los Nook. Todos terminan siendo lo mismo. La idea es comprar algo libre y no atado a ninguna librería.

Tras mucho mirar aquí y allí, me quedaron dos familias: Booken y Boox. Ambas son independientes, y ambas tienen un mínimo de calidad. Pocketbook quedó descartada porque sacan aparatos como churros y luego no los actualizan…

Al final nos decidimos por Boox. Ya había tenido uno de ellos y la verdad es que tenían buena pinta y el firmware es de lo mejor de entre lo peor.

A ver, la funcionalidad y la integración con las tiendas no existe, que es lo que queríamos, pero también es cierto que la implementación del software tiene muchos tropezones, que generalmente se quedan donde están y no se solucionan, cosa que los grandes sí suelen hacer. Más o menos.

Elegimos Boox por otra razón: la interfaz de desarrollo es QT, de la que conozco algo y de hecho ya hice, para el modelo que tuve, un parche para que el CoolReader pudiera leer los ficheros de separación silábica desde la unidad externa. Y de hecho dicho parche sigue circulando por internet para esta versión nueva.

Por lo tanto, ni corto ni perezoso me dirigí a la web a comprarlos cuando se me encendió una lucecita en la cabeza. Como había estado mirando muchos modelos, resulta que el Tagus Lux es el mismo modelo que iba a comprar, pero 40 euros más barato.

Las dos únicas diferencias físicas con el i62HD Firefly están en que no tiene botones laterales y en el serigrafiado de la carcasa, que es diferente.

El firmware era una variación del original, personalizado para Casa del Libro y que referencia a su tienda.

También comprobé que el firmware original del i62 instalaba perfectamente en el Lux, así que con coger el coche y acerarme a una tienda física podía tener los dos aparatos al momento y por 80 euros menos.

Total, al llegar a casa les metería el firmware del i62 de Booxtor (el mejor de todos) y tendría dos sendos Firefly, pero algo más baratos.

***

¿A que suena bien? Pues sí, suena perfecto. De hecho la actualización del firmware funcionó a la primera y sin problemas. Y los aparatos funcionaban sin ningún problema…

… Hasta que le dimos a regular la luz.

Según Casa del Libro la regulación funciona bien, porque todos sus aparatos la regulan igual.

Según el fabricante OEM no, hay una partida de placas defectuosas (más bien con un error de diseño) que hace que la regulación del brillo no baje de cierto nivel.

Pues bien, ya sabéis por qué valen 40 euros menos: por la ausencia de botones laterales y por las CPU, que son la serie defectuosa. Esto también nos da una idea del funcionamiento de los fabricantes españoles. Peor que los políticos.

Así nos va.

***

La esperanza la tengo en una resistencia llamada R240 que hay que variar de valor, aunque todavía no tengo claro si me decidiré a arreglarla o a devolverlos si consigo una versión del firmware original de Casa del Libro, que por desgracia no tengo, porque si la tuviera ya lo habría hecho.

Si alguien la tiene, por favor, que me lo diga y me la envíe antes de que les meta el soldador.

 

 

 

 

miércoles, 2 de enero de 2013

"Después de más de una hora de lectura las muñecas se resienten"

Lo siento, no puedo resistirme a comentar algunas cosas del artículo que ha aparecido hoy en el CiberP@ís escrito por una tal Rosa Jiménez Cano y que versa sobre el Kindle Paperwhite.

En primer lugar decir que el artículo, en su conjunto, no está mal, pero sí en sus partes, y mucho.

La pifia menor son los dos primeros párrafos, en los que parece que se dice que es necesaria una luz para leer a oscuras con el Paperwhite. Y digo parece, porque realmente lo que la autora está diciendo es que sí, que una de las ventajas de este lector es esa: que no hace falta luz para usarlo durante la noche, con las ventajas que eso trae para quienquiera que duerma a tu lado, ya sea tu mujer, novia o gato.

Pero hay otras cosas que me dejan un tanto perplejo. Cito: 

 

Sin embargo, los que estén acostumbrados a lectores que no son táctiles se les saltarán las páginas. Prescindir de los botones en el lateral, que servían para pasar de página, es una ventaja relativa, pues a veces la sensibilidad de lo táctil provoca el descontrol. 

 

¿Y como es eso, hija mía? No sé, pero si tocas y mantienes tocado sólo pasa una página, si arrastras el dedo sólo pasa una página, si lo tocas con un lápiz sólo pasa una página, si lo tocas con un stylus solo pasa una página… No lo entiendo. 

Es justo al revés. Con los lectores de botones es más fácil que se pase página accidentalmente al cogerlo o sujetarlo porque, ¿coges tu tu tableta por la pantalla? Pero sí que la coges por los bordes, que es donde suelen estar los botones.

Sí que es cierto que podría tenerlos, ya que pasar página en un Kindle táctil con una sola mano es un poco complicado. Pero solo un poco.

Otra perla:

 

¿Es necesaria la iluminación? […] Ahora bien, tampoco es la solución perfecta. En la parte inferior, después de un uso prolongado no termina de iluminar de manera uniforme.

 

Vamos a ver. La iluminación irregular se nota desde el principio nada más te metes en una habitación oscura. Si en tu caso ha ido empeorando con el uso, me juego un gallifante a que te estabas quedando sin batería, cosa que seguro le ocurre a todos.

Y finalmente la última, la que más me ha llamado la atención de todas y la que es casi el motivo de esta entrada:

 

A cambio, también ha aumentado su peso. Después de más de una hora de lectura las muñecas se resienten.

 

Increíble. Cógete tu la última de Tom Clancy o mejor aún, un mamotreto de informática y verás lo que es que las muñecas se resientan.

De todos modos, el Paperwhite pesa 212 gramos. El Kobo Glo 185. El Odyssey 180, y 250 el i62HD Firefly. Todos ellos tienen iluminación y comparten, creo, la alta resolución.

En fin, que no creo que te cueste mucho sostener doscientos gramos en vilo, y si es así, piensa entonces que vas a tener el mismo problema con cualquier libro de papel.

Y como dice mi novia, ella se lo apoya en su generoso pecho. Y yo, en mi generosa… panza. Y ni pesa, ni hace daño ni molesta.

Así que si nos pagan por sacar pegas, al menos que estas sean reales y no inventadas o metidas con calzador.

 

sábado, 22 de diciembre de 2012

Ya no vale la pena comprar eBooks en Amazon

Me gustaría hacer una reflexión con vosotros. Es sobre la diferencia de precios entre el eBook y el pBook.
En las Españas de la charanga y pandereta nunca fue una ventaja el libro electrónico frente al de papel, más que nada por el contubernio de Libranda y la ley del precio fijo, ambas cosas seguro que auspiciadas por los poderes fácticos que financian las campañas electorales que, para asegurarse de que gane quien gane van a tener su connivencia, los financian a todos. 
Jugada maestra. O casi.
Porque llegó Amazon y puso los puntos sobre las íes. El mayor problema es que fueron unos puntitos chiquititos, apenas visibles que, salvo la excepción del Kindle Flash (que a veces no lo es tanto), se han ido diluyendo en casi nada.
Claro está no me refiero a los precios que ponen los autores noveles. Ahí la cosa sigue igual, pero tienes el inconveniente de que por cada obra decente que encuentras, hay cientos y cientos que están situadas entre lo infumable y las peores pajas mentales del autor.
El problema tenía solución: tener la cuenta de Amazon en USA. Lo mismo valía para otras tiendas (léase Barnes & Noble, por poner otro ejemplo destacable). En principio podías encontrar el mismo libro bastante más barato, y te aceptaban tu tarjeta de crédito española sin problemas. Lo único que tenías que hacer disponer de una dirección en USA. Mucha gente utilizaba direcciones públicas, como la de la Biblioteca del Congreso y cosas así. 
Pero hace un tiempo endurecieron las cosas y tenías que comprar con una IP norteamericana, con lo que tenías que buscar un proxy, con lo que la ventaja se redujo un poco ya que, al menos yo, ni aun cuando la compra se produjese por HTTPS (encriptada y potencialmente segura), usaría uno gratuito. Así que al precio del libro tenías que añadir el coste de la VPN, que tampoco es muy excesivo.
Pero últimamente la cosa se está desmadrando en cuanto a precios, por lo que ya no vale la pena hacer todo ese montaje para ahorrarte, si te ahorras, algo de dinero.
Porque la diferencia de precios entre la versión electrónica y en papel del libro es incluso a veces mucho menor que en el caso de España… e incluso me he encontrado con libros-e más caros que su equivalente en papel.
Os pongo el ejemplo de la entrada anterior
Últimamente Clancy (o quien se los escriba) se está acostumbrando al volumen doble por decirlo de forma suave. Yo lo llamaría timo, pero dejémoslo en el término anterior.
Se publica una novela, por ejemplo, En la mira. Pero no es una novela completa. Aunque ocurren hechos y el argumento más o menos se cierra, quedan grandes flecos, que por supuesto se finalizan en la siguiente. En este caso el título del libro es Threat Vector. Lo mismo ocurrió con sus dos obras anteriores sobre Jack Ryan hijo.
En fin, es lo que hay.
***
Pero vayamos al precio de los libros. A fecha de hoy, tenemos:

  • Amazon USA, En la mira. Tapa blanda, 10.99$. Edición Kindle: 10.24$
  • Amazon España, En la mira. Tapa blanda, 11,94€. Edición Kindle: 7.92€.

Te sale a cuenta comprarlo aquí, tanto en eBook como en papel. Fijaos que la diferencia en USA es de 75 centavos de dólar. En España, de 4 euros. Pese a la diferencia de precio, todavía está por encima de la barrera psicológica de los 5 euros para un eBook.
Pasemos ahora a la siguiente novela, que no está publicada en castellano pero sí en inglés original y se puede comprar tanto allí como aquí:

  • Amazon USA, Threat vector. Tapa dura, 14.03$. Edición Kindle: 14.03$
  • Amazon España, Threat vector. Tapa dura, 11.84€. Edición Kindle 10.66€.

Aquí la cosa se pone, incluso, más interesante para el mercado español. Si os fijáis, el precio es más o menos el mismo tras la conversión euro - dólar.
Vamos, básicamente esto demuestra que si quieres un libro, mejor lo compras en papel a no ser que tengas serios problemas de espacio, lo que viene a demostrar mi tesis.
***
Es obvio que no hemos entrado en la tónica de la piratería. Evidentemente comprarse un Kindle o cualquier otro cacharro para leer libros pirateados sí que sale a cuenta, pero este no es un sitio en el que se fomente esa práctica, que seguro se ha incrementado como consecuencia de los precios que hemos considerado.
No obstante parece ser que el mercado español está comenzando a hacerlo un poco bien. Desde luego mejor que el USA. Esperemos que los últimos juicios ganados contra el Agency Model sirvan para algo y veamos mejoras en todo esto.
Otra de las cosas que resultan más que evidentes es el hecho de que el precio del libro es completamente artificial y sujeto a los vaivenes del mercado. Uno podría esperar que un libro de tapa dura costase algo más caro que su equivalente en tapa blanda, pero vemos que no es así. Y lo mismo con los precios de los eBooks, que encima no tienen ese problema.
Un asco, vamos.
***
Pero lo peor de todo no es eso, y esto sí que es un tema personal. ¡La FNAC me ha timado tres euros! Porque yo lo compré algo más caro el otro día. Hay que joderse. Ya sabes, amigo lector, antes de comprar en tienda física, míralo en alguna electrónica. Lo mismo te sale más barato, y todavía más si juntas unos cuantos y los pides de una tacada, como suelo hacer yo.
Hala, hasta la próxima y felices fiestas a todos (en el ínterin me gustaría ver la cara que se les tiene que haber quedado a todos esos imbéciles -no hay otro nombre para llamarlos- que pensaban que el mundo se acababa realmente ayer). ;-)
 ***
Añado un enlace interesante que me apunta Jordi Balcels. Es un análisis sobre los precios de los libros en Amazon y una forma de seguimiento para comprar el que quieras cuando llegue al precio que quieras: http://meteteme.blogspot.com.es/2012/06/estudio-informal-sobre-precios-de.html

martes, 29 de mayo de 2012

Ahora la culpa es de Amazon

Leo en Mi Experiencia Kindle que las editoriales españolas están enfadadas porque parece ser que Amazon es el culpable en el desplome en la venta de libros. Citando al citador:

 

"Amazon es verdugo de las librerías, y de todo el sector editorial español. No respetan el precio fijo que por ley tienen los libros y, debido a eso, hemos presentado una demanda contra ellos".

 

¿Pero no quedamos que era el pirateo? ¿Nos aclararemos? ¿O es que resulta que estamos dando palos de ciego?

¿Conocéis la expresión esa de que “todo es culpa de los demás porque todos están contra mi”? Pues idos aplicando el cuento, si todo va mal porque los demás son malos y nos hacen pupita, ¿no será que estamos ignorando la viga en nuestro ojo?

Antes de que Amazon entrara en España la culpa era de la piratería, ese tremendo lastre que hacía que no se vendieran libros. Ahora que Amazon está, las ventas caen por esta empresa, que son malos malosos y no respetan el contubernio montado por las Editoriales y el Estado (mejor no hablar de él, Bankia mediante).

Claro, llegan las Editoriales, se alían con una ley injusta para crecer el precio del libro, montan Libranda para que nadie pueda comprar con, de nuevo, precios más que abusivos, y ahora que entra alguien con suficientes cojones como para plantarles cara, lloran y se quejan.

Que no, señores, que no nos la tragamos por enésima vez. Ya sé que hablar de esto en la situación actual, en la que hay problemas mucho más acuciantes que nos están abocando a una dictadura como nunca hemos conocido (y la gente de la calle tan pancha, yo incluido), es como intentar pescar en aguas bravas, pero si bien no puedo ni sé hablar de política sin una recortada en la mano, sí que puedo discutir y defender mi opinión en este sector.

Y es que los consumidores de cultura estamos hasta los mismísimos cojones de vosotros, editoriales prepotentes y abusivas, que os habéis montado un negocio más que redondo alrededor del libro.

Basta ya de abusar, de prevaricar y de haceos los mártires. Modernizaos. Cambiad el chip, porque por mucho que berréis, por mucho que porfiéis, la cosa tradicional se acaba.

¿Retiráis los ebooks de la venta? Fácil: miles de lectores tienen escáners en sus casa. ¿Precios abusivos y con DRM? Fácil: se llama DRM Tools.

No estoy fomentando la piratería ni mucho menos. Estoy fomentando los precios racionales y coherentes, la transparencia editorial y la honradez de todos.

Salvo contadas excepciones, siempre compro mis libros. Pero me niego a pagar precios abusivos. Si en castellano el precio se va de madre, que es casi siempre, lo compro en inglés. Y si el precio sigue estando alto y me interesa mucho, me lo compro en papel. Sólo consigo copias piratas cuando no puedo comprarlo en papel, simplemente está descatalogado o tengo un interés marginal.

Luego hay otra, y es que si quieres un libro en papel que no sea novedad muchas veces no puedes conseguirlo por medios tradicionales (léase librería), porque las distribuidoras y las editoriales las ignoran miserablemente. Pero hay alguien que no te ignora y a quien puedes comprarle casi cualquier libro editado: Sí, hablamos de Amazon.

También podríamos entrar en el aspecto del autor novel. Amazon está dando unas oportunidades que nadie, hasta la fecha, ha hecho. Y os aseguro que hay autores muy pero que muy buenos. ¿Leéis, editoriales?

Y finalmente tenemos un acercamiento diferente: desde que mi chica tiene un Kindle (y tiene ese y no otro porque simplemente fue el que mucha gente le recomendó), no quiere ni oír hablar de libros en papel. Si lo consigue para su cacharrín, lo lee. Si no, pasa de él. Y encima todos los libros le pesan igual.

Pues eso, que a ver si cerráis de una vez y sale gente más espabilada (es un decir, porque vosotros sí que sois espabilados de vedad).

viernes, 13 de abril de 2012

El DRM del formato AZW3 (Kindle)

Esta es una entrada muy corta para comentar que ya he comprado dos libros en Amazon para el Kindle que me traen una extensión de fichero AZW3 en lugar de AZW.

Como ya sabéis, lo primero que hago es quitarle el bicho para poderlos guardar y leer donde quiera, pero las DRM Tools, en concreto el programa DeDRM 3.1 que tengo en el MAC y que uso para quitarlo, se niegan a hacerlo.

La solución es mucho más sencilla de lo que parece: cambia el nombre de la extensión a AZW y el programa te generará un flamante MOBI sin protección.

***

Y ahora la típica advertencia: Quitar el DRM no es para poder dar y regalar el libro o ponerlo pirata por ahí, sino para poder leerlo en cualquier aparato y no estar sujeto a una tecnología y tienda en concreto. No piratees, pero tampoco pongas el culo en pompa para que te den por él.

domingo, 5 de febrero de 2012

Prevaricando que es gerundio

Leedla y volved aquí.
¿Ya? Parece honesta, ¿no?
Habla de los problemas con el DRM, de Libranda, de las editoriales que exigen la protección anti copia, y los problemas que tiene mucha gente para poder leer un libro cómodamente.
También se comenta el hecho de que el que compra es tratado como pirata, y el pirata lo tiene más fácil. Y que mucha gente, nada más comprar un libro con DRM, lo elimina, como hago yo mismo sin mayor reparo moral.
[Sí, yo compro libros electrónicos, no en Libranda y no en el mercado abusivo de algunas editoriales, pero la mayoría de mis lecturas son pasando por caja. Y si alguna vez consigo algo pirata, lo hago porque no estoy dispuesto a pagar nada por ello. Es decir, si no lo encontrara pirata, no lo compraría aunque fuera más barato. ¿Ejemplo? El último de Alatriste. ¿Otro ejemplo? Conseguí la versión pirata de la biografía oficial de Jobs −24 horas después de haber salido en papel-. Comencé a leerla, y como me gustó, la compré en papel.]
Si os dais cuenta, en el artículo hablan del Kindle y de las dificultades del formato ePub, bordeando el peligroso peligro de afirmar que todos esos problemas que dicen tienen con el ePub…
¡¡¡NO EXISTEN EN EL KINDLE!!!
Es decir, usando un Kindle no es necesario hacer un registro o descarga o compra en dos pasos, ni siquiera necesitas un ordenador para la compra: Enciende tu Kindle, entra a la tienda y compra. Así de sencillo.
Pero claro, no interesa comunicar eso, que la solución ya existe y se llama Amazon. Interesa meterla con calzador, prevaricar, intentar engañar al prójimo y decirle que Libranda, Casa del Libro, FNAC, todos, están buscando la solución, sin querer enfocar al lector a la única solución que a fecha de hoy existe: Amazon Kindle.
Cómo se notan los intereses comerciales, y de qué pie cojea cada uno. Pues bien, aquí estaremos para desfacer el entuerto que surja, si la SINDE nos deja, claro, que lo mismo nos dicen que fomentamos la piratería y nos cierran sin necesidad de pasar por juzgado alguno.
***
Me apuntan ciertas chicas muy inteligentes un par de temas de los que no me había dado cuenta. La cosa es todavía más flagrante si cabe, ya que, por ejemplo, tanto el lector de Kobo y de Sony (el PRS-T1) permiten hacer lo mismo que el Kindle, y son formato ePUB y con DRM. Es decir, ambos permiten comprar desde el propio aparato y también desde la web, y tienen su aplicación para PC que permite lo mismo.
Otro punto a destacar es el hecho de que no necesitas un Kindle para leer MOBI, sino que tienes aplicaciones para Windows, OS X, iOS, Android… sin contar con el clásico Mobipocket Reader, que permite leer este tipo de ficheros (con DRM, aunque la versión anterior a la de Amazon) desde Windows y desde Windows CE, que incluye todas las versiones de Windows Mobile…
En fin, que se trata de otro artículo completamente sesgado y desinformador, orientado hacia el intento de abuso más evidente.
Si queréis seguir esta discusión, podéis entrar aquí.

sábado, 14 de enero de 2012

Kindle Touch (II). El hardware

El Kindle Touch no tiene botones. Bueno, tiene dos, el de encendido y el de Home que, independientemente de dónde estemos, nos lleva a la lista de libros. El primero está situado en el borde inferior, y sobresale cosa de dos milímetros de la carcasa, por lo que es muy fácil que se presione sin querer. Yo creo que es la mayor cagada del aparato. No obstante, con funda, el problema desaparece, o al menos a mi no se me ha apagado por error nunca. (ACTUALIZACIÓN: Y sin funda tampoco se enciende y/o apaga solo. Para que el botón haga su función hay que presionarlo la cantidad justa de tiempo y por la forma en que lo han hecho resulta muy difícil que ocurra accidentalmente).

El segundo se situa en el centro del marco inferior, y simboliza una especie de rejilla cuyos barrotes sobresalen un poquito de la superficie, lo justo para pasar la yema del dedo y apretar.

Todo lo demás se hace de forma digital, es decir, con los dedos sobre la pantalla. En contra de lo que pueda parecer, si no somos excesivamente guarretes, las dedadas no molestan nada a la lectura. Tan sólo hay que ver una tableta después de haberlo toqueteado un rato. En el K eso no pasa, igual que no pasa con los otros lectores táctiles que he probado. Por lo tanto, el gasto en paño de limpieza es sensiblemente menor.

El mayor inconveniente, frente a sus hermanos, puede estar en que la pantalla está hundida. La sensación es que la pantalla queda más adentro, con lo que el reborde entre ella y el marco es mayor que el de cualquier otro Kindle, y eso hace que tenga algo más de sombras.

Esto se debe a que el sensor táctil rodea a la pantalla, justo debajo de un pequeñísimo reborde que la rodea, y es lo que añade profundidad al marco. Supongo que tendrá emisores y receptores IR a todo lo largo de dicho borde, y cuando bajamos el dedo, la interrupción de la señal le marca las coordenadas del toque.

Ojo con limpiar la pantalla estando encendido: cualquier cosa hace de dedo, por lo que si sois fetichistas en extremo, podéis manejarlo con cualquier punta roma en forma de estilo.

Es más pesado que su hermano menor, la versión no táctil, y tiene una robustez similar aunque es un pelín más alto.

No tiene botón físico de reset, lo que en principio no es un gran problema porque no suele colgarse nunca, y las pocas veces que lo hace, se reincida él solo.

Como su hermano menor, tiene los dos contactos para la funda con luz en la parte de atrás, y según los que lo han intentado, no se puede desarmar ya que si lo haces, lo rompes. Es decir, que la carcasa queda inservible.

Lleva un par de altavoces chiquitos detrás en la zona baja, y la espalda es como gomosa para facilitar la sujeción, aunque lo mejor sería conseguirse una funda con hueco para pasar los dedos porque si no se hace complicado el paso de página con una sola mano.

Viene con el típico cable USB blanco para conectarlo al ordenador, y no trae cargador. La caja también es la típica huevera de Amazon: con una tira de abrefácil que, al quitarla, suelta un lado de la tapa y ahí está el cacharro. Debajo tienes el cable USB y en un hueco de la cubierta de cartón, una cartulina con una instrucciones más que básicas.

En la pantalla, mediante iconografía, te indica que lo pongas a cargar. Y al rato, se enciende solo y te sale un pequeño tutorial sobre cómo manejarlo.

viernes, 13 de enero de 2012

Kindle Touch (I). La funda de Zococity

Bueno, antes de empezar esta revisión del Kindle, tenemos que dejar claras las cosas para el futuro, porque ya sabemos que Amazon suele cambiarles el nombre a estos aparatos cuando les sale de los cojones.

Vamos a hablar del Kindle 4 Touch que de momento no se puede comprar oficialmente desde España y que Amazon anunció a finales del 2011 junto al Kindle 4 o Kindle a secas. Es decir, hablamos de la cuarta generación del aparato, en su versión táctil y sin botones.

Yo lo he comprado en Zococity, que es una tienda online que ofrece aparatos importados a buen precio y, que yo sepa, es la única que vende en España dicho aparato. También puedes conseguir el Kindle Fire a buen precio. El servicio es bastante bueno, y una vez han comprobado el ingreso de tu dinero, el envío es inmediato. En mi caso, lo compré un miércoles al mediodía con tarjeta de crédito y el viernes por la mañana ya lo tenía en mi manos.

Dicho esto, vamos al ataque.

 

La funda no oficial de Zococity

Funda Kindle TouchYo creo que hay tres tipos de fundas en general. Las chinorris mierdosas, las de calidad media y las buenas. Como todo en la vida, cada calidad tiene su precio. A bote pronto la funda, que vale 15€, es de gama media tirando a alta. Vamos, que para lo que vale está muy bien.

Es la típica cubierta estándar. Por dentro tiene la típica telilla de pelo color gris, similar al de la oficial del Kindle 3 o Keyboard. En la tapa tiene una pequeña solapa para poder meter una tarjeta o un papel y el cierre es magnético pero con una presilla que sobresale y cierra por detrás.

El Kindle se sujeta por las cuatro esquinas con unas tiras con chaflán. Las dos de dentro son elásticas pero las de fuera no, lo que a mi modo de ver le da una protección extra frente a las que llevan las elásticas arriba, y el ajuste es perfecto.

Dado el reborde de la propia funda, te va a proteger el botón de apagado, que dicen que se pulsa con mucha facilidad. Esto no es exclusivo de esta funda, sino que está presente en todas en las que haya un pequeño reborde protector.

Además, lo que es de agradecer: apenas pesa nada. Parece que sujetes una pluma, lo que es una ventaja porque el Kindle Touch ya pesa lo suyo.

Me ha pasado una cosa muy curiosa con la funda. Al ponerla en el aparato me ha parecido que la tapa no iba a doblar bien hacia atrás, así que me he puesto a trastear con el Kindle, dejándola abierta pero sin doblar. Mientras tocaba esto y aquello me he fijado que, sin darme cuenta, le he dado la vuelta y la he pegado sobre la parte trasera.

Es decir, que dobla muy bien hacia atrás sin problema alguno y sin forzar nada de nada.

En resumen, para lo que vale es una muy buena funda, aunque el tiempo dirá se cuartea más de lo normal. Por lo poco que he visto, no pasará, pero no puedo asegurarlo.

domingo, 8 de enero de 2012

Ahora sí que se les ve el plumero

“Pero El emblema del traidor es una novela peculiar por otro motivo: se puede encontrar en edición electrónica por dos precios: 2,68 euros en Amazon.es y 7,99 euros en Casadellibro.com; […] Gómez-Jurado ofrece una explicación al respecto: ‘En un caso lo vende directamente el autor, en el otro hay una editorial de por medio’”.
“[…] Ernest Folch. Este sello vende títulos en Amazon y otras tiendas online como Leqtor.com y Fnac.es. Solo aportan datos orientativos: ‘Hemos vendido tres veces más e-books en diciembre que en meses anteriores’.”
“La escritora Rosa Montero se ha autopublicado tres obras para Kindle: recopilaciones y libros descatalogados. ‘Hemos perdido un tiempo preciosísimo por navegar contra de las nuevas tecnologías (...) Esta lentitud ha favorecido a los piratas […]’”

¿De dónde vienen esas citas? De aquí: Guerra abierta por el precio del libro. Por fin un medio de comunicación se deja de mentiras y demás zarandajas y empieza a desvelar la verdad sobre el tema. Os recomiendo la lectura completa del artículo, aunque me gustaría analizar algunas cosas aquí.
Por un lado tenemos dos precios: 2.68€ y 7.99€. Cuando yo compré el libro citado, estaba a 1.59€. El éxito de ventas es lo que tiene, que a veces sube el precio.
Pero el problema no está ahí. De nuevo, y esta vez con números reales, se demuestra que el precio del ebook no es el que las editoriales dicen. Es decir, con 2.68€ (o mejor aún, 1.59€) tenemos el coste de maquetación, producción y puesta en el canal de venta, beneficios del autor incluidos (que afirma son 1€). Es decir, 1.68€ (ó 0.59€) para todo lo demás.
La editorial lo vende por 7.99€, digamos que 8 euros. La diferencia es de 5.31 euros. O justo el doble. En otras palabras: la editorial quiere llevarse el doble del precio real del ebook, beneficios del autor incluidos.
Desde mi punto de vista, esto es de juzgado de guarda: ladrones. No hay otra.
Así que basta ya de quejarse, de mentiras encubiertas con otras mentiras y ponedle el precio justo a lo que debe tenerlo.
***
El comentario de Rosa Montero no necesita más explicación, y el de Floch casi tampoco: a buen precio, venden. Igual que Amazon. Quizás sea el momento de que las editoriales se vayan o dejen de mentirnos de una puta vez.
***
Quiero finalizar comentando una nueva cita, justo el último párrafo del artículo:

Para el director de la Federación de Gremios de Editores de España, Antonio María Dávila, la meta de Amazon no está en las obras: "Puede que haya una estrategia empresarial enloquecida para vender el Kindle -que para mi juicio es bastante malo, como todas las cosas baratas-, porque su negocio no es el contenido".

Aquí es donde tengo que echar la carcajada final. Si el Kindle es malo no sé qué decir de otros aparatos. Pero bueno, hagámonos cuenta de que sí, que es malo. “Porque su negocio no es el contenido”. A mi esta frase final me suena ya a que no saben qué decir, están con el agua al cuello y en lugar de subirse a un nuevo barco, prefieren hundirse. Porque ciertamente el negocio de Amazon, por lo menos en relación a sus Kindle, sí que es el contenido. Ellos te venden un visor a precio barato para que puedas comprarles su contenido, que de eso se trata. Por eso hace poco han sacado el Kindle Fire… Antonio, sólo por si acaso no te habías dado cuenta, cosa que pongo en seria duda.
Por favor, dejaos de pajas mentales y entrad en la realidad. Y no penséis que la Ley Sinde ni la SOPA con tomates os van a secar el culo, sino que más bien van a acelerar vuestro hundimiento. Y si no, tiempo al tiempo.
Aquí os espero.

martes, 6 de diciembre de 2011

De Sony, Amazon, FNAC y Casa del Libro

Digamos que ando un poco perraco, así que voy a unir varias entradas en una sola y voy a darme un voltio por la ebooteca actual.

Este es un mes de novedades en el mundo del libro electrónico. No, ni Libranda ha cerrado ni ha bajado sus precios a algo decente. No se trata de eso. Como dijo MEL en una de sus viñetas, en diciembre, y crisis mediante, se nos permite volver a vivir por encima de nuestras posibilidades. Pero sólo este mes.

Para ello se nos tienen que presentar novedades que hagan que busquemos dentro del forro de los pantalones (y bolsos) para encontrar algo de pasta con la que continuar consumiendo, que unas navidades sin pavo y sin gastar a porrillo ya no lo son. Qué pronto que se olvida el nacimiento de todo esto, con una supuesta virgen dando arrullos a un niño en un pesebre, más pobre que el más pobre de la actualidad. Pero claro, eso no vende. En fin.

Novedades en el sector hay varias.

Por un lado tenemos a Amazon, que entra como elefante en cacharrería con su Kindle a 99 euros y su casi millón de libros electrónicos, la mayoría en la lengua de Shakespeare. Pero entra todo lo bien que podría hacer. Estos sí que saben lo suyo.

Aunque no han tenido otra que bajarse los pantalones ante los entes de este país, sí que han conseguido algunos éxitos. El precio de los libros-e en inglés es, tarín marín, al de la web americana. Hay algunos un poco más caros y otros un poco más baratos, pero la media es la traducción al cambio.

Sí, como lees: al cambio. Nada de asumir que un dólar vale un euro, y tampoco nada de añadir el IVA sobre la conversión. En esto me quito el sombrero.

No me lo quito en el tema de algunos libros-e, que mantienen el precio-ladrón de otros sitios, con apenas dos o tres euros bajo el precio de la versión en papel. Digan lo que digan continua siendo un robo a mano armada, y no harán que me calle así que aprueben diez mi Leyes Sinde.

(Ya que estamos en esto, la Ley Sinde podría servir para cerrar este sitio de opinión y no solo el de las descargas ilegales. Ese es el peligro de tamaña aberración perpetrada por la bajada de pantalones que el gobierno español ha realizado ante el americano.)

Pero bueno, es lo que hay y no creo que hayan podido hacer más. Eso sí, veremos si en un futuro la cosa mejora, que creo que lo hará.

Otra genuflexión ante Amazon: el precio de su Kindle: 99 euros más tres de gastos de envío. Aquí no hay paridad al cambio, pero si al precio americano añadimos los aranceles de importación y el IVA, veremos que todavía es más barato que el USA.

Y una tercera: su plataforma de auto publicación. No voy a decir aquí nada más que como algunos agentes literarios y editoriales no se espabilen, también les van a comer la merienda. Avisados están. Que no vengan luego llorando y dando lástima.

No como Sony, que ha bajado dos veces de forma consecutiva su T1 en USA mientras que en Europa lo ha subido, de 160 a 200 euros. Ahora veremos qué va a pasar, al menos en España, cuando la gente empiece a comparar precio y prestaciones del Kindle 4 y del T1.

No os preocupéis que yo os ayudo. Si no lo sabéis, llevo un par de semanas manejando un T1 al lado de un Kindle Keyboard, que digamos es un tercio menos potente que el T1. Mi chica tiene un K4 que anda igualado en cuanto al hardware si hacemos abstracción de la pantalla táctil.

El T1 es rápido. El K4 también. EL T1 tiene un gestor de biblioteca bastante chulo, mostrando portadas y pudiendo ver la organización de nuestra biblioteca de varias formas. El Kindle no, el Kindle adolece de una shell un tanto mierdosa comparada con la otra.

Pero creedme una cosa: es mucho más funcional y rápida que la de Sony. Permite organizar los libros de tal forma que la búsqueda de los que llevas en danza es inmediata, mientras que en T1 tienes que andar tocando aquí y allá. Si quieres algo similar en este último tienes que hackear la base de datos de libros. No es necesario un jailbreak, pero sí sacar un fichero y aplicarle unas cuantas modificaciones.

El paso de pagina es similar en ambos modelos, y el tratamiento del texto más o menos igual, aunque en el T1 tienes más fuentes donde elegir y en el Kindle más opciones de formateo.

Otra cosa que no me gusta del T1 es su carcasa, que resulta muy sucia y rápidamente se llena de dedadas y otras guarrerías. En lo que sí destaca es en el manejo de PDF, no mucho pero al llevar el modo reflow es suficiente para que lo elijas si lees muchos PDF. La disposición de los botones no es my ergonómica que digamos, lo que hace difícil su manejo con una sola mano, mientras que cualquier versión de Kindle se puede controlar así sin problema alguno.

Y para terminar, tengo que deciros que el manejo del T1 con los dedos no resulta tan sucio como en un principio pudiera haber pensado, y a menos que comas mermelada y seas un guarro, podrás dejar la bayeta de limpieza en casa, cosa que no ocurre con, por ejemplo, el iPad.

Otra de las novedades este mes son los lectores que tanto la FNAC como Casa del Libro han sacado. Si uno fuera amigo de las teorías conspiroparanoicas, podría objetar que quien eligió los aparatos fue la misma persona, porque ambos dos son idénticos salvo un pequeñísimo lavado de cara.

Y descrito uno, descritos los dos.

¿Sabéis cuál es su mayor pega? Que son lentos, pero que muy lentos. En todo. En el paso de página, en abrir un libro, en mostrar las opciones, en reformatear. Parece un hardware de primera generación (sí, aquellos iLiad ya perdidos en la obsolescencia programada) con una pantalla moderna.

No me cansaré de repetirlo: ese blanco/negro/blanco antes de que aparezca la página siguiente simplemente apesta, sobre todo cuando es tan rápido en otros aparatos similares.

Si no fuera que para comprar en las tiendas online de ambas librerías y luego poder leerlo en un Kindle hacen falta unos pocos conocimientos de informática, os recomendaría encarecidamente este último.

Amazon: tienes tu oportunidad de añadirle al Kindle ePub con soporte para DRM.

martes, 4 de octubre de 2011

Usando el Kindle 4 (O Kindle sin teclado)

Bueno, al final me ha llegado el nuevo Kindle 4 sin teclado, que ahora se llama Kindle a secas y el que antes se llamaba Kindle a secas pasa a llamarse Kindle Keyboard, o KK de forma abreviada, lo que no resulta muy eufónico que digamos.

Vale, lo compré el jueves. Salió el viernes y hoy martes me lo han entregado antes del mediodía. Aprended, malditos, aprended lo que es un servicio impecable. De USA ha tardado menos de lo que suelen tardar otros desde la península.

Primera impresión al abrir la caja: ¡qué chiquitín que es el jodío! Parece un juguetito. Como lo he recibido en el curro, simplemente lo he puesto a cargar, he elegido el idioma  (español) cuando se ha encendido y lo he dejado hasta que apareciera la luz verde.

Al llegar a casa lo he trasteado un rato, y el resultado es esta entrada en el blog. No esperéis más a no ser que descubra algo extraordinario del aparato, que va a ser que no.

Rápido. Es sensiblemente más rápido que la versión anterior. El paso de página tarda más o menos que el anterior, pero la nueva forma que tiene de hacerlo es bastante más cómoda para la vista.

Se coge y se pasan páginas con una mano de forma natural y sin tener que tener los dedos muy estirados, y apenas hace ruido, y en general la velocidad es algo mayor en todos los aspectos de funcionamiento. Y a poco espabilado que seas, puedes tener acceso tanto a la tecla de página siguiente como de anterior sin tener que mover los dedos. Os lo dejo como ejercicio de clase.

Está, hasta donde puedo llegar, en perfecto español y no le he visto ninguno de esos gazapos que tan habituales suelen ser en estos cacharros hechos deprisa y corriendo. Lo que no me gustan son los salvapantallas. Los de antes, excepto algún que otro escritor, me gustaban poco, pero es que estos, que son fotografías relacionadas con la escritura, me hacen menos gracia.

Y el teclado en pantalla… digamos que cumple su objetivo, pero a duras penas. Es alfabético en lugar de qwerty, e ir moviéndose por él con el cursor como que no termina de llenar. Escribir una nota ahí puede llegar a ser toda una odisea, así que si eres de los que anotan mucho, el aparato no es para ti.

Una cosa curiosa es que se ha añadido un diccionario por cada uno de los idiomas en los que se pueden activar en el aparato, y parece ser que podemos elegir diccionario por defecto tanto para inglés como para español (o supongo que el idioma que se haya elegido).

Finalmente, el contraste del nuevo parece algo más fuerte que el de la versión anterior, pero también puede ser un problema de relación de color con el marco ya que supuestamente ambas pantallas son iguales.

lunes, 3 de octubre de 2011

La tienda de libros de Apple y el monopolio de facto

Ya estoy cansado de decir que se me cae la cara de vergüenza ajena, y cansado de predicar en el desierto, y cansado de que me tomen el pelo, y cansado de todo este contubernio y abuso por parte de unos señores que se creen que lo saben todo.

Esta madrugada, como el sexo a Assange, la iBook Store española ha, por fin, abierto por sorpresa. Ya se pueden comprar libros-e desde ella. Ha costado un año, y como han dicho en algún lugar, es muy posible que la entrada de Amazon en este país les haya puesto el cohete en el culo.

Pero ha debido ser un cohete muy gordo, porque el culo seguro que lo tienen abierto, ya que los precios de los títulos son los mismos que los de Ladrones Incorporados (perdón, quise decir Libranda). O lo mismo es el propio cohete el que se lo ha abierto.

Libranda intenta ser un monopolio, una agrupación de los grandes editores para controlar el cotarro y para mantener los precios altos. Llega Apple y se baja los pantalones. Nuestra única esperanza es que Amazon ponga los puntos sobre las íes. Quiero creerlo, quiero soñarlo. Por favor, Amazon, pega un buen golpe en esta España de la charanga y pandereta… eres nuestra última esperanza.

Sí, ya sé que existen pequeñas editoras que publican a precios razonables, pero son las menos y para qué engañarnos, no llevan a autores de reconocido prestigio. Ojalá, también, alguna de estas tome ímpetu y se meriende a los porque yo lo digo.

De momento, y como protesta y por primera vez en este blog, os pido a todos que no compréis libros-e en España. Dejad que Libranda y Apple se mueran de asco. A ver si entran en razón de una p*ta vez. A ver si se espabilan.

Y ya de paso, si queréis leer, buscad, malditos, buscad. Con eso está dicho todo.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Culico que veo culico que deseo

Sí, voy a hablar de Amazon y su Kindle Fire, pero también voy a tocar, los dos nuevos modelos de Kindle con tinta-e que acaban de sacar, de los que hablaré en otro momento.

Tenía otros títulos para la entrada, como “Pégale fuego a tu Kindle”, o “¿Qué vas a quemar hoy?”, pero prefiero el que he puesto, más que nada por todas las supinas imbecilidades que se están diciendo a lo largo y ancho del mundo sobre la versión Tablet y cómo unos medios no hacen más que repetir las mismas gilipolleces con distintas palabras.

Para los que no lo sepáis: hace unos días Amazon sacó (es un decir) tres modelos nuevos de Kindle. Dos con tinta-e y uno con pantalla de color normal y corriente con formato Tablet.

De los de tinta-e, sólo diré que ambos carecen de teclado y por lo tanto son más pequeños y manejables que la versión anterior. Pero estamos ante un serio problema de nomenclatura. Ahora los nuevos cacharros se llaman Kindle, Kindle Touch y Kindle Fire. Y el que antes se llamaba Kindle a secas, ahora se llama Kindle Keyboard, con o sin 3G, igual que el táctil, que llevará la apostilla.

A eso se le llama tocar los cojones. ¿Por qué cambiarles los nombres? Me da igual las razones de marketing. Para mí es mierdaketing con todas sus palabras. Amazon tendrá grandes lumbreras, pero hacernos la picha un lío seguro que nos la hacen.

Otra cosa que me toca muchos los lereles es el hecho de que tanto la versión Touch como la Fire no salen hasta finales de noviembre. Es decir, que nos están vendiendo la burra. O dándonos por culo, según se mire. ¡Que faltan dos meses! Ahora, tan solo podemos comprar lo que se llama Kindle, el que no tiene teclado y si ahora dices “me he comprado un Kindle” porque te acaba de llegar a casa, estás diciendo que te has comprado la versión de teclado en lugar de la otra… Joder, con lo fácil que es seguir numerando como hace, ejem, Apple.

¿Tan jodidamente difícil es contar del uno al cinco? Entiendo que la tableta vaya por otros derroteros, pero en este momento tenemos cinco generaciones de Kindles: el uno, el dos, el tres (con teclado todos ellos), el cuatro que es el que ahora se vende y el cinco, que es la versión táctil… Pero claro, el nombre “Kindle” ha pasado de la tercera a la cuarta, y encima nos presentan la cuarta a la vez que la quinta…

Aj, qué asco que me da. Claro, ahora sacan el normal, te lo compras, y dentro de dos meses volverás a caer con la versión táctil. Pues no saben estos ni nada. Menuda panda. En fin.

Como apostilla, me gustaría decir que la versión táctil, hasta donde se sabe, no tiene ningún botón salvo el de, supongo, encendido… Con lo guay que es tener botones para pasar páginas y no enguarrar la pantalla…

***

Bueno, ya le toca el turno al Fire. ¿Le prendemos fuego? Yo creo que sí. Si hasta ahora despotricábamos de Apple y sus productos artificialmente capados, ya no os digo de Amazon. Este último es a Apple, lo que Apple a Microsoft. Y ya podéis tirarme tomates o lo que queráis, pero es cierto. La Fire sólo va a permitir ver contenido comprado a Amazon y lo que ellos quieran filtrar. Toma ya. Aprende, Apple.

De todos modos, quizás tenga éxito. Y digo quizás porque por ese precio o menos hay varias docenas de tabletas con más rendimiento y características. Porque seamos claro: la Fire es vieja. Nació anticuada, con un Android modificado por Amazon sobre un hardware bastante obsoleto. Y encima lo único destacable es que tiene el gorillaglass ese, por lo demás no es más que un Kindle con pantalla a color y que permite reproducir vídeo (y ya veremos qué formatos y cómo). Y es ahí donde pueden competir las chinorris de todo a cien.

Y luego están los medios informativos, que yo llamaría mierdos desinformativos. Que si iPad killer, que si el no va más en tabletas, que si la versión genérica de Android va a desaparecer, que si fragmentación del sistema operativo… Si los hacen un poco más tontos los tienen que recluir en un centro especializado… de cuidar tontos.

A ver, señores, que la Fire no es más que una tableta de nivel medio tirando a bajo, con unas limitaciones draconianas y con la que no puedes hacer nada que Amazon no quiera… Vamos, que comparada con el iPad, éste último es Open Source.

Limitaciones, muchas. Ya hemos hablado de que sólo su tienda, con control más que draconiano. Si ya para las tabletas genéricas los desarrolladores se quejan de la tienda, no os vamos a decir de esta.

Fragmentada. Pero no es novedad. Android está más fragmentado que en su momento Windows CE. Y por los mismos motivos. Y será su caída como fue la del CE: tanta mierdacapa, tanto parche, tanto remiendo que al final no va a servir para nada. Y encima todo hecho en Java, que no es un primor en cuanto al rendimiento. ¿El ejemplo? Un iPad con la mitad de hardware funciona el doble de mejor. Por algo será.

No es un iPad killer. Lo sería si hiciera las mismas o más cosas que él, fuera más barata y tuviera mayor rendimiento. Pero no tiene nada de eso, así que va a ser otra de tantas. Quizás se venda bien, pero porque viene de donde viene. Nada más.

El precio. Todas las que quieras al mismo o inferior, con el mismo sistema operativo o versiones superiores, más prestaciones, más pantalla, más de todo.

El navegador. Otra cagada. Y gorda. Y demoníaca. Todo lo que navegues pasará por los servidores de Amazon. Es decir, como el proxy-caché aquél de Telefónica, pero con esteroides. Y el día que la cloud de Amazon se caiga (nada improbable visto lo visto), a dos velas. Y encima sabrán qué haces, cómo lo haces y a la hora que lo haces… Menuda novedad.

¿Quieres comprar un programa? ¿Una peli? ¿Un libro? Pues la única vía es comprárselo a Amazon. Sí, ya sé que es lo mismo que hace Apple, pero al menos en un iPod puedes meter TU música. Veremos qué te permite Amazon.

Así que, señores de la mierda informativa esa, seamos serios, honestos con nosotros mismos, y dejemos de ponerle el culo en pompa a las grandes corporaciones, que ya nos dan por culo sin vuestra ayuda.