domingo, 3 de abril de 2016
Apple, cada día te odio más (pero todavía menos que a Microsoft)
domingo, 29 de marzo de 2015
Amazon, la nube y... ¿práctica desleal?
domingo, 28 de julio de 2013
Versiones pirata en Amazon Kindle
Os cuento una historia, pero antes el resumen, que a lo mejor a mucha gente le resulta ya un lugar común, pero a mi no: en Amazon hay ediciones de libros piratas.
Comencemos.
***
Por las entradas anteriores os habréis dado cuenta de que estoy en la fase maníaco-Verniana. Me pasa periódicamente, y se trata de leerme, de un tirón, varias obras de Verne.
¿Qué queréis que os diga? Verne mola. Al menos a mi, aunque sé que muchas de sus novelas son verdaderos truños. Pero me gustan. ¿Pasa algo?
Vale.
Mis lectura de Verne son más o menos coherentes. O más bien al estilo de Seldon Cooper. Es decir, empiezo por el principio y termino por el final más o menos cronológico y, cuando he llegado al final, vuelvo a empezar.
Mejor no indaguemos más sobre las motivaciones de ellos. Prefiero que se me calalogue como un seldoniano y no como otra cosa…
Como ya he comentado, he conseguido unas obras que antes no tenía, por lo que el actual ciclo de lectura está más o menos en el año 1879. Pero las obras conseguidas son anteriores, así que paro y… no, no vuelvo a empezar. Simplemente las leo y sigo.
En mi afán investigador, descubro que lo que yo pensaba era una obra póstuma e inacabada, sólo es inacabada… en más o menos 1870. Hablamos de L’Oncle Robinson, que en castellano, por eso de mantener los títulos originales, se le ha llamado La isla del tío Robinson.
Yo había oído hablar de ese título, pero pensaba que o bien se trataba de La isla misteriosa o lo más probable, Escuela de robinsones. Pero no, se trataba de otro libro diferente.
Ya lo leí hace tiempo, pero en edición pirata porque en aquellos años Amazon era un animal mitológico y la suma de librería de barrio (aunque fuera de barrio de capital) más distribuidora, más editorial, hacía prácticamente imposible conseguir algo que no fuera lo que ellos quisieran venderte.
Más o menos como ahora, pero existen cosas como Amazon y Casa del Libro, que sí, que ahora sí, ahora puedes comprar casi cualquier cosa… menos esta edición, agotada.
Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando vi en Amazon no una, sino tres ediciones para Kindle. Legales, o eso suponía.
Me bajo los tres fragmentos y… piscas pajas pintan igual. Igual de mal, digo. Uno de ellos tiene las citas a pie de página mezcladas en medio del texto, el otro igual pero sin siquiera poner el numerito indicador, y el tercero ni siquiera lo he mirado.
Por lo tanto, decido que no valen lo que cuestan y que lo voy a conseguir pirata. Sí, a ver. Para comprar un libro formateado como la mierda, lo consigo formateado como la mierda pero sin pagar. Creo que es de justo derecho.
Busco en San Google y… Ya os lo estáis imaginando. La edición de Scribid es clavada a una de las que venden en Amazon. De hecho han tenido la desvergüenza de que ni siquiera han editado el texto. De PDF a MOBI, salga como salga.
He estado mirando en la página de Amazon, pero no veo sitio para denunciar un libro pirata, así que sirva esta entrada como tal.
Y lo que es peor, parece ser que la editorial que tiene el libro pirata tiene más (que no sé si lo son o no, pero que seguro requiere una investigación).
domingo, 12 de mayo de 2013
Tagus Lux (Casa del Libro) y los descartes
Soy el afortunado poseedor de un Tagus Lux de Casa del Libro. Bueno, realmente son dos porque el otro es para mi costilla.
Sí, ya sé que esto anda un poco desatendido, pero lo cierto es que me he ido prodigando por otros sitios y qué leches, uno tampoco tiene todo el tiempo del mundo para escribir lo que quisiera.
Los habituales del sitio conocerán que siempre he sido un rabioso kindlerero de los de toda la vida, o más bien desde su segunda versión. Y no, no me refiero al segundo modelo que saliera en España, sino al segundo modelo USA, cuando aquí ese aparato era un animal mitológico.
Desde entonces creo haber manejado todos sus modelos y variantes, comenzando con las citadas versiones americanas y terminando con las europeas. Si no recuerdo mal, y poniéndoles un número para distinguirlos, Kindle 2 USA, Kindle 2 Internacional, DX USA, DX Intl. Eso los de color blanco. Luego pasaron a los de color oscuro, con el Kindle Keyboard ylos Graphite, luego el 4 y finalmente los Paperwhite.
Algunos sólo han pasado por mis manos de forma casi testimonial, pues apenas los he manejado los he cedido a novias (bueno, sólo una), hermanas y madres…
De hecho, hasta hace unos días, yo estaba más que contento con ser un usuario intensivo de las tecnologías Amazon, que se muestran -y esto nadie puede negarlo- mucho más usables y prácticas que cualesquiera otras, léase ePUB y la plataforma de Adobe, que básicamente es una mierda pinchada en un palo, mierda potenciada en España a causa de las editorialuchas y la triste implementación que de ello han hecho, Libranda de por medio.
Vale. Al que quiera saber más sobre esa opinión tan dura, tiene este blog para ir leyendo.
Pero hubo una cosa de Amazon que me andaba tocando un poco los cojones. A mi y a mi pareja. Resulta curioso que una vez que habíamos leído un libro no comprado a ellos, empezábamos a recibir publicidad del tipo “ahora que has leído Piscas pajas quizás te guste El pajote gordo. Y así durante varios libros.
Que conste que esos libros no comprados en Amazon no quiere decir que fueran piratas. Algunos sí, los menos, pero otros simplemente los compraba yo en mi aparato y se los pasaba a ella, después de quitarles el bicho.
Podíamos haber tenido ambos aparatos registrados en la misma cuenta, pero entonces nuestros puntos de lectura se hubieran mezclado.
Por lo tanto, cruz en la casilla y a otra cosa, mariposa.
Kindles vendidos, los tres que quedaban en casa. Las cuentas no las borraré, al menos no de momento y al menos la mía no ya que tengo por lo menos cien eBooks comprados a ellos y tampoco es cosa de perderlos, pero lo cierto es que Amazon acabó para nosotros.
Seguiremos comprando algo, siempre que el precio acompañe y siempre que no estén por otro lado más baratos. Hablo, claro está, del formato electrónico. Del papel, pues depende de qué. Viviendo en una capital tengo a Casa del Libro, Fnac y El Corte Inglés a veinte minutos en coche. Y encima una al lado de la otra.
***
Bueno, pues lo dicho. ¿Qué comprar que tenga un mínimo de calidad y que no pertenezca a un grande y espía? Porque si no os habéis dado cuenta, el motivo es que ya está bien de que sepan qué y cómo leo.
Descartados los Sony, los Kobo, los Nook. Todos terminan siendo lo mismo. La idea es comprar algo libre y no atado a ninguna librería.
Tras mucho mirar aquí y allí, me quedaron dos familias: Booken y Boox. Ambas son independientes, y ambas tienen un mínimo de calidad. Pocketbook quedó descartada porque sacan aparatos como churros y luego no los actualizan…
Al final nos decidimos por Boox. Ya había tenido uno de ellos y la verdad es que tenían buena pinta y el firmware es de lo mejor de entre lo peor.
A ver, la funcionalidad y la integración con las tiendas no existe, que es lo que queríamos, pero también es cierto que la implementación del software tiene muchos tropezones, que generalmente se quedan donde están y no se solucionan, cosa que los grandes sí suelen hacer. Más o menos.
Elegimos Boox por otra razón: la interfaz de desarrollo es QT, de la que conozco algo y de hecho ya hice, para el modelo que tuve, un parche para que el CoolReader pudiera leer los ficheros de separación silábica desde la unidad externa. Y de hecho dicho parche sigue circulando por internet para esta versión nueva.
Por lo tanto, ni corto ni perezoso me dirigí a la web a comprarlos cuando se me encendió una lucecita en la cabeza. Como había estado mirando muchos modelos, resulta que el Tagus Lux es el mismo modelo que iba a comprar, pero 40 euros más barato.
Las dos únicas diferencias físicas con el i62HD Firefly están en que no tiene botones laterales y en el serigrafiado de la carcasa, que es diferente.
El firmware era una variación del original, personalizado para Casa del Libro y que referencia a su tienda.
También comprobé que el firmware original del i62 instalaba perfectamente en el Lux, así que con coger el coche y acerarme a una tienda física podía tener los dos aparatos al momento y por 80 euros menos.
Total, al llegar a casa les metería el firmware del i62 de Booxtor (el mejor de todos) y tendría dos sendos Firefly, pero algo más baratos.
***
¿A que suena bien? Pues sí, suena perfecto. De hecho la actualización del firmware funcionó a la primera y sin problemas. Y los aparatos funcionaban sin ningún problema…
…
… Hasta que le dimos a regular la luz.
Según Casa del Libro la regulación funciona bien, porque todos sus aparatos la regulan igual.
Según el fabricante OEM no, hay una partida de placas defectuosas (más bien con un error de diseño) que hace que la regulación del brillo no baje de cierto nivel.
Pues bien, ya sabéis por qué valen 40 euros menos: por la ausencia de botones laterales y por las CPU, que son la serie defectuosa. Esto también nos da una idea del funcionamiento de los fabricantes españoles. Peor que los políticos.
Así nos va.
***
La esperanza la tengo en una resistencia llamada R240 que hay que variar de valor, aunque todavía no tengo claro si me decidiré a arreglarla o a devolverlos si consigo una versión del firmware original de Casa del Libro, que por desgracia no tengo, porque si la tuviera ya lo habría hecho.
Si alguien la tiene, por favor, que me lo diga y me la envíe antes de que les meta el soldador.
miércoles, 2 de enero de 2013
"Después de más de una hora de lectura las muñecas se resienten"
Lo siento, no puedo resistirme a comentar algunas cosas del artículo que ha aparecido hoy en el CiberP@ís escrito por una tal Rosa Jiménez Cano y que versa sobre el Kindle Paperwhite.
En primer lugar decir que el artículo, en su conjunto, no está mal, pero sí en sus partes, y mucho.
La pifia menor son los dos primeros párrafos, en los que parece que se dice que es necesaria una luz para leer a oscuras con el Paperwhite. Y digo parece, porque realmente lo que la autora está diciendo es que sí, que una de las ventajas de este lector es esa: que no hace falta luz para usarlo durante la noche, con las ventajas que eso trae para quienquiera que duerma a tu lado, ya sea tu mujer, novia o gato.
Pero hay otras cosas que me dejan un tanto perplejo. Cito:
Sin embargo, los que estén acostumbrados a lectores que no son táctiles se les saltarán las páginas. Prescindir de los botones en el lateral, que servían para pasar de página, es una ventaja relativa, pues a veces la sensibilidad de lo táctil provoca el descontrol.
¿Y como es eso, hija mía? No sé, pero si tocas y mantienes tocado sólo pasa una página, si arrastras el dedo sólo pasa una página, si lo tocas con un lápiz sólo pasa una página, si lo tocas con un stylus solo pasa una página… No lo entiendo.
Es justo al revés. Con los lectores de botones es más fácil que se pase página accidentalmente al cogerlo o sujetarlo porque, ¿coges tu tu tableta por la pantalla? Pero sí que la coges por los bordes, que es donde suelen estar los botones.
Sí que es cierto que podría tenerlos, ya que pasar página en un Kindle táctil con una sola mano es un poco complicado. Pero solo un poco.
Otra perla:
¿Es necesaria la iluminación? […] Ahora bien, tampoco es la solución perfecta. En la parte inferior, después de un uso prolongado no termina de iluminar de manera uniforme.
Vamos a ver. La iluminación irregular se nota desde el principio nada más te metes en una habitación oscura. Si en tu caso ha ido empeorando con el uso, me juego un gallifante a que te estabas quedando sin batería, cosa que seguro le ocurre a todos.
Y finalmente la última, la que más me ha llamado la atención de todas y la que es casi el motivo de esta entrada:
A cambio, también ha aumentado su peso. Después de más de una hora de lectura las muñecas se resienten.
Increíble. Cógete tu la última de Tom Clancy o mejor aún, un mamotreto de informática y verás lo que es que las muñecas se resientan.
De todos modos, el Paperwhite pesa 212 gramos. El Kobo Glo 185. El Odyssey 180, y 250 el i62HD Firefly. Todos ellos tienen iluminación y comparten, creo, la alta resolución.
En fin, que no creo que te cueste mucho sostener doscientos gramos en vilo, y si es así, piensa entonces que vas a tener el mismo problema con cualquier libro de papel.
Y como dice mi novia, ella se lo apoya en su generoso pecho. Y yo, en mi generosa… panza. Y ni pesa, ni hace daño ni molesta.
Así que si nos pagan por sacar pegas, al menos que estas sean reales y no inventadas o metidas con calzador.
sábado, 22 de diciembre de 2012
Ya no vale la pena comprar eBooks en Amazon
- Amazon USA, En la mira. Tapa blanda, 10.99$. Edición Kindle: 10.24$
- Amazon España, En la mira. Tapa blanda, 11,94€. Edición Kindle: 7.92€.
- Amazon USA, Threat vector. Tapa dura, 14.03$. Edición Kindle: 14.03$
- Amazon España, Threat vector. Tapa dura, 11.84€. Edición Kindle 10.66€.
martes, 29 de mayo de 2012
Ahora la culpa es de Amazon
Leo en Mi Experiencia Kindle que las editoriales españolas están enfadadas porque parece ser que Amazon es el culpable en el desplome en la venta de libros. Citando al citador:
"Amazon es verdugo de las librerías, y de todo el sector editorial español. No respetan el precio fijo que por ley tienen los libros y, debido a eso, hemos presentado una demanda contra ellos".
¿Pero no quedamos que era el pirateo? ¿Nos aclararemos? ¿O es que resulta que estamos dando palos de ciego?
¿Conocéis la expresión esa de que “todo es culpa de los demás porque todos están contra mi”? Pues idos aplicando el cuento, si todo va mal porque los demás son malos y nos hacen pupita, ¿no será que estamos ignorando la viga en nuestro ojo?
Antes de que Amazon entrara en España la culpa era de la piratería, ese tremendo lastre que hacía que no se vendieran libros. Ahora que Amazon está, las ventas caen por esta empresa, que son malos malosos y no respetan el contubernio montado por las Editoriales y el Estado (mejor no hablar de él, Bankia mediante).
Claro, llegan las Editoriales, se alían con una ley injusta para crecer el precio del libro, montan Libranda para que nadie pueda comprar con, de nuevo, precios más que abusivos, y ahora que entra alguien con suficientes cojones como para plantarles cara, lloran y se quejan.
Que no, señores, que no nos la tragamos por enésima vez. Ya sé que hablar de esto en la situación actual, en la que hay problemas mucho más acuciantes que nos están abocando a una dictadura como nunca hemos conocido (y la gente de la calle tan pancha, yo incluido), es como intentar pescar en aguas bravas, pero si bien no puedo ni sé hablar de política sin una recortada en la mano, sí que puedo discutir y defender mi opinión en este sector.
Y es que los consumidores de cultura estamos hasta los mismísimos cojones de vosotros, editoriales prepotentes y abusivas, que os habéis montado un negocio más que redondo alrededor del libro.
Basta ya de abusar, de prevaricar y de haceos los mártires. Modernizaos. Cambiad el chip, porque por mucho que berréis, por mucho que porfiéis, la cosa tradicional se acaba.
¿Retiráis los ebooks de la venta? Fácil: miles de lectores tienen escáners en sus casa. ¿Precios abusivos y con DRM? Fácil: se llama DRM Tools.
No estoy fomentando la piratería ni mucho menos. Estoy fomentando los precios racionales y coherentes, la transparencia editorial y la honradez de todos.
Salvo contadas excepciones, siempre compro mis libros. Pero me niego a pagar precios abusivos. Si en castellano el precio se va de madre, que es casi siempre, lo compro en inglés. Y si el precio sigue estando alto y me interesa mucho, me lo compro en papel. Sólo consigo copias piratas cuando no puedo comprarlo en papel, simplemente está descatalogado o tengo un interés marginal.
Luego hay otra, y es que si quieres un libro en papel que no sea novedad muchas veces no puedes conseguirlo por medios tradicionales (léase librería), porque las distribuidoras y las editoriales las ignoran miserablemente. Pero hay alguien que no te ignora y a quien puedes comprarle casi cualquier libro editado: Sí, hablamos de Amazon.
También podríamos entrar en el aspecto del autor novel. Amazon está dando unas oportunidades que nadie, hasta la fecha, ha hecho. Y os aseguro que hay autores muy pero que muy buenos. ¿Leéis, editoriales?
Y finalmente tenemos un acercamiento diferente: desde que mi chica tiene un Kindle (y tiene ese y no otro porque simplemente fue el que mucha gente le recomendó), no quiere ni oír hablar de libros en papel. Si lo consigue para su cacharrín, lo lee. Si no, pasa de él. Y encima todos los libros le pesan igual.
Pues eso, que a ver si cerráis de una vez y sale gente más espabilada (es un decir, porque vosotros sí que sois espabilados de vedad).
viernes, 13 de abril de 2012
El DRM del formato AZW3 (Kindle)
Esta es una entrada muy corta para comentar que ya he comprado dos libros en Amazon para el Kindle que me traen una extensión de fichero AZW3 en lugar de AZW.
Como ya sabéis, lo primero que hago es quitarle el bicho para poderlos guardar y leer donde quiera, pero las DRM Tools, en concreto el programa DeDRM 3.1 que tengo en el MAC y que uso para quitarlo, se niegan a hacerlo.
La solución es mucho más sencilla de lo que parece: cambia el nombre de la extensión a AZW y el programa te generará un flamante MOBI sin protección.
***
Y ahora la típica advertencia: Quitar el DRM no es para poder dar y regalar el libro o ponerlo pirata por ahí, sino para poder leerlo en cualquier aparato y no estar sujeto a una tecnología y tienda en concreto. No piratees, pero tampoco pongas el culo en pompa para que te den por él.
domingo, 5 de febrero de 2012
Prevaricando que es gerundio
sábado, 14 de enero de 2012
Kindle Touch (II). El hardware
El Kindle Touch no tiene botones. Bueno, tiene dos, el de encendido y el de Home que, independientemente de dónde estemos, nos lleva a la lista de libros. El primero está situado en el borde inferior, y sobresale cosa de dos milímetros de la carcasa, por lo que es muy fácil que se presione sin querer. Yo creo que es la mayor cagada del aparato. No obstante, con funda, el problema desaparece, o al menos a mi no se me ha apagado por error nunca. (ACTUALIZACIÓN: Y sin funda tampoco se enciende y/o apaga solo. Para que el botón haga su función hay que presionarlo la cantidad justa de tiempo y por la forma en que lo han hecho resulta muy difícil que ocurra accidentalmente).
El segundo se situa en el centro del marco inferior, y simboliza una especie de rejilla cuyos barrotes sobresalen un poquito de la superficie, lo justo para pasar la yema del dedo y apretar.
Todo lo demás se hace de forma digital, es decir, con los dedos sobre la pantalla. En contra de lo que pueda parecer, si no somos excesivamente guarretes, las dedadas no molestan nada a la lectura. Tan sólo hay que ver una tableta después de haberlo toqueteado un rato. En el K eso no pasa, igual que no pasa con los otros lectores táctiles que he probado. Por lo tanto, el gasto en paño de limpieza es sensiblemente menor.
El mayor inconveniente, frente a sus hermanos, puede estar en que la pantalla está hundida. La sensación es que la pantalla queda más adentro, con lo que el reborde entre ella y el marco es mayor que el de cualquier otro Kindle, y eso hace que tenga algo más de sombras.
Esto se debe a que el sensor táctil rodea a la pantalla, justo debajo de un pequeñísimo reborde que la rodea, y es lo que añade profundidad al marco. Supongo que tendrá emisores y receptores IR a todo lo largo de dicho borde, y cuando bajamos el dedo, la interrupción de la señal le marca las coordenadas del toque.
Ojo con limpiar la pantalla estando encendido: cualquier cosa hace de dedo, por lo que si sois fetichistas en extremo, podéis manejarlo con cualquier punta roma en forma de estilo.
Es más pesado que su hermano menor, la versión no táctil, y tiene una robustez similar aunque es un pelín más alto.
No tiene botón físico de reset, lo que en principio no es un gran problema porque no suele colgarse nunca, y las pocas veces que lo hace, se reincida él solo.
Como su hermano menor, tiene los dos contactos para la funda con luz en la parte de atrás, y según los que lo han intentado, no se puede desarmar ya que si lo haces, lo rompes. Es decir, que la carcasa queda inservible.
Lleva un par de altavoces chiquitos detrás en la zona baja, y la espalda es como gomosa para facilitar la sujeción, aunque lo mejor sería conseguirse una funda con hueco para pasar los dedos porque si no se hace complicado el paso de página con una sola mano.
Viene con el típico cable USB blanco para conectarlo al ordenador, y no trae cargador. La caja también es la típica huevera de Amazon: con una tira de abrefácil que, al quitarla, suelta un lado de la tapa y ahí está el cacharro. Debajo tienes el cable USB y en un hueco de la cubierta de cartón, una cartulina con una instrucciones más que básicas.
En la pantalla, mediante iconografía, te indica que lo pongas a cargar. Y al rato, se enciende solo y te sale un pequeño tutorial sobre cómo manejarlo.
viernes, 13 de enero de 2012
Kindle Touch (I). La funda de Zococity
Bueno, antes de empezar esta revisión del Kindle, tenemos que dejar claras las cosas para el futuro, porque ya sabemos que Amazon suele cambiarles el nombre a estos aparatos cuando les sale de los cojones.
Vamos a hablar del Kindle 4 Touch que de momento no se puede comprar oficialmente desde España y que Amazon anunció a finales del 2011 junto al Kindle 4 o Kindle a secas. Es decir, hablamos de la cuarta generación del aparato, en su versión táctil y sin botones.
Yo lo he comprado en Zococity, que es una tienda online que ofrece aparatos importados a buen precio y, que yo sepa, es la única que vende en España dicho aparato. También puedes conseguir el Kindle Fire a buen precio. El servicio es bastante bueno, y una vez han comprobado el ingreso de tu dinero, el envío es inmediato. En mi caso, lo compré un miércoles al mediodía con tarjeta de crédito y el viernes por la mañana ya lo tenía en mi manos.
Dicho esto, vamos al ataque.
La funda no oficial de Zococity
Yo creo que hay tres tipos de fundas en general. Las chinorris mierdosas, las de calidad media y las buenas. Como todo en la vida, cada calidad tiene su precio. A bote pronto la funda, que vale 15€, es de gama media tirando a alta. Vamos, que para lo que vale está muy bien.
Es la típica cubierta estándar. Por dentro tiene la típica telilla de pelo color gris, similar al de la oficial del Kindle 3 o Keyboard. En la tapa tiene una pequeña solapa para poder meter una tarjeta o un papel y el cierre es magnético pero con una presilla que sobresale y cierra por detrás.
El Kindle se sujeta por las cuatro esquinas con unas tiras con chaflán. Las dos de dentro son elásticas pero las de fuera no, lo que a mi modo de ver le da una protección extra frente a las que llevan las elásticas arriba, y el ajuste es perfecto.
Dado el reborde de la propia funda, te va a proteger el botón de apagado, que dicen que se pulsa con mucha facilidad. Esto no es exclusivo de esta funda, sino que está presente en todas en las que haya un pequeño reborde protector.
Además, lo que es de agradecer: apenas pesa nada. Parece que sujetes una pluma, lo que es una ventaja porque el Kindle Touch ya pesa lo suyo.
Me ha pasado una cosa muy curiosa con la funda. Al ponerla en el aparato me ha parecido que la tapa no iba a doblar bien hacia atrás, así que me he puesto a trastear con el Kindle, dejándola abierta pero sin doblar. Mientras tocaba esto y aquello me he fijado que, sin darme cuenta, le he dado la vuelta y la he pegado sobre la parte trasera.
Es decir, que dobla muy bien hacia atrás sin problema alguno y sin forzar nada de nada.
En resumen, para lo que vale es una muy buena funda, aunque el tiempo dirá se cuartea más de lo normal. Por lo poco que he visto, no pasará, pero no puedo asegurarlo.
domingo, 8 de enero de 2012
Ahora sí que se les ve el plumero
martes, 6 de diciembre de 2011
De Sony, Amazon, FNAC y Casa del Libro
Digamos que ando un poco perraco, así que voy a unir varias entradas en una sola y voy a darme un voltio por la ebooteca actual.
Este es un mes de novedades en el mundo del libro electrónico. No, ni Libranda ha cerrado ni ha bajado sus precios a algo decente. No se trata de eso. Como dijo MEL en una de sus viñetas, en diciembre, y crisis mediante, se nos permite volver a vivir por encima de nuestras posibilidades. Pero sólo este mes.
Para ello se nos tienen que presentar novedades que hagan que busquemos dentro del forro de los pantalones (y bolsos) para encontrar algo de pasta con la que continuar consumiendo, que unas navidades sin pavo y sin gastar a porrillo ya no lo son. Qué pronto que se olvida el nacimiento de todo esto, con una supuesta virgen dando arrullos a un niño en un pesebre, más pobre que el más pobre de la actualidad. Pero claro, eso no vende. En fin.
Novedades en el sector hay varias.
Por un lado tenemos a Amazon, que entra como elefante en cacharrería con su Kindle a 99 euros y su casi millón de libros electrónicos, la mayoría en la lengua de Shakespeare. Pero entra todo lo bien que podría hacer. Estos sí que saben lo suyo.
Aunque no han tenido otra que bajarse los pantalones ante los entes de este país, sí que han conseguido algunos éxitos. El precio de los libros-e en inglés es, tarín marín, al de la web americana. Hay algunos un poco más caros y otros un poco más baratos, pero la media es la traducción al cambio.
Sí, como lees: al cambio. Nada de asumir que un dólar vale un euro, y tampoco nada de añadir el IVA sobre la conversión. En esto me quito el sombrero.
No me lo quito en el tema de algunos libros-e, que mantienen el precio-ladrón de otros sitios, con apenas dos o tres euros bajo el precio de la versión en papel. Digan lo que digan continua siendo un robo a mano armada, y no harán que me calle así que aprueben diez mi Leyes Sinde.
(Ya que estamos en esto, la Ley Sinde podría servir para cerrar este sitio de opinión y no solo el de las descargas ilegales. Ese es el peligro de tamaña aberración perpetrada por la bajada de pantalones que el gobierno español ha realizado ante el americano.)
Pero bueno, es lo que hay y no creo que hayan podido hacer más. Eso sí, veremos si en un futuro la cosa mejora, que creo que lo hará.
Otra genuflexión ante Amazon: el precio de su Kindle: 99 euros más tres de gastos de envío. Aquí no hay paridad al cambio, pero si al precio americano añadimos los aranceles de importación y el IVA, veremos que todavía es más barato que el USA.
Y una tercera: su plataforma de auto publicación. No voy a decir aquí nada más que como algunos agentes literarios y editoriales no se espabilen, también les van a comer la merienda. Avisados están. Que no vengan luego llorando y dando lástima.
No como Sony, que ha bajado dos veces de forma consecutiva su T1 en USA mientras que en Europa lo ha subido, de 160 a 200 euros. Ahora veremos qué va a pasar, al menos en España, cuando la gente empiece a comparar precio y prestaciones del Kindle 4 y del T1.
No os preocupéis que yo os ayudo. Si no lo sabéis, llevo un par de semanas manejando un T1 al lado de un Kindle Keyboard, que digamos es un tercio menos potente que el T1. Mi chica tiene un K4 que anda igualado en cuanto al hardware si hacemos abstracción de la pantalla táctil.
El T1 es rápido. El K4 también. EL T1 tiene un gestor de biblioteca bastante chulo, mostrando portadas y pudiendo ver la organización de nuestra biblioteca de varias formas. El Kindle no, el Kindle adolece de una shell un tanto mierdosa comparada con la otra.
Pero creedme una cosa: es mucho más funcional y rápida que la de Sony. Permite organizar los libros de tal forma que la búsqueda de los que llevas en danza es inmediata, mientras que en T1 tienes que andar tocando aquí y allá. Si quieres algo similar en este último tienes que hackear la base de datos de libros. No es necesario un jailbreak, pero sí sacar un fichero y aplicarle unas cuantas modificaciones.
El paso de pagina es similar en ambos modelos, y el tratamiento del texto más o menos igual, aunque en el T1 tienes más fuentes donde elegir y en el Kindle más opciones de formateo.
Otra cosa que no me gusta del T1 es su carcasa, que resulta muy sucia y rápidamente se llena de dedadas y otras guarrerías. En lo que sí destaca es en el manejo de PDF, no mucho pero al llevar el modo reflow es suficiente para que lo elijas si lees muchos PDF. La disposición de los botones no es my ergonómica que digamos, lo que hace difícil su manejo con una sola mano, mientras que cualquier versión de Kindle se puede controlar así sin problema alguno.
Y para terminar, tengo que deciros que el manejo del T1 con los dedos no resulta tan sucio como en un principio pudiera haber pensado, y a menos que comas mermelada y seas un guarro, podrás dejar la bayeta de limpieza en casa, cosa que no ocurre con, por ejemplo, el iPad.
Otra de las novedades este mes son los lectores que tanto la FNAC como Casa del Libro han sacado. Si uno fuera amigo de las teorías conspiroparanoicas, podría objetar que quien eligió los aparatos fue la misma persona, porque ambos dos son idénticos salvo un pequeñísimo lavado de cara.
Y descrito uno, descritos los dos.
¿Sabéis cuál es su mayor pega? Que son lentos, pero que muy lentos. En todo. En el paso de página, en abrir un libro, en mostrar las opciones, en reformatear. Parece un hardware de primera generación (sí, aquellos iLiad ya perdidos en la obsolescencia programada) con una pantalla moderna.
No me cansaré de repetirlo: ese blanco/negro/blanco antes de que aparezca la página siguiente simplemente apesta, sobre todo cuando es tan rápido en otros aparatos similares.
Si no fuera que para comprar en las tiendas online de ambas librerías y luego poder leerlo en un Kindle hacen falta unos pocos conocimientos de informática, os recomendaría encarecidamente este último.
Amazon: tienes tu oportunidad de añadirle al Kindle ePub con soporte para DRM.
martes, 4 de octubre de 2011
Usando el Kindle 4 (O Kindle sin teclado)
Bueno, al final me ha llegado el nuevo Kindle 4 sin teclado, que ahora se llama Kindle a secas y el que antes se llamaba Kindle a secas pasa a llamarse Kindle Keyboard, o KK de forma abreviada, lo que no resulta muy eufónico que digamos.
Vale, lo compré el jueves. Salió el viernes y hoy martes me lo han entregado antes del mediodía. Aprended, malditos, aprended lo que es un servicio impecable. De USA ha tardado menos de lo que suelen tardar otros desde la península.
Primera impresión al abrir la caja: ¡qué chiquitín que es el jodío! Parece un juguetito. Como lo he recibido en el curro, simplemente lo he puesto a cargar, he elegido el idioma (español) cuando se ha encendido y lo he dejado hasta que apareciera la luz verde.
Al llegar a casa lo he trasteado un rato, y el resultado es esta entrada en el blog. No esperéis más a no ser que descubra algo extraordinario del aparato, que va a ser que no.
Rápido. Es sensiblemente más rápido que la versión anterior. El paso de página tarda más o menos que el anterior, pero la nueva forma que tiene de hacerlo es bastante más cómoda para la vista.
Se coge y se pasan páginas con una mano de forma natural y sin tener que tener los dedos muy estirados, y apenas hace ruido, y en general la velocidad es algo mayor en todos los aspectos de funcionamiento. Y a poco espabilado que seas, puedes tener acceso tanto a la tecla de página siguiente como de anterior sin tener que mover los dedos. Os lo dejo como ejercicio de clase.
Está, hasta donde puedo llegar, en perfecto español y no le he visto ninguno de esos gazapos que tan habituales suelen ser en estos cacharros hechos deprisa y corriendo. Lo que no me gustan son los salvapantallas. Los de antes, excepto algún que otro escritor, me gustaban poco, pero es que estos, que son fotografías relacionadas con la escritura, me hacen menos gracia.
Y el teclado en pantalla… digamos que cumple su objetivo, pero a duras penas. Es alfabético en lugar de qwerty, e ir moviéndose por él con el cursor como que no termina de llenar. Escribir una nota ahí puede llegar a ser toda una odisea, así que si eres de los que anotan mucho, el aparato no es para ti.
Una cosa curiosa es que se ha añadido un diccionario por cada uno de los idiomas en los que se pueden activar en el aparato, y parece ser que podemos elegir diccionario por defecto tanto para inglés como para español (o supongo que el idioma que se haya elegido).
Finalmente, el contraste del nuevo parece algo más fuerte que el de la versión anterior, pero también puede ser un problema de relación de color con el marco ya que supuestamente ambas pantallas son iguales.
lunes, 3 de octubre de 2011
La tienda de libros de Apple y el monopolio de facto
viernes, 30 de septiembre de 2011
Culico que veo culico que deseo
Sí, voy a hablar de Amazon y su Kindle Fire, pero también voy a tocar, los dos nuevos modelos de Kindle con tinta-e que acaban de sacar, de los que hablaré en otro momento.
Tenía otros títulos para la entrada, como “Pégale fuego a tu Kindle”, o “¿Qué vas a quemar hoy?”, pero prefiero el que he puesto, más que nada por todas las supinas imbecilidades que se están diciendo a lo largo y ancho del mundo sobre la versión Tablet y cómo unos medios no hacen más que repetir las mismas gilipolleces con distintas palabras.
Para los que no lo sepáis: hace unos días Amazon sacó (es un decir) tres modelos nuevos de Kindle. Dos con tinta-e y uno con pantalla de color normal y corriente con formato Tablet.
De los de tinta-e, sólo diré que ambos carecen de teclado y por lo tanto son más pequeños y manejables que la versión anterior. Pero estamos ante un serio problema de nomenclatura. Ahora los nuevos cacharros se llaman Kindle, Kindle Touch y Kindle Fire. Y el que antes se llamaba Kindle a secas, ahora se llama Kindle Keyboard, con o sin 3G, igual que el táctil, que llevará la apostilla.
A eso se le llama tocar los cojones. ¿Por qué cambiarles los nombres? Me da igual las razones de marketing. Para mí es mierdaketing con todas sus palabras. Amazon tendrá grandes lumbreras, pero hacernos la picha un lío seguro que nos la hacen.
Otra cosa que me toca muchos los lereles es el hecho de que tanto la versión Touch como la Fire no salen hasta finales de noviembre. Es decir, que nos están vendiendo la burra. O dándonos por culo, según se mire. ¡Que faltan dos meses! Ahora, tan solo podemos comprar lo que se llama Kindle, el que no tiene teclado y si ahora dices “me he comprado un Kindle” porque te acaba de llegar a casa, estás diciendo que te has comprado la versión de teclado en lugar de la otra… Joder, con lo fácil que es seguir numerando como hace, ejem, Apple.
¿Tan jodidamente difícil es contar del uno al cinco? Entiendo que la tableta vaya por otros derroteros, pero en este momento tenemos cinco generaciones de Kindles: el uno, el dos, el tres (con teclado todos ellos), el cuatro que es el que ahora se vende y el cinco, que es la versión táctil… Pero claro, el nombre “Kindle” ha pasado de la tercera a la cuarta, y encima nos presentan la cuarta a la vez que la quinta…
Aj, qué asco que me da. Claro, ahora sacan el normal, te lo compras, y dentro de dos meses volverás a caer con la versión táctil. Pues no saben estos ni nada. Menuda panda. En fin.
Como apostilla, me gustaría decir que la versión táctil, hasta donde se sabe, no tiene ningún botón salvo el de, supongo, encendido… Con lo guay que es tener botones para pasar páginas y no enguarrar la pantalla…
***
Bueno, ya le toca el turno al Fire. ¿Le prendemos fuego? Yo creo que sí. Si hasta ahora despotricábamos de Apple y sus productos artificialmente capados, ya no os digo de Amazon. Este último es a Apple, lo que Apple a Microsoft. Y ya podéis tirarme tomates o lo que queráis, pero es cierto. La Fire sólo va a permitir ver contenido comprado a Amazon y lo que ellos quieran filtrar. Toma ya. Aprende, Apple.
De todos modos, quizás tenga éxito. Y digo quizás porque por ese precio o menos hay varias docenas de tabletas con más rendimiento y características. Porque seamos claro: la Fire es vieja. Nació anticuada, con un Android modificado por Amazon sobre un hardware bastante obsoleto. Y encima lo único destacable es que tiene el gorillaglass ese, por lo demás no es más que un Kindle con pantalla a color y que permite reproducir vídeo (y ya veremos qué formatos y cómo). Y es ahí donde pueden competir las chinorris de todo a cien.
Y luego están los medios informativos, que yo llamaría mierdos desinformativos. Que si iPad killer, que si el no va más en tabletas, que si la versión genérica de Android va a desaparecer, que si fragmentación del sistema operativo… Si los hacen un poco más tontos los tienen que recluir en un centro especializado… de cuidar tontos.
A ver, señores, que la Fire no es más que una tableta de nivel medio tirando a bajo, con unas limitaciones draconianas y con la que no puedes hacer nada que Amazon no quiera… Vamos, que comparada con el iPad, éste último es Open Source.
Limitaciones, muchas. Ya hemos hablado de que sólo su tienda, con control más que draconiano. Si ya para las tabletas genéricas los desarrolladores se quejan de la tienda, no os vamos a decir de esta.
Fragmentada. Pero no es novedad. Android está más fragmentado que en su momento Windows CE. Y por los mismos motivos. Y será su caída como fue la del CE: tanta mierdacapa, tanto parche, tanto remiendo que al final no va a servir para nada. Y encima todo hecho en Java, que no es un primor en cuanto al rendimiento. ¿El ejemplo? Un iPad con la mitad de hardware funciona el doble de mejor. Por algo será.
No es un iPad killer. Lo sería si hiciera las mismas o más cosas que él, fuera más barata y tuviera mayor rendimiento. Pero no tiene nada de eso, así que va a ser otra de tantas. Quizás se venda bien, pero porque viene de donde viene. Nada más.
El precio. Todas las que quieras al mismo o inferior, con el mismo sistema operativo o versiones superiores, más prestaciones, más pantalla, más de todo.
El navegador. Otra cagada. Y gorda. Y demoníaca. Todo lo que navegues pasará por los servidores de Amazon. Es decir, como el proxy-caché aquél de Telefónica, pero con esteroides. Y el día que la cloud de Amazon se caiga (nada improbable visto lo visto), a dos velas. Y encima sabrán qué haces, cómo lo haces y a la hora que lo haces… Menuda novedad.
¿Quieres comprar un programa? ¿Una peli? ¿Un libro? Pues la única vía es comprárselo a Amazon. Sí, ya sé que es lo mismo que hace Apple, pero al menos en un iPod puedes meter TU música. Veremos qué te permite Amazon.
Así que, señores de la mierda informativa esa, seamos serios, honestos con nosotros mismos, y dejemos de ponerle el culo en pompa a las grandes corporaciones, que ya nos dan por culo sin vuestra ayuda.